Licenciado en Sociología, ex jugador de baloncesto e integrante de la filà Tuareg, el alcalde de Oliva, David González, es un gran apasionado de su ciudad. Él defiende que Oliva “está por descubrir” y asegura que esta nueva realidad, donde se fomentará el turismo menos masivo y de proximidad, le otorga muchas ventajas competitivas. En esta entrevista nos explica sus planes para reactivar la economía, entre los que destaca uno muy original basado en recuperar el gasto evadido hacia otras localidades. Y nos anima a reflexionar en conjunto “para caminar hacia una sociedad mejor”.
Oliva fue una de las primeras localidades valencianas que pasó a la fase 1, pues lo hizo ya hace un mes, concretamente, el 11 de mayo. ¿Cómo está siendo la adaptación en la ciudad?
Destacaría la buena respuesta de la gente, hay muchas novedades, pero la más relevante es la apertura del pequeño comercio y de las terrazas de los bares. Se ha dado una buena acogida por parte de los vecinos y vecinas. Me trasladan los comerciantes, las personas que regentan negocios hosteleros que, efectivamente, esa respuesta está siendo muy buena desde el primer día de la reapertura.
Esto es una buena noticia, sobre todo ante la incertidumbre que hay de cara al futuro. Desde el ayuntamiento se está trabajando codo a codo con comerciantes y hosteleros. Trabajamos en diversos frentes, por un lado, en que tengan toda la logística sanitaria necesaria para garantizar que los servicios se prestan en condiciones de seguridad para todas las personas que se acerquen a los negocios. También estamos aprobando medidas fiscales que aminoren la fiscalidad o la carga fiscal. Entre ellas se encuentran algunas como no cobrar la tasa de basura por el tiempo que han estado cerrados, modificar el calendario fiscal de impuestos que no es posible quitar y retrasar el pago a final de año. No cobrar la tasa de ocupación de mesas y sillas, aumentar las terrazas o doblar la ocupación para que el aumento de distancias entre mesas no suponga una minoración de las mesas que pueden disponer.
Anunciaron un plan para reactivar el comercio local junto a la Associació de Comerciants d’Oliva (ACCO). ¿En qué consiste?
Una cosa es la logística sanitaria y la fiscalidad y la otra el plan de choque para incentivar el consumo interno con medidas de concienciación y estimulo. Es una primera fase, consiste en una campaña publicitaria de concienciación a la ciudadanía para que entiendan la importancia que siempre ha tenido y el consumir y comprar en nuestros negocios, para evitar su cierre por razones obvias. Tener un comercio en la ciudad da vida a la misma, abastece de bienes y servicios a la ciudadanía. Además, hay que tener en cuenta que la mayoría de los negocios están regentados por vecinos y vecinas de Oliva. Por tanto, que les vaya bien a ellos implicará que nos irá bien a todos. Está esa primera fase de concienciación, luego hay otra de formación para la digitalización, para ayudarlos en estas cuestiones con plataformas de comercio online y logística. Es algo que no solo hay que tener, sino que hay que conseguir que llegue al consumidor final.
“La mayoría de los negocios están regentados por vecinos y vecinas de Oliva. Por tanto, que les vaya bien a ellos implicará que nos irá bien a todos”
Hace años, en plena crisis, en 2010, lanzamos un Plan de acción comercial. En ese momento teníamos una fuga de gasto de un 42%, que variaba en función del tipo de negocio, más en calzado menos en alimentación. A esto se le llama gasto evadido. Ahora nos planteamos recuperar la mitad de ese gasto evadido. Por tanto, estamos hablando de que podemos inyectar más de 10 millones de euros que se va a otras ciudades, a grandes superficies… hay margen para compensar esa pérdida de volumen de negocio derivada del descenso del consumo que no vaya a venir de otros lugares. Hay ese margen para compensarlo con la demanda interna.
No solo el comercio, sino también el turismo va a ser de proximidad. ¿Cómo lo van a fomentar?
El departamento de Turismo ya está trabajando en el nuevo paradigma. En turismo el nivel de incertidumbre todavía es muy grande, pero ya vamos sabiendo por dónde irán los tiros. Se está trabajando en diversas medidas, aumentar la seguridad de los negocios, cartas QR, logística sanitaria a la hostelería, se ha puesto en marcha una app donde el usuario de las playas podrá saber en tiempo real el nivel de masificación o no de las diferentes playas. En Oliva contamos con un litoral bastante extenso, que se divide en seis zonas. Esta app la desarrolla una empresa de la comarca de La safor. Oliva fue la primera en aplicarla, pero lo están exportando a otras ciudades. Se podrá visualizar el estado real con ventanas en directo a cada playa mediante webscam.
Se trabaja para desarrollar un plan de estímulo parecido al del comercio para estimular la demanda interna. Tenemos claro que el de este año va a ser un turismo nacional. Se está reorientando la estrategia de promoción turística para captarlo. Va a ser sobre todo nacional, a la espera de llegar a acuerdos de España con Italia, Francia o Inglaterra, se ha reorientado la estrategia hacia ese turismo de más proximidad.
“El nuestro no es un turismo masificado y entendemos que tenemos oportunidad y nicho de negocio sabiendo que va a ser verano muy difícil sobre todo por la incertidumbre”
Vamos a implantar medidas en las playas de distanciamiento para asegurar que se cumplen las medidas sanitarias. Queremos consolidarnos como un destino seguro y tranquilo, que va en la línea del turismo que viene. En Oliva contamos con muchos recursos naturales, tenemos un término municipal extenso donde no solo hay playa, sino también montaña, rutas turísticas y posibilidades con la naturaleza que casan muy bien con los parámetros que se van a implantar ahora. El nuestro no es un turismo masificado y entendemos que tenemos oportunidad y nicho de negocio sabiendo que va a ser verano muy difícil sobre todo por la incertidumbre. Estamos coordinados y vamos trabajando en un programa a desarrollar en lo que queda de año para que sea atractivo y, siempre dentro de los límites de fases, que haya oferta cultural, gastronómica… que otorgue un valor añadido a nuestra ciudad.
¿Como animaría a la ciudadanía valenciana a conocer Oliva?
Oliva está por descubrir. Suelo hablar mucho con turistas de esta cuestión. Aquí el turista está más ligado a la segunda residencia, es un turista fiel, pero los nuevos que llegan se sorprenden porque Oliva está por descubrir. Estamos entre dos grandes destinos turísticos como son Dénia y Gandia, parece que todo quede ahí, pero cuando vienen aquí se dan cuenta de que está por descubrir con muchos recursos, con un término municipal muy bello, con cultura, gastronomía y una gran hospitalidad que lo hacen muy atractivo. Por otra parte, somos un destino diferenciado, tiene una oferta turística diferenciada con otras. Creo que el hecho de no ser un turismo masificado nos da una oportunidad en este nuevo periodo que se abre ahora. Nosotros preservamos mucho la naturaleza, contamos con dunas salvajes y con un patrimonio desconocido como nuestro casco antiguo, el parque natural Marjal Pego-Oliva o montañas muy cerca del mar. Contamos con una oferta muy interesante, el turista repite, pero es un destino seguro por nuestra idiosincrasia.
¿Qué otras medidas están impulsando o van a impulsar para paliar esta crisis?
Queremos trabajar desde la unidad, la situación es muy seria y se necesita altura política por parte de todos, salvaguardando posicionamientos y el derecho a discrepar, pero es importante tener altura de miras, hacer un esfuerzo y lanzar ese mensaje de unidad a la ciudadanía, no el que se está lanzando desde la clase política nacional que deja bastante que desear.
“Es importante tener altura de miras, hacer un esfuerzo y lanzar ese mensaje de unidad a la ciudadanía, no el que se está lanzando desde la clase política nacional que deja bastante que desear”
Contamos con planes de ocupación para gente vulnerable y desempleada. No solo buscamos que se ocupen sino que se alineen con nuestros objetivos como mejorar espacios urbanos, parques jardines, rutas seguras, día a día de la ciudad, combinación entre formar y ocupar a la gente y que redunde en un beneficio en el municipio. Esa es la vía en la que estamos trabajando. Llevamos a cabo reuniones para agilizar el funcionamiento de la administración para que tenga repercusión, para dinamizar la economía en cuestiones como licencias de actividad, urbanísticas… que acaban en actividad económica, así como revisión de ordenanzas…
Usted es un gran aficionado al deporte y al baloncesto. ¿Cómo ve el futuro cercano de los deportes?
