Toni Cantó. Actor, director y diputado en el Congreso por Valencia.

Toni Can­tó (Valen­cia, 1965) ha sido chi­co Almo­dó­var y actor en la lon­ge­va “Sie­te vidas” ade­más de actor cur­ti­do en el tea­tro. Aho­ra es dipu­tado en el Con­gre­so y debu­ta estos días como autor, tam­bién diri­ge, de la obra “Deba­te”, que lle­ga al Tea­tro Talía para mos­trar­nos las entra­ñas de la polí­ti­ca vis­ta des­de den­tro.

¿Qué se va a encon­trar el espec­ta­dor de “Deba­te”?

Se va a encon­trar pura­men­te con una nego­cia­ción de cómo se lle­va a cabo un deba­te tele­vi­si­vo, sim­bó­li­ca­men­te, de una mane­ra muy acer­ta­da, nos habla de cómo se ha hecho polí­ti­ca en nues­tro país. De qué for­ma los dos gran­des par­ti­dos vie­jos se lo han repar­ti­do todo y lo han pac­ta­do todo a nues­tras espal­das.

En la obra de tea­tro, ¿lo que se cuen­ta es así o ha sido debi­da­men­te dra­ma­ti­za­do para que sea más vis­to­so en el esce­na­rio?

El noven­ta y tan­tos por cien­to de todo lo que cuen­to en la obra es real, he jun­ta­do un poco de todos los deba­tes que se han hecho en nues­tro país. He con­sul­ta­do con perio­dis­tas, rea­li­za­do­res de tele­vi­sión y polí­ti­cos que for­ma­ron par­te en las nego­cia­cio­nes y en la rea­li­za­ción de esos deba­tes.

¿Son tan maquia­vé­li­cos los fon­ta­ne­ros de los par­ti­dos como se refle­ja en la obra?

Si, sin duda. Lle­gan a acuer­dos sobre qué temas se tra­tan, cuá­les no, de la mis­ma mane­ra que impi­den que se armen deba­tes don­de estén pre­sen­tes todas las fuer­zas par­la­men­ta­rias … He leí­do que Fei­joó aca­ba de decir que no a un deba­te a varios, esto algo que sigue de ple­na actua­li­dad. Rajoy tam­bién se negó y obli­gó a un deba­te a dos cuan­do la polí­ti­ca a dos ya no exis­te en este país. Se siguen ponien­do muchas tra­bas, lo cual es inau­di­to. En cual­quier otro país de nues­tro entorno no se atre­ve­rían a poner nin­gu­na.

¿Dón­de cree que hay más envi­dias en el tea­tro o en la polí­ti­ca?

En la polí­ti­ca hay más envi­dias que en el tea­tro, por supues­to. El tra­ba­jo en polí­ti­ca es pre­cio­so, y como todo arte noble y pre­cio­so tie­ne una par­te oscu­ra tam­bién. Los dos tipos de la obra lo encar­nan muy bien, son dos fon­ta­ne­ros, orgá­ni­cos, acos­tum­bra­dos a tra­ba­jar con el fan­go de su par­ti­do y del par­ti­do rival.

Cuan­do usted deje la polí­ti­ca, segui­rá con el tea­tro. ¿Cree que su paso por la  polí­ti­ca ha cam­bia­do la for­ma de mirar del Toni Can­tó actor y direc­tor?

Si, sin duda. Soy un poco más cons­cien­te de cómo fun­cio­na el sis­te­ma pero aún así sigo sien­do opti­mis­ta. Por eso estoy en polí­ti­ca, real­men­te creo que las cosas se pue­den cam­biar y mejo­rar.

Actual­men­te, con la situa­ción polí­ti­ca que vivi­mos (casi un año sin gobierno) hay un resur­gir del tea­tro de índo­le polí­ti­co. ¿es esa una de las pocas cosas bue­nas que ha traí­do la cri­sis?

Todo lo que sea con­cien­cia de que es impor­tan­te par­ti­ci­par de algu­na mane­ra y no ser ajeno a la polí­ti­ca, de que ésta nos pue­de apor­tar solu­cio­nes, es una bue­na cosa. En ese sen­ti­do creo que la cri­sis fue un toque de aten­ción hacia la ciu­da­da­nía y obli­gó a todos ellos a estar más pen­dien­tes y ser más cons­cien­tes, e inclu­so a par­ti­ci­par más. Espe­re­mos que por fin haya gobierno y no se nos some­ta de nue­vo a unas elec­cio­nes que yo creo que serían desas­tro­sas para la par­ti­ci­pa­ción. La gen­te es más cons­cien­te de que todo lo que pasa­ba en este país, empe­zan­do por la corrup­ción, era un gra­ví­si­mo pro­ble­ma que le afec­ta­ba mucho más direc­ta­men­te de lo que pen­sa­ban y que hay que com­ba­tir.

