Des­pués del éxi­to de Llu­via cons­tan­te, David Serrano vuel­ve a la car­ga para diri­gir a dos de nues­tros mitos escé­ni­cos: Julia Gutié­rrez Caba y Miguel Rellán. En Car­tas de amor (1988), el dra­ma­tur­go A. R. Gur­ney hace un agu­do retra­to de la deca­den­cia de la cla­se alta.

El autor envió el manus­cri­to a The New Yor­ker, pero se lo devol­vie­ron de inme­dia­to dicien­do: “Noso­tros no publi­ca­mos tea­tro”. Así que, siguien­do el con­se­jo de la revis­ta, Gur­ney deci­dió inten­tar rees­cri­bir­lo como una obra de tea­tro para dos per­so­nas en la que dos acto­res se leían una serie de car­tas mutua­men­te. La obra se cen­tra en dos per­so­na­jes, Melis­sa Gard­ner y Andrew Make­pea­ce Ladd III , que se leen el uno al otro las notas, car­tas y pos­ta­les en las que, duran­te casi cin­cuen­ta años, se han con­ta­do las espe­ran­zas, ambi­cio­nes, sue­ños, decep­cio­nes, vic­to­rias y fra­ca­sos que han teni­do a lo lar­go de su vida.

Lo que difí­cil­men­te podría ima­gi­nar A. R. Gur­ney es que esa peque­ña obra se con­ver­ti­ría en fina­lis­ta de los Pre­mios Pulitzer y en el mayor éxi­to de toda su carre­ra. Y es que Car­tas de amor es, trein­ta años des­pués de su escri­tu­ra, un autén­ti­co clá­si­co moderno que sigue sien­do repre­sen­ta­do hoy en día en tea­tros de todo el mun­do y que aho­ra pue­de ver en el Olym­pia.

Tea­tro Olym­pia> de jue­ves 18 a lunes 22

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