José García Poveda, fotógrafo

Por su cáma­ra ha pasa­do el todo Valen­cia que aho­ra mues­tra en una expo­si­ción en La Nau, para la cual ha selec­cio­na­do, de su archi­vo ana­ló­gi­co, las fotos que más le intere­sa­ban de las que hizo entre los 80 y la actua­li­dad. Empe­zó a publi­car con una estam­pa de radio futu­ra en 1985 y des­de enton­ces ha retra­ta­do la vida social, cul­tu­ral y polí­ti­ca de la ciu­dad. La expo­si­ción ha sido pro­rro­ga­da has­ta el 22 de octu­bre.

¿Cómo y cuán­do empe­zas­te en la foto­gra­fía? ¿Tenías cla­ra tu voca­ción?
A prin­ci­pios de los 80 aún está­ba­mos recu- perán­do­nos de la dic­ta­du­ra de fran­co con una demo­cra­cia recién inau­gu­ra­da. Eran tiem­pos de espe­ran­za y está­ba­mos abier- tos y deseo­sos de todo lo nue­vo. fue enton­ces cuan­do comen­cé a inte­re­sar­me por la foto­gra­fía. Las pri­me­ras cáma­ras con las que empe­cé a salir a la calle a ver qué foto­gra aba eran pres­ta­das por ami­gos o fami­lia­res. Ya cuan­do pude me com­pré una zenit sovié­ti­ca que pare­cía de pie­dra, era la más eco­nó­mi­ca del mer­ca­do. Como todo dios, empe­cé foto­gra ando sobri­nos, ami­gos, muje­res y a la gen­te que tenía alre­de­dor. Bási­ca­men­te mi a ción por la foto­gra­fía salió de mi tra­ba­jo en un apa­ra­to de pro­pa­gan­da semi­clan­des­tino, en una libre­­ría-copi­s­­te­­ría. Yo me encargaba,de hecho apren­dí allí, del labo­ra­to­rio para pre­pa­rar las plan­chas y los ori­gi­na­les que se tenían que impri­mir en off-set. Hice un cur­si­llo ace­le­ra­do y ya comen­cé a tra­ba­jar con una gran máqui­na Agfa, la lla­má­ba­mos la repro­más­ter. Allí, en los ratos libres hice mis pri­me­ros foto­mon­ta­jes. se pue­de decir que ese fue mi pri­mer cuar­to oscu­ro. Con mi cáma­ra salía a foto­gra ar Valèn­cia y su gen­te. pron­to me vi en la nece­si­dad de tener un labo­ra­to­rio pro­pio, muy rudi­men­ta­rio, en casa, y ya comen­cé a reve­lar mis nega­ti­vos y a sacar mis pro­pias copias en blan­co y negro. solo hay que entrar en mi archi­vo para ver el pro­ce­so de apren­di­za­je des­tro­zan­do nega­ti­vos y papel foto­grá­fi­co. Lo poco que sé lo apren­dí solo en ese cuar­to con la luz roja y de Paco Jar­que.

Tus fotos son una radio­gra­fía de la Valèn­cia  de los 80 y 90. La expo­si­ción de tus tra­ba­jos en La Nau, La Valèn­cia del Fla­co, ha teni­do unas cifras de visi­tan­tes espec- tacu­la­res, más de 10.000 per­so­nas has­ta fina­les de julio.
Comen­cé a revi­sar mi archi­vo ana­ló­gi­co, des­de que hice mis pri­me­ras fotos en los 80 has­ta el 2004, que fue apro­xi­má­da­men­te cuan­do pasé al mun­do nue­vo digi­tal. selec­cio­né las fotos que podría poner en una expo que me inte­re­sa­ran a mi y tam­bién pen­sé en la gen­te que podía venir a ver mi futu­ra mues­tra, si lle­ga­ba a un acuer­do. El resul­ta­do de todo este tra­ba­jo, con la ayu­da de Nor­ber­to Pique­ras, el res­pon­sa­ble de expo­si­cio­nes de La Nau, es lo que he col­ga­do en La Valèn­cia del Fla­co. Estoy sor­pren­di­do de la acep­ta­ción que ha teni­do la mues­tra y la gran can­ti­dad y varie­dad de gen­te que la ha visi­ta­do y pro­mo­vio nado desin­te­re­sa­da­men­te en las redes. A veces me cru­zo con per­so­nas que no conoz­co que me feli­ci­tan y me dicen que se han emo­cio­na­do con mi expo­si­ción y que se les hace cor­ta la visi­ta, vamos, que les gus­ta­ría seguir vien­do más fotos.

¿Qué crees que se requie­re para ser foto­pe­rio­dis­ta?
Tener ganas y, sobre todo, tener un tra­ba­jo remu­ne­ra­do que te dé posi­bi­li­da­des de se- guir la noti­cia.

¿Tu refe­ren­te en la foto­gra­fía?
Paco Jar­que y su tra­ba­jo me hicie­ron amar más la foto­gra­fía.

¿Qué foto (no tuya) te hizo sen­tir algo espe­cial?
Cuan­do cono­cí a Alber­to Kor­da y me ense­ñó los nega­ti­vos y su foto más famo­sa del Che gue­va­ra, en una noche de ron y de encuen­tros en los años 90, en La Haba­na.

Tu tra­ba­jo está inevi­ta­ble­men­te uni­do a la Car­te­le­ra Turia. ¿Cómo empe­zas­te allí?
Comen­cé envian­do una foto de San­tia­go Ause­rón de radio futu­ra, en el año 1985. Han pasa­do más de trein­ta años.

¿El fotó­gra­fo nace o se hace?
Se hace hacien­do muchas fotos y dedi­cán­do­le mucho tiem­po…

¿Un con­se­jo para alguien que está empe­zan­do en la foto­gra­fía?
A alguien que empie­za en la foto­gra­fía le diría que ten­ga pacien­cia, con esto no se hará rico pero dis­fru­ta­rá mucho. Tam­bién que vea muchos libros de los gran­des fotó­gra­fos y se bus­que un buen maes­tro o maes­tra y que los obser­ve en su tra­ba­jo. Así se apren­de mucho.

¿Cómo se desa­rro­llan tus pro­yec­tos, des­de la idea a la prác­ti­ca?
Con cal­ma, humil­dad, escu­chan­do y bus­can­do todas las opi­nio­nes cua­li­fi­ca­das.

¿Qué es una bue­na foto para ti?
Que lla­me tu aten­ción y que no pue­das qui­tar los ojos de ella y lue­go se vaya con­ti­go en la cabe­za. Que te hubie­ra gus­ta­do hacer­la a ti mis­mo.

¿De qué foto te sien­tes más orgu­llo­so?
De muchas, pero sobre todo de una que ten­go en casa del male­cón de La Haba­na vacío, des­pués de una tor­men­ta.

Cuén­ta­nos algu­na anéc­do­ta rela­cio­na­da con esa foto que hicis­te y que fue tan espe­cial.
Pasea­ba por el male­cón y comen­zó a dilu­viar. una seño­ra joven me invi­tó a entrar en su casa para refu­giar­me del tre­men­do agua­ce­ro. Allí había una fami­lia con la que com­par­tí sus penas y ale­grías duran­te bas­tan­te rato y me invi­ta­ron a tomar un tra­gui­to de ron. Les hice fotos a todos y cuan­do paró la llu­via y me des­pe­día de ellos en la calle me encon­tré esta her­mo­sa foto de un insó­li­to male­cón sin coches y solo esas dos bicis.

 

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