loader image

Hoy es mar­tes, 15 de octu­bre de 2024

“Hay que ser agradecidos, pero no de estómago”

Auténtica, cañera y divertida como persona, impresionante como artista, Carmen Calvo se toma con cierta sorna y bastante escepticismo su reciente condición de Premio Nacional de Artes Plásticas 2013, y aprovecha cualquier ocasión para reivindicar un cambio de política cultural que pase por acabar con el 21% de IVA que está “hundiendo”, también, el mercado del arte.

¡Pre­mio Nacio­nal de Artes Plás­ti­cas! ¿Se habrá que­da­do a gus­to?

Nun­ca me han preo­cu­pa­do los pre­mios ni las selec­cio­nes, pero a todo el mun­do nos gus­ta que nos reco­noz­can. Es un pre­mio con­ce­di­do por gen­te muy dis­tin­ta y es difí­cil que todos acuer­den la mis­ma per­so­na. Se agra­de­ce a los gale­ris­tas, colec­cio­nis­tas, ami­gos… que te siguen apo­yan­do en esto des­pués de cua­ren­ta años. Te da ener­gía para seguir, y segui­re­mos. Es una gra­ti­fi­ca­ción que te hala­ga, y en estos momen­tos tam­bién una ayu­da, pero no me olvi­do de que el pro­ble­ma sigue estan­do, y es que en estos momen­tos los crea­do­res esta­mos en una situa­ción muy mala por­que no se ven­de nada, por­que hay un 21% de IVA que nos está reper­cu­tien­do muchí­si­mo en nues­tra sali­da al exte­rior y tam­bién en el inte­rior.

¿El mun­do del arte abo­ca­do a la eco­no­mía sumer­gi­da?

Pero a mí de qué me sir­ve ven­der dos cua­dri­tos… ¿Cómo ingre­so ese dine­ro para pagar la luz, el agua y los impues­tos…? No esta­mos hablan­do de que el pin­tor, como se decía en otras épo­cas más román­ti­cas, era “la bohe­me”. Aquí se come, se paga a los car­pin­te­ros, fotó­gra­fos, trans­por­tes…

¿Este pre­mio ava­la su con­sa­gra­ción artís­ti­ca, le pone toda­vía más en pri­me­ra línea?

No, esto es para no creer­se nada, para con­ti­nuar, pero no quie­ro pare­cer poco agra­de­ci­da. Vie­ne bien, por­que hay unos pro­yec­tos que que­ría hacer, de una cier­ta dimen­sión, y voy a poder­los aco­me­ter. Estoy con­ten­ta por­que soy una de las pocas muje­res –y debe­ría­mos ser más–, que rei­vin­di­can nues­tra labor y nues­tra tra­yec­to­ria. El Pre­mio Nacio­nal se lo han dado a Luz Casal, a Ama­ya Arzua­ga, a una bai­lao­ra, pero si miras la lis­ta de seño­ras y seño­res toda­vía esta­mos en un plano más baji­to.

¿Será impor­tan­te para su pro­yec­ción aquí en la terre­ta?

Siem­pre mi mira­da ha esta­do más “open the win­dow”, hacia fue­ra. La terre­ta está muy bien para rei­vin­di­car las cosas que no quie­res que exis­tan. Por eso una vive aquí, por­que le gus­ta su tie­rray le gus­ta­ría que tuvie­ra otro per­fil, aun­que se vive bien, pro­tes­tan­do y luchan­do, pero estás. Como hay pro­ba­bi­li­dad de salir y entrar, es lo bueno, lo que te enri­que­ce, pero por lo demás… Me iría una tem­po­ra­di­ta fue­ra. Aquí de colec­cio­nis­mo prác­ti­ca­men­teno hay nada.

¿La bur­gue­sía valen­cia­na no com­pra cua­dros?

Ah, ¿pero hay bur­gue­sía valen­cia­na, te pre­gun­to yo a ti? Me gus­ta ir un poco a con­tra­co­rrien­te, pero aho­ra ya no voy a ven­der ni un cua­dro.

El jura­do ha des­ta­ca­do el carác­ter híbri­do y ecléc­ti­co de su crea­ción…

¡Ay¡ ¿Qué es híbri­do? Lo he mira­do en el Dic­cio­na­rio de la Real Aca­de­mia y pone algo así como mez­cla de cosas… Yo en el fon­do lo iden­ti­fi­co como una his­to­ria que se tra­ba­ja con mate­ria­les dife­ren­tes, un guión con foto­gra­fías, el pan de oro, el dibu­jo, el barro… por­que ven­go de una escue­la clá­si­ca y todo eso res­pon­de a una for­ma­ción en un tiem­po.

¿Estu­dió publi­ci­dad?

Entré en Artes y Ofi­cios muy joven­ci­ta, con 14 años, en el Car­men. Nun­ca me intere­só la docen­cia, ten­go el títu­lo de publi­ci­dad, pero a la vez ingre­sé en Bellas Artes. He tra­ba­ja­do en publi­ci­dad, en una empre­sa de cerá­mi­ca, jun­to con Miquel Nava­rro… Modos de vivir, y siem­pre me ha ido muy bien. ¿Lo de ecléc­ti­ca? Siem­pre están con paro­le, paro­le, paro­le

¿Quién tie­ne la cul­pa de este desas­tre tam­bién en las artes plás­ti­cas?

