Ini­cia­mos cur­so y con ello, nove­da­des. Para empe­zar tem­po­ra­da nos vamos de inau­gu­ra­ción a un espa­cio que, la ver­dad, no solía fre­cuen­tar, la gale­ría Piza­rro, la cual des­de hace unos meses está inten­tan­do dar un aire fres­co y nue­vo, con artis­tas jóve­nes, obje­tos y pro­duc­tos de ten­den­cia, un espa­cio que ten­dre­mos en cuen­ta.

“L´Objet trou­vé” o “Ready made”, de Móni­ca Ajen­jo, es el titu­lo de la mues­tra, en ella nos invi­ta a enfren­tar­nos en sus pare­des a “obje­tos encon­tra­dos”, que por casua­li­dad o no, se han acer­ca­do a la artis­ta y, ésta, como en su día se atre­vió Mar­cel Duchamp, los ha con­ver­ti­do en obje­tos artís­ti­cos, per­dien­do su coti­dia­ni­dad para pasar a ser arte.
Con Duchamp se mar­ca­ría un antes y un des­pués en la His­to­ria del Arte, con su famo­so y atre­vi­do uri­na­rio, con el que pare­cía que se esta­ba bur­lan­do de todos, de crí­ti­cos, de visi­tan­tes, pero nada de eso, con él se daba la bien­ve­ni­da a algo muy asu­mi­do por todos noso­tros en el Siglo XXI, al arte con­cep­tual.

Ten­den­cia, deco­ra­ción, arte se mez­clan en la obra de Ajen­jo en unas pie­zas a mitad camino entre la pin­tu­ra y la escul­tu­ra; made­ras recor­ta­das que dan for­mas a obje­tos coti­dia­nos, e inter­ve­ni­das por la mano de la artis­ta con un cui­da­do len­gua­je hiper­rea­lis­ta que nos hace dudar de la mate­ria­li­dad del mis­mo, tene­mos que acer­car­nos para des­cu­brir que son un obje­tos artís­ti­co: lazos de rega­lo, un tigre hucha, un cora­zón, Mic­key o Pio­lín… un vario­pin­to con­jun­to de obje­tos y per­so­na­jes que rodean la vida de la artis­ta y que nos invi­tan a que los encon­tre­mos.

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