¿Está decep­cio­na­do des­pués de cono­cer la polí­ti­ca por den­tro?

No, estoy con­ten­to y estoy espe­ran­za­do. Nadie nos dijo que era fácil, que fue­ra sen­ci­llo cam­biar las cosas des­de den­tro, lue­go te das cuen­ta de cuá­les son esas difi­cul­ta­des, pero yo sigo sien­do muy opti­mis­ta y creo que mi par­ti­do, en estos últi­mos meses con los acuer­dos que ha hecho fir­mar a los gran­des, ha demos­tra­do que se pue­den cam­biar las cosas. De otra mane­ra, esos dos par­ti­dos no habrían cam­bia­do por volun­tad pro­pia.

Usted diri­gió el Fes­ti­val VEO y como ges­tor ahí tuvo oca­sión de cono­cer de pri­me­ra mano el tán­dem cul­­tu­­ra-polí­­ti­­ca. Aho­ra des­de la Comi­sión de Cul­tu­ra está al otro lado. ¿Cómo cree que podría fun­cio­nar bien esa com­bi­na­ción de polí­ti­ca y cul­tu­ra sin los habi­tua­les encon­tro­na­zos?

Cuan­do se ten­ga con­cien­cia de que la cul­tu­ra debe dejar de uti­li­zar­se como un ins­tru­men­to para ganar votos. Y que debe dejar de uti­li­zar­se como un ins­tru­men­to para pro­gra­mar solo para los míos. Por un lado se ha de hacer cul­tu­ra para todos, eso es impor­tan­te recor­dar­lo, pero el cam­bio fun­da­men­tal que se nece­si­ta es que deje­mos de pen­sar sola­men­te en la cul­tu­ra como algo a lo que hay que asis­tir y que fomen­te­mos más la prác­ti­ca en los ciu­da­da­nos. Eso le dará una dimen­sión impor­tan­te al tema.

¿Y eso será una cues­tión de edu­ca­ción? ¿de tiem­po?

Es una cues­tión de aten­ción por par­te de las auto­ri­da­des y de conec­tar debi­da­men­te edu­ca­ción y cul­tu­ra, que aho­ra mis­mo están en un mis­mo Minis­te­rio pero pare­ce como si estu­vie­ran en dos minis­te­rios muy ale­ja­dos.

Como autor y direc­tor de la obra, ¿está satis­fe­cho con el resul­ta­do?

Sí, la ver­dad es que en Madrid tuvi­mos un éxi­to de crí­ti­ca y de públi­co que me sor­pren­dió y a lo que estoy muy agra­de­ci­do. Fue muy intere­san­te escu­char lo que te decía el públi­co des­pués, de vez en cuan­do hacía­mos encuen­tros con los acto­res, que a mi me gus­ta­ría repe­tir en Valen­cia, don­de pre­gun­ta­ban por la fun­ción, el mon­ta­je, y real­men­te la gen­te esta­ba muy sor­pren­di­da. Lo que solían decir es que esta­ban agra­de­ci­dos de poder aso­mar­se como a tra­vés de una cerra­du­ra para ver lo que pasa al otro lado de la puer­ta, el públi­co agra­de­ce cono­cer los entre­si­jos del poder. Tam­bién agra­de­cían que se tra­ta­ra el tema con sen­ti­do del humor, la fun­ción es tra­gi­có­mi­ca, es diver­ti­da, la gen­te pasa un buen rato. La ver­dad es que sien­do mi pri­me­ra expe­rien­cia como autor estoy muy con­ten­to de cómo ha ido.

Cuen­ta para la pues­ta en esce­na con un elen­co muy bueno que man­tie­ne la ten­sión todo el tiem­po. ¿Es gra­ti­fi­can­te diri­gir o pre­fie­re actuar?

No tie­ne nada que ver. A mi me gus­ta mucho diri­gir, espe­ro seguir hacién­do­lo, pero tam­po­co que­rría per­der de vis­ta la inter­pre­ta­ción. Son dos cosas com­ple­ta­men­te dis­tin­tas y la ver­dad es que las dos tie­nen muchas cosas bue­nas.

¿A qué obra tea­tral le recuer­da la polí­ti­ca actual?

Has­ta que no haya gobierno, la polí­ti­ca actual me recuer­da a “Mucho rui­do y pocas nue­ces”. Pero vamos, algu­nos segui­re­mos hacien­do todos los esfuer­zos posi­bles para que lo haya.

Por últi­mo, ¿qué obra de tea­tro no ha hecho y le gus­ta­ría hacer?

Me gus­ta­ría hacer “Mac­beth”, ya que habla­mos de tea­tro polí­ti­co.

 

Foto­gra­fía: Ser­gio Parra.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia