“Demasiadas veces se mira al norte o al oeste en busca de estrechar relaciones, cuando el verdadero interés está en el este, en las Islas Baleares”
Llegó el verano y se cambia de óptica… Es el momento en el que se redescubre que una naviera como Baleària se ha convertido en una compañía vital para el transporte en esta zona del Mediterráneo… La presencia de Baleària en puertos como los de Dénia, Ibiza, incluyendo el revitalizado San Antonio, o Formentera, es extraordinaria. Convertida ya en una de las grandes compañías con sede en la Comunidad Valenciana, su artífice y presidente, Adolfo Utor, conversa con Valencia City.
Realmente, ¿cuánto ayuda la actividad y el desarrollo de Baleària al crecimiento de puertos como el de Dénia o Ibiza?
Nuestra condición de infraestructura de transporte nos posiciona en un lugar básico, un territorio, una comunidad fundamenta su crecimiento y progreso en la tenencia de buenas y eficientes infraestructuras de transporte. Las líneas marítimas son las autovías del mar, terrestres o ferroviarias. Es cierto que las inversiones públicas se circunscriben a los puertos, y las vías o el asfalto lo suplen los buques con la naturaleza, que es el mar, pero tan cierto como que la vertebración y progreso de los pueblos dependen de estas infraestructuras de transporte. Unas buenas comunicaciones marítimas entre la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares contribuyen decididamente al desarrollo económico de ambas comunidades. Las Islas Baleares es una de las comunidades con mayor renta per capita de España, equiparable a la de algunos Landers alemanes, y se suministran todas sus necesidades de bienes y productos desde la Península. Demasiadas veces se mira al norte o al oeste en busca de estrechar relaciones, cuando el verdadero interés está en el este, en las Islas Baleares.
Esa presencia potente de Baleària, sin embargo, no lo es tanto en instalaciones portuarias como las de Barcelona o Valencia.
Cierto, los dos puertos nombrados no son muchas veces conscientes de la importancia de las líneas regulares con las Islas Baleares, de los ingresos que estas líneas suponen para el propio puerto, y de la capacidad de generar riqueza que estas líneas suponen para el territorio. Se obsesionan con otras dos actividades portuarias, que sin dejar de ser importantes, marginan al cabotaje, en ocasiones de forma inmisericorde. Estas son los cruceros y el tráfico de contenedores. El primero supone la llegada masiva de visitantes con “all inclusive” a bordo que, en el mejor de los casos, se llevan algún souvenir de las ciudades, y el segundo con tráficos que en su mayor parte no suponen import-export para sus interlands, sino que se limitan a ser un hub, donde se intercambian cajitas que nunca salen del puerto… Yo no quiero desmerecer estas actividades, solo quisiera que los tráfico cautivos de cabotaje tuvieran una mejor atención.
La actividad de Baleària podría ayudar, incluso, a revitalizar el frente marítimo de Valencia, que tanto ha preocupado a la administración local, ¿no cree?
Baleària es una empresa local con vocación global, son muchos puertos en los que trabajamos, entre ellos el de Valencia, y estaríamos encantados desde nuestra actividad en contribuir a su revitalización. Un puerto donde hemos invertido y donde se encuentra nuestra sede social es el de Dénia, perteneciente a la Generalitat Valenciana, en el que junto con la Conselleria de Infraestructuras hemos desarrollado un proyecto público-privado que invitamos a visitar y del que nos sentimos muy orgullosos. Desde puertos de Baleares nos citan como ejemplo de gestión y modelo a seguir.
De hecho, una de sus estrategias comerciales pasa por revitalizar las actividades culturales y sociales de la Fundación Baleària, incluso transformar el viaje de sus clientes en un objetivo de ocio en sí mismo…
Baleària hace aproximadamente seis años decidió impulsar un nuevo concepto de viaje marítimo: el mismo viaje es el destino. Este nuevo concepto se gestó hace ocho años y se concretó con la construcción de cuatro nuevos ferries que supusieron una inversión de 350 millones de euros. A principios de siglo nos volcamos con la idea de la alta velocidad, nuestro objetivo era llegar pronto compitiendo con el avión, ahora y reivindicando lo tradicional de la navegación marítima, con buques de velocidad media, 22–24 nudos, nos hemos empeñado en conseguir a través de los servicios de a bordo que el viaje se convierta en una experiencia, en la que el pasajero reciba servicios y entretenimiento, donde la travesía se convierta en un fin en sí mismo. En estos momentos compatibilizamos ambos conceptos, pero nuestra apuesta de futuro es el viaje experiencial.
Para ustedes, ¿qué es más rentable, el movimiento de mercancías o el de pasajeros?
Ambas actividades se complementan. Nuestros barcos transportan pasajeros y mercancías rodadas al mismo tiempo, nuestra competitividad se basa en esta realidad. A nivel de ingresos podemos decir que prácticamente estos se distribuyen al 50%, entre las mercancías rodadas y los pasajeros y vehículos que con ellos se transportan.
¿Y cuánto han crecido en los últimos años a pesar de la crisis?
Los crecimientos más significativos de Baleària se produjeron entre el año 1998 y el año 2008, cuando convertimos una empresa con una facturación el primer año de 9 millones de euros y 120 trabajadores, en una empresa con una facturación de 220 millones y 1.000 trabajadores. En estos cinco último años, desde el año 2009, hemos adoptado una política de contención y ajuste, para hacer frente a la crisis, hemos reducido sustancialmente nuestra deuda y con Ebitdas por encima de los 50 millones de euros, y hemos alcanzado una facturación de 260 millones de euros. La compañía ahora se encuentra en una situación muy sólida y en disposición de emprender nuevos retos de futuro.
En cualquier caso, parece que el futuro son las llamadas autopistas del mar… ¿qué opina?
Las autopistas del mar están especialmente dirigidas a las mercancías, y consisten fundamentalmente en conseguir que muchos de los camiones que hoy circulan por las carretera lo terminen haciendo por el mar. El origen de esta idea parte de la necesidad que el mundo tiene de combatir el cambio climático, hay que recordar que el transporte marítimo es el modo de transporte más sostenible, resultando que las emisiones de CO2 de un camión transportado por mar son muy inferiores a las que se producen por carretera. El principal hándicap se encuentra en los costes suplementarios, mientras las carreteras en muchos casos están subsidiadas, porque son gratis o están subvencionadas, los puertos lejos de ser un elemento facilitador son un tapón, necesitan mejorar todavía mucho su competitividad para que las autopistas del mar se impongan a las terrestres, y con ello podamos contribuir a la salvación del planeta. En cualquier caso soy un firme defensor de las autopistas del mar y de su promoción como buen armador.
¿Y la intermodalidad, afecta al tráfico marítimo?
La intermodalidad es fundamental para el tráfico marítimo: el billete único ave+barco, las autopistas del mar… para facilitar la intermodalidad debe haber una gran interconectividad entre los distintos modos de transporte, entre aeropuestos y puertos, entre estaciones de ave y puertos, entre autopistas y puertos. El desarrollo de la interconectividad es tan importante como la tenencia que grandes infraestructuras de transporte.
Y desde esa óptica, ¿cuáles son los planes de futuro de Baleària?
Baleària va a seguir desarrollando su actividad en el transporte regular mixto, bajo el concepto del viaje es el destino y en el ámbito territorial actual. Al mismo tiempo tenemos como objetivo que el 50% de nuestros ingresos provengan de tráficos internacionales en los próximos cinco años; actualmente los ingresos internacionales suponen aproximadamente el 12% de nuestros ingresos. Para ello seguiremos ampliando nuestro negocio fundamentalmente en el Caribe. Por otro lado no descartamos en los próximos años iniciar un proyecto en el sector de los pequeños cruceros, entre 500 y 1.000 plazas, para cubrir un nicho que se encuentra desatendido por los mega cruceros, un producto fundamentado en la cultura, la gastronomía y el medio ambiente, dirigido a un target de clases medias europeas, exclusivo pero no lujoso. Calidad a precios competitivos.
¿Y cómo cree que van a evolucionar los diversos polos del Mediterráneo?
El transporte marítimo va a ayudar a desarrollar a las distintas economías y culturas del Mediterráneo, tanto desde el punto de vista económico como del ocio. El norte de Africa es una oportunidad, expuesta a la evolución y a la estabilidad política de sus gobiernos, pero una oportunidad. El futuro está en África y no olvidemos que el Mediterráneo es el nexo de unión entre el Norte y el Sur y entre Oriente y Occidente. Todos deseamos asistir a un resurgir del Mediterráneo, donde el transporte marítimo resulta determinante, como ya lo fue en otras grandes épocas de nuestra historia.
LÍDERES EN FACTURACIÓN
¿Qué lugar ocupa Baleària en el ránking empresarial valenciano?
En la provincia de Alicante somos la empresa alicantina con mayor facturación, en la Comunidad Valenciana ocupamos el puesto vigésimo.
¿Se ve más ya como empresario que como político?
Mi experiencia política fue gratificante y enriquecedora pero forma parte del pasado. Mi trabajo, mis esfuerzos y mi tiempo lo dedico a la actividad empresarial, y mi horizonte solo vive para este fin.
¿Sigue siendo presidente de la Asociación Española de Empresas Navieras?
El año que viene cumpliré la segunda y última legislatura como presidente de los navieros españoles. A nivel de representación empresarial he estado bastante ocupado durante estos años: otra etapa, la política empresarial en Madrid que poco a poco iré también superando.
¿Y tiene alguna opinión al respecto del proceso soberanista catalán?
La he expresado y es compartida por todos los empresarios sensatos que conozco, que tenemos intereses en Cataluña. Yo personalmente no concibo una España sin Cataluña, desde el punto de vista político y económico, pero respeto la legitimidad de otras opiniones. Como empresario se hace exigible una solución política que termine con tanta incertidumbre, una solución política que pase por un pacto de Estado lo más amplio posible. Se hace necesaria la creación de una mesa de debate y negociación entre los grandes partidos nacionales y catalanes que sean capaces de sentarse sin condicionantes ni prejuicios. Con la mente abierta y siendo pragmáticos.
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