Avan­za el Fes­ti­val de Talle­res de Tea­tro Clá­si­co de Sala Rus­sa­fa que, has­ta el 30 de junio, pro­gra­ma cua­tro pie­zas en las que se revi­si­tan auto­res y obras que han mar­ca­do la his­to­ria de la dra­ma­tur­gia des­de acer­ca­mien­tos nove­do­sos y ale­ja­dos de pre­jui­cios, que rei­vin­di­can su abso­lu­ta actua­li­dad.

La ter­ce­ra pro­pues­ta de esta pro­gra­ma­ción es una ver­sión de Noche de reyes, uno de los tex­tos más moder­nos de Sha­kes­pea­re.

Del 20 al 23 de junio pue­de ver­se esta come­dia amo­ro­sa en un mon­ta­je diri­gi­do por Che­ma Car­de­ña, fru­to del tra­ba­jo en el ‘Taller de Tea­tro de pos­gra­do para pro­fe­sio­na­les’, don­de alum­nos que ya han reci­bi­do una for­ma­ción com­ple­ta en artes escé­ni­cas e inclu­so han teni­do sus pri­me­ras expe­rien­cias pro­fe­sio­na­les, pro­fun­di­zan duran­te seis meses en las téc­ni­cas inter­pre­ta­ti­vas.

Sus nue­ve inte­gran­tes suben al esce­na­rio para dar vida a este diver­ti­do espec­tácu­lo, que tras­la­da la his­to­ria pala­cie­ga crea­da por Sha­kes­pea­re a fina­les del siglo XVI a un col­ma­do del pri­mer ter­cio del S. XX, con la ambien­ta­ción de ves­tua­rio corres­pon­dien­te y curio­sas ver­sio­nes al esti­lo cla­qué o char­les­ton de temas de Lady Gaga y Rihan­na.

Sobre las tablas pue­de ver­se tan­to el inte­rior de este espa­cio liber­tino, diri­gi­do por una mujer madu­ra de pasio­nes vivas, como las calles que le rodean, don­de se guar­da la com­pos­tu­ra. Un refle­jo de una doble moral que, en muchos ámbi­tos, sigue ple­na­men­te vigen­te. “Esta pie­za se estre­nó como encar­go de la rei­na para la noche de Reyes y des­pués pasa­ría al Glo­be, para que pudie­ra ver­la todo el mun­do”, expli­ca Car­de­ña, “Sha­kes­pea­re fue muy valien­te al retra­tar los amo­res que se daban en las cor­tes pala­cie­gas sin las cor­ta­pi­sas de las reglas socia­les. Y la para­do­ja es que cin­co siglos des­pués nos auto­cen­su­ra­mos a la hora de tra­tar cier­tos temas para no ofen­der a nadie”, seña­la el direc­tor del mon­ta­je.

La obra arran­ca con el nau­fra­gio de un bar­co en el que sobre­vi­ve la pro­ta­go­nis­ta, Vio­la. Pero cree haber per­di­do a su her­mano melli­zo, Sebas­tián. Dis­fra­za­da de hom­bre, inten­ta­rá empe­zar una nue­va vida al ser­vi­cio de un con­de. Es el arran­que de una deli­cio­sa tra­ma lle­na de equí­vo­cos, suplan­ta­cio­nes de iden­ti­dad, sor­pre­sas y encuen­tros, que inclu­ye una vela­da crí­ti­ca a las fal­sas apa­rien­cias.

El con­de uti­li­za­rá a su joven sir­vien­te para inten­tar ganar­se a una mujer a quien ama. Pero ésta sen­ti­rá más inte­rés por el men­sa­je­ro que por el men­sa­je. Y el pro­pio amo empe­za­rá a ver con otros ojos al paje. “Sha­kes­pea­re des­mon­ta un mon­tón de pre­jui­cios, crean­do per­so­na­jes feme­ni­nos que rom­pen con los roles de géne­ro, que son el eje de una tra­ma don­de el amor es libre y eli­ge des­ti­na­ta­rio, sin fijar­se en la cla­se social o el géne­ro”, afir­ma Car­de­ña seña­lan­do la moder­ni­dad de una tra­ma que rei­vin­di­ca la inte­li­gen­cia emo­cio­nal de las muje­res, su papel acti­vo en los sen­ti­mien­tos pero tam­bién en las deci­sio­nes. Una visión moder­na del amor don­de lo que impor­ta es la esen­cia. Y don­de ésta no tie­ne que ver con el sexo, sino con la per­so­na.

