Filósofo de formación y político de vocación, Francesc Colomer fue muy joven (24 años), alcalde de Benicàssim, cargo que repetiría años después en otras dos ocasiones. Esta perspectiva le hizo centrarse en la gestión pública del sector turístico, vital para la citada localidad castellonense.
Su preocupación por el tema y sus conocimientos y experiencia adquirida le han valido
para que el Presidente Ximo Puig lo nombrase al frente de la Agencia Valenciana de Turismo, un puesto clave desde el que afrontar uno de los pilares fundamentales del futuro económico y también cultural y paisajístico de la Comunitat Valenciana.
Bien entrados ya en el otoño me gustaría que hiciese balance de cómo ha sido este verano turísticamente hablando en la Comunitad Valenciana.
Tanto nuestras cifras oficiales, como la de otras asociaciones de empresarios de sector turístico y hostelero dicen que ha sido uno de los mejores años que ha tenido nuestra Comunitat, y eso es para alegrarnos, pero no hay que olvidar que el fenómeno del crecimiento que hemos tenido viene condicionado por la coyuntura internacional, que ha derivado turistas de otros destinos a nuestra
Comunitat, y por tanto, tenemos que saber valorar muy adecuadamente estas cifras y aprovechar este momento para ganar el futuro. No debemos ser conformistas, sino todo lo contrario, tenemos grandes retos que hay que alcanzar: desestacionalizar, cualificar el producto, invertir en capital humano y seguir siendo más competitivos por nuestros méritos.
¿Qué planes tiene la Agencia para segmentar el turismo por sectores?
En este momento hay que agudizar la inteligencia de mercados y constatar que la demanda se ha segmentado mucho. El futuro pasa por manejar muchos datos, para transformarlos en conocimiento, para darles una adecuada visión de negocio a nuestras empresas turísticas.
Por eso hablamos de realizar proyectos conjuntamente desde lo público y lo privado, la idea es compartir el análisis, compartir la búsqueda de públicos, y crear y cualificar productos turísticos.
Hay que dirigirse con inteligencia al mercado e ir a nuevos públicos. Desestacionalizar y elevar la rentabilidad del negocio turístico. Articular muchos elementos de gobernanza colaborativa: con la diputación, el ayuntamiento y las empresas privadas. Hay que reconvertir y trabajar el producto con el sector. Las ferias generalistas están bien, cumplen su función, pero la batalla está en la segmentación, en ser proactivos en la búsqueda del cliente, localizarlo y seducirlo para que nos escoja a nosotros. Otra de las claves es la batalla digital, se puede hablar ya de un turista tecnológico y debemos estarmuy bien posicionados en el tablero digital. Podemos decir, que nuestro gran leitmotiv de la gestión es la creación de productos segmentados y atractivos para el turista.
Volviendo a los sectores que hay que potenciar. La nueva incorporación de la gastronomía como materia de docencia en la Universidad, ¿de qué modo puede afectar a las labores que han venido realizando los CDT’s?
A mi me gusta hablar de un ecosistema del conocimiento, el CDT ha hecho muy bien su labor, es una historia de éxito, el nivel de inserción de los alumnos es muy elevado, y la formación muy buena, pero creemos que necesita un nuevo impulso, y para ello hemos abierto una sección nueva en los CDT’s que se llama ACCETUR: acelera turismo, porque creemos que deben ser centros de encuentro y de referencia para el sector, y crear un espacio de oportunidades laborales. Estamos convencidos de la importancia de estos centros y de hecho vamos a abrir uno en Morella en la fábrica Giner, va a ser un CDT de interior, donde estará muy presente el programa denominado
INVATUR potenciador del conocimiento a través del desarrollo del I+D. Queremos que en el propio centro se le dé formación al alumno, pero también, que encuentre las herramientas para que puedan abrir su propio negocio y potenciar a los emprendedores y futuros empresarios hosteleros.
Tenemos también que crear alianzas con otros centros de conocimiento y formar cuadros directivos de empresas turísticas, este es un vacío que hemos detectado que necesita el sector. En nuestro territorio hay muchos centros de formación: Gasma en Castellón, el Veles e Vents, el laboratorio de cocina tecnológica del propio Invatur, Dénia ciudad creativa de la Unesco, y las propias Universidades como enunciabas en tu pregunta, están sucediendo muchas cosas en el ámbito formativo de la hosteleria y nuestro propósito es darle coherencia a todo. Todo debe pertenecer a la estrategia de la gastronomía valenciana.
¿En qué situación está en este momento la gestión turística de la Dársena del Puerto de Valencia?
La Agencia Valenciana de Turismo no tiene competencias directas en la Dársena. Pero sí deseamos que la ciudad no viva de espaldas al mar. Cuando ves otras ciudades, ves otras experiencias y resoluciones turísticas que son perfectamente importables, desde la Agencia deseamos ayudar para que Valencia busque y encuentre sus diferencias, sus esencias y sus propuestas de valor para tener una oferta turística única y la Dársena es un ejemplo de ello. Lo único que podemos hacer es alimentar un debate en el valor turístico, gastronómico y patrimonial, de Valencia y de otras ciudades que viven de espaldas al mar.
¿Cree que quizá hay un sentimento generalizado de que no se ha aprovechado lo suficiente la conectividad que nos ofrece el AVE con la capital y con otras ciudades?
¿Cree que el tirón turístico que debería tener Valencia gracias a esta conectividad no lo ha alcanzado todavía? ¿Se está trabajando para tener mayores frutos?
La campaña “No me enseñes más postales”, está enfocada al mercado nacional y el centro peninsular, Madrid y Aragón, aunque me gustaría señalar la importancia de Cataluña.
Con Cataluña nos faltan mejores conexiones.
Sí, ciertamente, esto es un tema pendiente, sin embargo, hemos firmado un convenio con el Conseller de
Turismo de Cataluña para la promoción de nuestras oliveras milenarias y nuestro arte rupestre, que me parece muy interesante. Pero, volviendo a Madrid, aunque las cifras de pasajeros del AVE son muy buenas, no nos podemos quedar ahí, hay que estar permanentemente seduciendo al turista, no podemos dejar de sorprender y seguir cultivando nuestras potencialidades, por ejemplo: hemos puesto 75 casetas de baño en el entorno de Valencia, para dar más servicio al turista que viene a pasar un día y pueda de esta forma cambiarse cómodamente, comer, comprar algo y todo ello en un único día. Vamos a tematizar las casetas de Valencia con motivos que hacen alusión a Sorolla, para darle más valor estético a este servicio.
Respecto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ¿qué planes hay para aprovechar esa zona que está falta de contenido?
En CACSA hay que llevar a la par dos cuestiones: la primera es la reconducción de la situación económico financiera y la segunda es cualificar, como tu decías, el relato turístico, cultural y científico. Queremos dar un nuevo impulso a la referencia científica que debe tener este complejo y como consecuencia de estas dos acciones remontar reputacionalmente la imagen que ha tenido hasta la fecha. Este espacio es un símbolo del siglo XXI, es el principal recurso turístico de la ciudad y ese tirón hay que aprovecharlo. Con el Palau de les Arts, por ejemplo, también hemos establecido una colaboración que no existía hasta la fecha, ya que nos parece un socio perfecto para atraer al turista de nivel.
Para terminar, en este curso que ha comenzado en septiembre y culmina en junio, vísperas de la campaña estival, la más fuerte del año, ¿qué objetivos tiene la Agencia?
Los objetivos son dos: la gestión de la oferta y la planificación de la demanda. En la gestión de la oferta, queremos premiar y acentuar los valores turísticos que tienen que ver con lo que somos: cultura, patrimonio, gastronomía, paisaje. Y para ello hemos creado ayudas a ayuntamientos, empresas y eventos que patrocinamos, que se encaminan hacia ese relato, a la esencia de lo que somos.
El segundo objetivo consiste en buscar y encontrar la sensibilidad de los distintos públicos, con ofertas atractivas y novedosas en su concepción turística como la Ruta de la Seda, o el Santo Grial. Estamos en un momento de generar y crear destinos nuevos, que han estado ahí pero no los habíamos vendido como oferta turística. Todo ello maridado con la gastronomía, que ha de estar presente en todo. Una de las experiencias más gratificantes del turismo que nos visita es lo bien que se come en nuestra tierra.