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Hoy es sába­do, 12 de octu­bre de 2024

“En Valencia hay cocineros extraordinarios, y se come extraordinariamente bien”

Con una Estre­lla Miche­lín como reco­no­ci­mien­to a su labor en El Bohío y varios pre­mios a sus espal­das, Pepe Rodrí­guez aca­ba de reci­bir el pre­mio Ten­den­cias a la Difu­sión de la Gas­tro­no­mía. El popu­lar miem­bro del jura­do en el tele­vi­si­vo Mas­ter Chef afir­ma que su rece­ta para el éxi­to es dis­fru­tar con lo que hace, y des­ta­ca la gene­ro­si­dad como una de las cua­li­da­des impres­cin­di­bles en un buen coci­ne­ro.

¿De dón­de le vie­ne la pasión por los fogo­nes?

Me he cria­do en un ambien­te gas­tro­nó­mi­co, mi abue­la fue coci­ne­ra y mi madre tam­bién. Pero jamás pen­sé que yo lo sería, me metí por obli­ga­ción como cama­re­ro y, el azar y la suer­te, hicie­ron que me apa­sio­na­ra por este ofi­cio.

¿Cómo lle­gó a con­ver­tir­se en el chef que es aho­ra?
A base de mucho tra­ba­jo, no tie­ne más mis­te­rio: muchas horas de dedi­ca­ción, que te absor­ba tan­to que sólo pien­ses en ello, que el tra­ba­jo se con­vier­ta en una obse­sión y que todo gire alre­de­dor de la coci­na. Lle­gas, y encuen­tras eso que te engan­cha. Y, de repen­te, se con­vier­te en una pasión.

 

“La sociedad del bienestar ha derivado en la curiosidad por comer bien y beber bien, además de la tendencia a cuidarse por dentro con alimentos que hasta curan enfermedades”.

 

En los últi­mos años esta­mos vien­do como pro­li­fe­ran los pro­gra­mas de coci­na des­de un pun­to de vis­ta pro­fe­sio­nal, ¿a qué se debe esta ten­den­cia?
La gas­tro­no­mía en los últi­mos años es un valor, y esta muy den­tro de los ciu­da­da­nos. La socie­dad del bien­es­tar ha deri­va­do en la curio­si­dad por comer bien y beber bien, ade­más de la ten­den­cia a cui­dar­se por den­tro con ali­men­tos que has­ta curan enfer­me­da­des. Por qué no lle­var todo esto a un medio como la tele­vi­sión y, ade­más, dar a cono­cer un ofi­cio.

¿Cree que han cola­bo­ra­do con el auge y la popu­la­ri­dad actual de la alta coci­na?
Eso es gra­cias a los gran­des coci­ne­ros de Espa­ña, que des­de el año seten­ta y tan­tos han hecho un gran esfuer­zo por enten­der que la coci­na podía ser un ele­men­to para hacer de ella un lujo. Los pro­gra­mas como Mas­ter Chef lle­van a la gen­te de a pie que no sabe lo que es una reduc­ción, por ejem­plo, cono­ci­mien­tos y téc­ni­cas para demo­cra­ti­zar la alta coci­na. Lle­va­mos rece­tas de Mar­tín Bera­sa­te­gui, o al mis­mí­si­mo Ferran Adrià, a las casas de este país a tra­vés de un medio de comu­ni­ca­ción.

Gra­cias a Mas­ter Chef, el espec­ta­dor vive la reali­dad a la que se enfren­ta un equi­po a la hora de ela­bo­rar cada pla­to. ¿Este cono­ci­mien­to por par­te del comen­sal ha influi­do posi­ti­va­men­te en la con­cep­ción de la bue­na mesa?
Yo creo que el comen­sal no tie­ne por­qué saber lo que ocu­rre de puer­tas para aden­tro del res­tau­ran­te, sino que tie­ne que lle­var­se una bue­na con­cep­ción de lo que ha comi­do, de cómo le han aten­di­do y de las sen­sa­cio­nes que ha expe­ri­men­ta­do. Noso­tros des­de Mas­ter Chef expli­ca­mos un poco lo que sufri­mos los coci­ne­ros para lle­gar a ese nivel de exce­len­cia, las horas de estrés y de esfuer­zo has­ta que for­mas un equi­po y lo engra­nas. resul­ta atrac­ti­vo para el espec­ta­dor, pero el clien­te no tie­ne por­qué saber­lo.

¿Cuál es su téc­ni­ca para sobre­vi­vir al estrés dia­rio de una coci­na?

No ten­go nin­gu­na téc­ni­ca, inten­to ser lo más nor­mal posi­ble. Le he dedi­ca­do tan­tas horas a la coci­na por­que, como era algo que me apa­sio­nó, tam­po­co me pare­cía un tra­ba­jo y lo hacía con­ten­to. Creo que ten­go dema­sia­da suer­te. pero sobre­vi­vo a la vorá­gi­ne tenien­do momen­tos tran­qui­los de irme a casa y poner los pies enci­ma de la mesa, estar con mi fami­lia y mis hijos, tum­bar­me tres horas de sies­ta, el día que lo pue­do hacer, y des­can­sar para toda la sema­na. pero bueno, soy tan feliz con lo que hago que tam­po­co me pesa.

¿Qué cua­li­da­des debe tener un gran coci­ne­ro?
Debe tener una gran téc­ni­ca, talen­to y pasión por el ofi­cio. Tam­bién hay que tener memo­ria his­tó­ri­ca y haber leí­do mucho y comi­do en muchos sitios. Todo eso for­ma a un coci­ne­ro, pero, sobre todo, tie­ne que tener gene­ro­si­dad por­que, al final, es un ofi­cio en el que hay que dar lo mejor de ti mis­mo para los demás. Quie­res agra­dar al comen­sal para que se vaya muy con­ten­to, y debes ser cons­cien­te de que lo estás hacien­do es úni­co para esa per­so­na que lo dis­fru­ta.

¿cómo ha afec­ta­do su popu­la­ri­dad en Mas­ter Chef a El Bohío?
Se ha nota­do mucho, ha subi­do muchí­si­mo el nivel de ocu­pa­ción. Vie­nen clien­tes de toda Espa­ña y del mun­do ente­ro, segui­do­res des­de Mia­mi, Vene­zue­la, Colom­bia o Méxi­co, que nos siguen por el canal inter­na­cio­nal. Ha sido un furor, esta­mos muy con­ten­tos.

 

¿Qué hay que hacer para con­se­guir una Estre­lla Miche­lín y man­te­ner­la?

No hay que hacer nada. Hay que tener un esti­lo de tra­ba­jo e inten­tar hacer­lo muy bien, no hay que bus­car­lo. Cada uno sabe más o menos lo que le gus­ta y lo que le debe gus­tar a tu comen­sal, y ellos deci­den si te lo pre­mian o no. Es el tra­ba­jo del día a día. Es ver­dad que es muy favo­ra­ble tener una Estre­lla, pero yo siem­pre digo que hay res­tau­ran­tes que tie­nen una, dos o tres estre­llas y a mí, per­so­nal­men­te, no me dicen nada gas­tro­nó­mi­ca­men­te.

Cada vez sur­gen más die­tas alter­na­ti­vas que pro­me­ten la sana­ción del cuer­po a tra- vés de los ali­men­tos como, por ejem­plo, la Macro­bió­ti­ca. ¿Cuál es su valo­ra­ción acer­ca de este tipo de comi­da?
No sé si es major o peor que otras, pero me pare­ce res­pe­ta­ble, sobre todo por los valo­res del que te lo cuen­ta y te lo dmues­tra con hechos feha­cien­tes, médi­cos y clí­ni­cos. Yo soy par­ti­da­rio de comer de todo con sen­ti­do común, sabien­do qué ali­men­tos son más salu­da­bles pero sin renun­ciar a nada. Yo no renun­cio a las car­nes ni a los lác­teos, no me atra­co pero como pun­tual­men­te de todo por­que, como sé que me voy a morir y que sólo ten­go esta opor­tu­ni­dad, quie­ro pro­bar de todo. Si tuvie­ra más vidas en cada una sería vege­ta­riano, otra vegano, otra macro­bió­ti­co, etc. Pero como esto se aca­ba…

¿Qué coci­ne­ros valen­cia­nos cono­ce y valo­ra?
Muchos. Des­de Ricard Cama­re­na, que es mi ínti­mo ami­go y muy bue­na gen­te, a Qui­que Dacos­ta. Tam­bién a Miquel Ruiz, que es un coci­ne­ro como la copa de un pino y muy buen ami­go tam­bién. Valen­cia es una de las comu­ni­da­des emer­gen­tes y hay muchos coci­ne­ros valen­cia­nos extra­or­di­na­rios y sitios don­de se come extra­or­di­na­ria­men­te bien.

¿Hacia dón­de se enca­mi­na la coci­na?
Creo que vamos hacia el dis­fru­te de las per­so­nas. Esta cri­sis nos ha lle­va­do a enten­der que se pue­de hacer una bue­na coci­na muy ase­qui­ble, don­de no tie­ne por­qué ser todo res­tau­ran­tes de alto cope­te, con sumi­ller y gran­des ins­ta­la­cio­nes, eso va a que­dar para muy pocos. Se pue­de hacer una comi­da mucho más humil­de. Un día te ape­te­ce­rá ir a un sitio de los gran­des por­que es una expe­rien­cia úni­ca, y otro irás a otro don­de se come muy bien a pre­cios muy bue­nos con coci­ne­ros como la copa de un pino.

Por últi­mo, nos encan­ta­ría des­cu­brir qué pla­to supo­ne la con­quis­ta ase­gu­ra­da del pala­dar de Pepe Rodrí­guez…
No ten­go nin­guno, como de todo y me gus­ta todo. No ten­go nin­gún pro­ble­ma y creo que esto es un men­sa­je que hay que lan­zar. soy feliz cuan­do voy a un asa­dor y me como la mejor chu­le­ta de car­ne de buey poco hecha, soy feliz cuan­do me como el mejor arroz, soy feliz comién­do­me los mejo­res callos…  Inten­to comer lo mejor don­de lo haya, pero no ten­go pre­fe­ren­cias.

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