SALA RUSSAFA ESTRENA UN NUEVO GALARDÓN QUE RECONOCE A PERSONAS E INSTITUCIONES QUE APOYAN LAS ARTE ESCÉNICAS

La octa­va edi­ción de los Pre­mios del Públi­co de Sala Rus­sa­fa cele­bra su entre­ga el pró­xi­mo domin­go 23 de junio. Estos galar­do­nes son fru­to de las vota­cio­nes de los espec­ta­do­res, que tras cada fun­ción (exclu­yen­do las pro­duc­cio­nes del pro­pio tea­tro y su línea docen­te o de Arden, la com­pa­ñía impul­so­ra del cen­tro cul­tu­ral) pue­den pun­tuar el espec­tácu­lo y depo­si­tar sus votos en una urna.

Al final de la tem­po­ra­da, se hace un recuen­to y se obtie­ne la nota media de cada pie­za, de mane­ra que no inter­fie­re el núme­ro de espec­ta­do­res o de fun­cio­nes rea­li­za­das de cada espec­tácu­lo, sino las valo­ra­cio­nes reci­bi­das. Así se dis­tin­gue a los mejo­res espec­tácu­los en dis­tin­tas cate­go­rías: valen­ciano, nacio­nal, de dan­za, fami­liar y reve­la­ción.

Ade­más, el públi­co reci­be galar­do­nes. La Fun­da­ción Bro­me­ra pre­mia al mejor tra­ba­jo de espec­ta­do­res alum­nos y al mejor cole­gio de los que acu­den a las fun­cio­nes de la Cam­pa­ña Esco­lar. Y, entre las vota­cio­nes reci­bi­das, Sala Rus­sa­fa esco­ge al azar una para pre­miar a un espectador/a, quien reci­be un abono para dis­fru­tar de todos los estre­nos de la pró­xi­ma tem­po­ra­da de mane­ra gra­tui­ta.

A todos estos galar­do­nes se suma uno nue­vo: el Pre­mi Esce­na Sala Rus­sa­fa, que nace para reco­no­cer a per­so­nas, enti­da­des o ins­ti­tu­cio­nes que apo­yan las artes escé­ni­cas, pese a per­te­ne­cer a otros ámbi­tos cul­tu­ra­les y socia­les. Es el caso del pri­mer galar­do­na­do, José Luis Pérez Pont, direc­tor del Con­sor­ci de Museus de la Comu­ni­tat Valen­cia­na. “Estoy muy sor­pren­di­do y muy agra­de­ci­do al equi­po de Sala Rus­sa­fa. No sue­lo reci­bir pre­mios y me hace mucha ilu­sión que ven­ga de un espa­cio y de per­so­nas a quie­nes admi­ro”, admi­te Pérez Pont.

Des­de la trans­for­ma­ción del Cen­tre del Car­me en un Cen­tre de Cul­tu­ra Con­tem­po­rà­nia, su obje­ti­vo ha sido abrir­se a más dis­ci­pli­nas artís­ti­cas, favo­re­cien­do la inter­ac­ción de la pro­gra­ma­ción de artes visua­les con la dan­za, el tea­tro de peque­ño for­ma­to o las per­for­man­ces, entre otras expre­sio­nes cul­tu­ra­les. “La expe­rien­cia ha sido muy posi­ti­va por­que per­mi­te sumar públi­cos, los que vie­nen por­que les gus­ta el tea­tro y quie­nes se sien­ten más atraí­dos por las artes visua­les. Unos y otros des­cu­bren un len­gua­je y unas pro­pues­tas que qui­zá son nue­vas para ellos. Éste era uno de mis obje­ti­vos para el Cen­tre del Car­me y el Con­sor­ci de Museus, abrir nue­vas ven­ta­nas de opor­tu­ni­dad, faci­li­tar el acce­so a la cul­tu­ra”, comen­ta el direc­tor del ente.

Des­de Sala Rus­sa­fa, Juan Car­los Garés expli­ca el ori­gen de este nue­vo galar­dón: “que­ría­mos agra­de­cer su labor para dina­mi­zar la esce­na a quie­nes, en teo­ría, no ten­drían por qué hacer­lo, ya que no es su com­pe­ten­cia direc­ta. Pero que en muchas oca­sio­nes están con­tri­bu­yen­do tan­to o más que quie­nes lo tie­nen entre sus atri­bu­cio­nes. Y de mane­ra desin­te­re­sa­da. Es el caso de Pérez Pont. Y el de otras muchas per­so­nas e ins­ti­tu­cio­nes a los que nos gus­ta­ría ir home­na­jear median­te este humil­de reco­no­ci­mien­to a lo lar­go de los años”, apun­ta el direc­tor del cen­tro cul­tu­ral, que el pró­xi­mo domin­go 23 hará entre­ga de este galar­dón jun­to al res­to de Pre­mios del Públi­co de Sala Rus­sa­fa.

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