Un tipo de cul­tu­ra que están fomen­tan­do y que no va de acuer­do con lo que está pasan­do, un tipo de cul­tu­ra que afec­ta des­de la escue­la, des­de la gen­te que se está for­man­do. Afec­ta a los “pin­tu­re­ros”, pero tam­bién a los tea­tre­ros, los cineas­tas, los escri­to­res. Con esa ley que están impo­nien­do es impo­si­ble tra­ba­jar, es un retro­ce­so a otros tiem­pos.

Lo pri­me­ro que dijo al cono­cer el Pre­mio es que no se iba a callar, que iba a con­ti­nuar dan­do tra­lla…

Entre todos se hace camino al andar. Si yo digo un poqui­to y lue­go sale otro que dice otro poqui­to… Hay que ser agra­de­ci­dos, pero no de estó­ma­go. Si no cam­bian, así irá el país. Lo están mal­tra­tan­do. Yo esto lo he ele­gi­do por­que quie­ro ser pin­to­ra, soy pin­to­ra por­que quie­ro, pero un país al que le impo­nen otra mane­ra de cul­tu­ra que no es la suya…

¿Eso se refle­ja en su obra o logra abs­traer­se?

Pues creo que tie­ne mucho que ver. Hay que mirar y hay que com­pa­rar. El tema que sigue ins­pi­ran­do mi tra­ba­jo es la socie­dad, de la mane­ra que sea, y sería muy ruin que estu­vie­ra de acuer­do con todo. En mi últi­ma expo­si­ción, en mi últi­mo pre­mio, en mi tra­ba­jo… a mí me gus­ta tener la duda, y el día que no la ten­ga, mala­ment. El arte for­ma par­te de la cul­tu­ra de un país, y enton­ces hay que pro­te­ger el arte y la cul­tu­ra.

¿Este es un país artís­ti­ca­men­te incul­to?

Sí, un poco. Aquí hay muy bue­nos pro­fe­sio­na­les del arte, pin­to­res, escri­to­res, cineas­tas, pero sigo vol­vien­do otra vez al grano: es un pro­ble­ma de apo­ya­tu­ra, de que no exis­tan esas leyes. Si en otros luga­res es un 7%, ¿por qué aquí tie­ne que ser un 21% en un país pobre?

¿Tie­ne tres expo­si­cio­nes mon­ta­das?

Sí, pero eso es de antes del Pre­mio Nacio­nal, por­que una expo­si­ción no se hace en una sema­na. Aca­bo de qui­tar la de Madrid y la de Bar­ce­lo­na, y ven­go de inau­gu­rar la de Sevi­lla. Es que yo no hago nada más que esto.

¿Des­pués del Pre­mio Nacio­nal de Artes Plás­ti­cas no le han llo­vi­do las lla­ma­das de gale­ris­tas y colec­cio­nis­tas?

Hom­bre, algo se ha movi­do. Pero vamos a ver, en estos momen­tos hay que pen­sar que la admi­nis­tra­ción no tie­ne una perra y que en los museos no hay dine­ro. Un pre­mio te pue­de ser­vir para con­ti­nuar tra­ba­jan­do y sobre todo para tu pro­yec­ción exte­rior. Una cosa son los pro­yec­tos que pue­da haber en una ciu­dad y otra comer de esos pro­yec­tos. De los pro­yec­tos de esta ciu­dad yo poco he comi­do. A tra­vés de la his­to­ria del arte siem­pre ha habi­do gen­te más mima­da, pero no tan des­ca­ra­do como aho­ra.

¿No hay recur­sos para pro­mo­cio­nar artis­tas?

Ni tam­po­co para arre­glar un museo como el San Pío V, que se está cayen­do a tro­zos, o de fomen­tar otras polí­ti­cas cul­tu­ra­les en los museos.

¿Cómo se ven­de­ría para los lec­to­res de Valen­cia City que no cono­cen la obra de Car­men Cal­vo, valen­cia­na y Pre­mio Nacio­nal?

Pri­me­ra­men­te no soy una pin­to­ra de gran­des masas, y por eso estoy tan sor­pren­di­da, por­que nun­ca he temi­do que rom­pie­ran la puer­ta de mi estu­dio para com­prar cua­dros. Mi obra cues­ta de ver y de refle­xio­nar­la, y lo de las com­pras y las ven­tas lle­ga pau­sa­da­men­te. Pero como lo lle­vo todo sola me lo mane­jo muy bien. Tra­ba­jo con gale­rías del exte­rior, del extran­je­ro, que es lo que me sal­va.

¿Nada ha cam­bia­do, pues, con el Pre­mio?

Es que no tie­ne por qué cam­biar. Sigo con mis pro­yec­tos, y en el plan de jubi­la­ción hace dos años que no invier­to. ¡Cómo he tra­ba­ja­do des­de los 14 años!, aun­que en algún sitio no me coti­za­ron. Aun no es tiem­po de jubi­la­ción, y es que ade­más no me pien­so jubi­lar.

Compartir es vivir!

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia