“El museo debe estar en la formación educativa del individuo; a la galería se llega cuando ya se está iniciado”

Olga Adelantado, Galerista

Olga Ade­lan­ta­do (Valen­cia, 1970) es la voz de la Aso­cia­ción de Gale­rias de Arte Con­tem­po­rá­neo de la Comu­ni­dad Valen­cia­na, (LaVAC). Hija de Luís Ade­lan­ta­do, el his­tó­ri­co gale­ris­ta valen­ciano, hoy por tie­rras mexi­ca­nas al fren­te de otra de sus sedes, ella ha cogi­do el tes­ti­go del nego­cio fami­liar y es acti­va en todo lo que pue­de del arte en la ciu­dad des­de la gale­ría que lle­va su ape­lli­do.

Valen­cia siem­pre ha sido una ciu­dad van­guar­dis­ta y con­tem­po­rá­nea aun­que la cri­sis la borró un poco del mapa en este sen­ti­do. ¿Cómo está aho­ra mis­mo el pano­ra­ma artís­ti­co aquí?

Muchí­si­mo mejor, de hecho lo de “estar fue­ra del mapa” fue un titu­lar en su momen­to por­que así lo sen­tía­mos. No había ins­ti­tu­cio­nes que apos­ta­ran por el arte con­tem­po­rá­neo, está­ba­mos des­pro­te­gi­dos y solo las gale­rías hacía­mos una labor, peque­ña, para lo que es una ciu­dad. Des­de que se comen­zó ese tra­ba­jo inten­so en LaVAC, hace casi cua­tro años, se ha refor­za­do mucho el teji­do de las gale­rías para pre­sen­tar­lo a la ciu­dad, hacer even­tos colec­ti­vos impor­tan­tes, aun­que lo más des­ta­ca­do ha sido la nue­va direc­ción en el IVAM, ha vuel­to a ser un museo de arte con­tem­po­rá­neo y eso es fun­da­men­tal para la ciu­dad.

¿El arte nece­si­ta hacer rui­do para que se le haga caso? Para que la gen­te lo conoz­ca y lo entien­da sí, pero no que­re­mos sen­sa­cio­na­lis­mo en el arte. A veces los medios, por des­co­no­ci­mien­to, sólo se que­dan con la anéc­do­ta. Todo par­te de la edu­ca­ción, el arte enri­que­ce el espí­ri­tu de la per­so­na, para tener más posi­bi­li­da­des crea­ti­vas ante los pro­ble­mas de la vida.

La gen­te se acer­ca antes a un museo que entra en una gale­ría…

Las gale­rías están ahí, abier­tas para que se visi­ten, no se paga entra­da. La gen­te va más a los museos, ¿por qué? por­que esta­mos acos­tum­bra­dos a ir a even­tos gran­des y una gale­ría es una cosa muy peque­ñi­ta. Esta­mos com­pi­tien­do con los gran­des cen­tros en el arte. Ellos tie­nen hora­rio más amplio, más publi­ci­dad. El museo es cono­ci­do en la ciu­dad, una gale­ría no deja de ser un nego­cio pri­va­do. El museo debe estar en la for­ma­ción edu­ca­ti­va del indi­vi­duo; a la gale­ría se lle­ga cuan­do ya se está ini­cia­do. El arte es pen­sar, cues­tio­nar la reali­dad, y enri­que­ce tan­to des­de los museos como des­de las gale­rías.

¿La for­mu­la de Abier­to Valen­cia fun­cio­na? 

Fun­cio­na. Creo que, hoy por hoy, es un éxi­to y está con­so­li­da­do en al ciu­dad. Lle­va cua­tro años, fue mi apues­ta des­de la pre­si­den­cia de la Aso­cia­ción de Gale­rías, y hemos crea­do algo que nos mere­cía­mos en esta ciu­dad. Había teji­do para hacer­lo y los años nos han dado la razón. Tra­ba­ja­mos en esta ini­cia­ti­va tan­to para el públi­co gene­ral como para el pro­fe­sio­nal y colec­cio­nis­ta. ARCO nos patro­ci­na los gallery walks y siem­pre tie­nen mucho éxi­to de públi­co, los paseos de gale­ría a gale­ría. Hemos teni­do has­ta 10.000 per­so­nas cir­cu­lan­do por el Abier­to Valen­cia. No está nada mal. 

¿Cómo van las rela­cio­nes de las gale­rías con las ins­ti­tu­cio­nes públi­cas?

Van bien, mejo­ran. Siem­pre hemos esta­do en con­tac­to, no obs­tan­te. De hecho, el pri­mer Abier­to Valen­cia se pudo hacer gra­cias a una mini ayu­da ecó­no­mi­ca de la Gene­ra­li­tat que esti­ra­mos y jun­ta­mos con patro­ci­na­do­res. Las admi­nis­tra­cio­nes no com­pren­den bien el papel papel de las gale­rías pero nos dejan hacer; hace fal­ta más pre­su­pues­to, y aun­que des­de LaVAC tra­ba­ja­mos con aus­te­ri­dad somos cons­cien­tes de que el even­to no se debe estan­car, debe cre­cer para que no des­apa­rez­ca. Bus­ca­mos finan­cia­ción pri­va­da, todos los gra­ni­tos ayu­dan. Hemos reci­bi­do el apo­yo bási­co para poder hacer el Abier­to Valen­cia.

Hable­mos de su gale­ría, ¿de tal palo tal asti­lla?

¡Pues segu­ro! Mi voca­ción artís­ti­ca fue tem­pra­na, tenía cla­ro que estu­dia­ría Bellas Artes, des­de peque­ñi­ta. De hecho mi back­ground es de artis­ta, tuve carre­ra pro­fe­sio­nal lar­go tiem­po has­ta que se me pro­po­ne el reto de diri­gir­la. Me intere­sa­ba mucho el meca­nis­mo de la gale­ría y yo apor­ta­ba, ade­más, la visión del artis­ta. Es un pro­yec­to apa­sio­nan­te que empie­zo en 2013. 

¿Le cues­ta mucho dejar su pasa­do artís­ti­co para con­ver­tir­se en una bro­ker del arte?

Es bas­tan­te natu­ral, en un momen­to deter­mi­na­do pen­sa­ba más en ges­tio­nar la gale­ría que en pro­du­cir obra, me di cuen­ta de que mi par­te crea­ti­va bus­ca­ba otras inquie­tu­des. Todo lo apren­di­do como crea­do­ra me sir­ve para ayu­dar a mis artis­tas, refuer­zo sus inse­gu­ri­da­des, ade­más el tra­ba­jo de gale­ría te impli­ca en más par­tes del pro­ce­so. Tra­ba­jar con los artis­tas es lo mejor.

¿Se ven­de arte en Valen­cia?

Esta es una gale­ría inter­na­cio­nal, nun­ca hemos vivi­do solo de lo que pasa en Valen­cia. Pero es impor­tan­te vin­cu­lar­se a la ciu­dad, crear siner­gias y con­tac­tos. Acer­car el arte a los más peque­ños, por ejem­plo, a tra­vés de talle­res. 

Un artis­ta sin gale­ris­ta, ¿eso pue­de ser? 

Una bue­na gale­ría lo que hace es pro­te­ger al artis­ta, él se dedi­ca a su tra­ba­jo y noso­tros le guia­mos, somos sus agen­tes. 

Haga balan­ce de ARCO…

Apos­ta­mos por estar en colec­cio­nes impor­tan­tes y ha pasa­do. ARCO tuvo sus momen­tos malos pero los ha supe­ra­do. Es una apues­ta muy fuer­te y nos ha ido bien.

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