El Covid-19 va a cambiar muchas cosas. No solo por la incidencia sanitaria sino que ha acelerado cambios. Veo que también va a tener una afección importante en el deporte profesional, las cifras astronómicas no se van a poder pagar y esto va a generar cambios. Me preocupa, más que eso, el deporte profesional que ya no estaba casi remunerado, aquel que está fuera de la órbita del basquet, fútbol, tenis… que anteriormente a la crisis casi ya malvivían. Me preocupa mucho ese sector. El deporte amateur está a la espera de ver cómo van a poder desarrollarse las diferentes competiciones. El deporte individual tal vez está más salvaguardado, pero el de equipo no. Van a haber muchos cambios, uno por la naturaleza de la seguridad y otro porque va a ser muy vulnerable porque los recursos económicos será complicado. Se necesitarán no solo ayudas públicas sino privadas, espero que no suponga un gran perjuicio porque es muy importante, es un factor de cohesión, socialización y una manera de prevenir y mejorar la sanidad.
También participa activamente en las fiestas de Moros i Cristians, como miembro de la Filà Tuareg, que se suelen celebrar en julio y que ya han sido suspendidas. ¿Qué le diría a todo el colectivo festero?
Al colectivo festero les lanzo mensaje de solidaridad. Yo soy festero, se ha suspendido las Fallas, la Semana Santa y ahora esto. Como buen conocedor de mi municipio, les mando toda mi solidaridad. Mucha gente ha continuado recordando la fiesta y esto es muy importante. Las fiestas tienen un componente de pasarlo bien, de desconectar y también son importantes como industria económica. Pero tienen, no hay que olvidarlo, un componente identitario importante, cultural y de cohesión social. Mantener la esperanza, esto va a pasar, este año no habrá fiestas, pero no hay que dejarlas en el olvido. Debemos adaptarnos y mantener vivo ese espíritu hasta volver a celebrarlas de manera normal o con la nueva normalidad. Hay que reforzar la olidaridad y mantener la llama.
“Las fiestas tienen un componente identitario importante, cultural y de cohesión social. No hay que dejarlas en el olvido”
La gente necesita las fiestas, no solo para pasarlo bien sino para reconocernos socialmente y cohesionarnos. Todo los colectivos, a través de redes sociales o en los balcones, nos hemos vuelto a descubrir. Hemos redescubierto que tenemos calles, balcones y vecinos a los que antes saludábamos dos o tres veces al año, pero ahora los vemos todos los días. Dentro de las limitaciones, la ciudadanía y los festeros y festeras están manteniendo viva esa llama.
Usted es licenciado en sociología, ¿qué podemos aprender desde ella de toda esta crisis?
Podemos aprender varias cosas. Una, que antes de estas crisis estábamos inmersos en una especie de locura o frenesí diario que en muchas ocasiones éramos víctimas de esa dinámica. En esta crisis, el confinamiento nos ha ayudado a redescubrir vecinos, valorar más aspectos como la vida en familia, pensar las cosas, valorar más la comunidad. Salvaguarando el derecho individual, es muy importante porque nuestras acciones, al vivir en un comunidad ligada, afectan al vecino y viceversa.
“Debemos redefinir la globalización y volver a valorar más lo que tenemos aquí. Sin, caer en el populismo. Ayudar a valorar más esos aspectos sociales de la vida en comunidad y en familia”
Debemos tener en consideración esos lazos sociales y de comunidad. Al comprar en otro sitio cualquier producto, tal vez porque vale menos que el que nos ofrece nuestro vecino, no somos conscientes de que pagando ese precio menor tal vez fomentamos la contaminación o la esclavitud infantil, vienen desde otra parte del mundo con contaminación… Con esa filosofía debemos redefinir la globalización y volver a valorar más lo que tenemos aquí. Sin, caer en el populismo. Ayudar a valorar más esos aspectos sociales de la vida en comunidad y en familia.
También debemos valorar la importancia de los servicios públicos básicos, que se nos olvidan hasta que nos hacen falta. Creemos que funcionan automáticamente, salvaguardar la sanidad, la educación para que el estado tenga recursos para amortiguar el golpe. Lo público es muy importante, bien administrado, sobre todo en situaciones difíciles.
“Los mercados no nos van a ayudar, necesitaremos lo público y valorar esos servicios básicos, pasar de los aplausos a los hechos y a los recursos suficientes”
Los mercados no nos van a ayudar, necesitaremos lo público y valorar esos servicios básicos, pasar de los aplausos a los hechos y a los recursos suficientes. Nos debemos ayudar, entre todos, a comprender todo esto. Calmarnos un poco, pensar que crecer por crecer y consumir por consumir no es bueno. Podemos ser felices aunque no tengamos el último modelo de lo que sea. Hay que tener todo esto en consideración para caminar hacia una sociedad mejor.
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