Panach, el apellido tras la marca Xufatopía, pone en valor el sabor de la horchata fresca, y aplica la innovación a la producción y envasado.

Con las mismas cualidades que las bebidas de horchatería, Xufatopía by Panach puede permanecer un mes en la nevera sin alterar sus propiedades, y por ello es perfecta para el consumo doméstico.

La hor­cha­ta Xufa­to­pía.

Jugue­mos a ima­gi­nar, por­que el verano es para jugar. Des­pués de un día en la pla­ya, toda­vía con sali­tre en el pelo y are­na en los pies, la merien­da de la infan­cia vuel­ve a cobrar sen­ti­do. Pues bien, el ejer­ci­cio de nos­tal­gia ya no requie­re salir de casa para visi­tar una hela­de­ría. Hace tiem­po que el con­su­mo de hor­cha­ta se ha tras­la­da­do al hogar, sin nece­si­dad de renun­ciar a la fres­cu­ra ni al sabor, por­que hay una fór­mu­la que resis­te al enva­sa­do y a la neve­ra. Las mejo­res carac­te­rís­ti­cas orga­no­lép­ti­cas se que­dan en la bote­lla, gra­cias a una empre­sa valen­cia­na de lar­ga tra­yec­to­ria y rece­ta ances­tral. La madre de todas las hor­cha­tas es Xufa­to­pía By Panach, que garan­ti­za el sabor de toda la vida, pero una mayor prac­ti­ci­dad en casa o don­de quie­ras lle­var­la.

¿Sabes cuan­do lle­gas tar­de a casa y tu madre te está espe­ran­do? O tal vez seas tú quien se que­da des­pier­ta has­ta que los más jóve­nes entran por la puer­ta. Pues algo así pasa con Xufa­to­pía By Panach, la mar­ca res­pon­sa­ble de que en el fri­go­rí­fi­co de cual­quier domi­ci­lio pue­dan encon­trar­se bote­llas de hor­cha­ta con el mis­mo sabor que la ori­gi­nal. Y tam­bién la res­pon­sa­ble de que se pue­da trans­por­tar fue­ra de casa, ya sea un píc­nic en la pla­ya o en un par­que, o para una tar­de de ofi­ci­na entre quie­nes toda­vía tra­ba­jan, gra­cias a los enva­ses fácil­men­te trans­por­ta­bles. La inver­sión en inno­va­ción por par­te de la empre­sa valen­cia­na By Panach ha pro­pi­cia­do varias inves­ti­ga­cio­nes, has­ta dar con el méto­do de enva­sa­do ade­cua­do para que este pro­duc­to ances­tral no pier­da pro­pie­da­des.

En pala­bras del pro­pio José Ramón Panach, segun­da gene­ra­ción horchatera,”hemos cubier­to un espa­cio que la gen­te esta­ba recla­man­do”, por­que nada tie­ne que ver con otros inten­tos anteriores.“Ha habi­do un exce­so de hor­cha­tas enva­sa­das que, a los que reco­no­ce­mos y apre­cia­mos su sabor, no nos con­ven­cía”, admi­te Panach. Por eso, en su empre­sa se pusie­ron manos a la obra y des­cu­brie­ron, I+D median­te, que enva­sar al vacío y sin oxí­geno per­mi­tía ampliar la fecha de cadu­ci­dad. “La hor­cha­ta pasa de man­te­ner­se cin­co días a todo un mes, siem­pre y cuan­do no se rom­pa la cade­na de frío”, expli­ca. Lo dice alguien con un sen­ti­mien­to de per­te­nen­cia bru­tal, cria­do den­tro de una hor­cha­te­ría,  cuya obse­sión ha sido que el sabor “sea el ori­gi­nal”. Y pare­ce que lo ha con­se­gui­do, por­que Xufa­to­pía by Panach pre­vé ven­der más de cua­tro millo­nes de bote­llas en 2023.

Un mundo de sabores

Un pic­nic en fami­lia, con la refres­can­te Xufa­to­pía.

Habla­mos de un pro­duc­to con mul­ti­tud de posi­bi­li­da­des, que tie­ne el valor aña­di­do de ser una bebi­da sin glu­ten, sin lac­to­sa y ori­gen 100% vege­tal, algo que el con­su­mi­dor valo­ra mucho en la actua­li­dad. Sana, salu­da­ble y de pro­xi­mi­dad, en el caso de todos los valen­cia­nos, pero no así en el del res­to de Espa­ña. Son muchos los visi­tan­tes que que­dan pren­da­dos de esta rece­ta autóc­to­na y quie­ren reme­mo­rar en sus hoga­res, repar­ti­dos por toda la geo­gra­fía espa­ño­la, el sabor que les con­quis­tó y las tar­des a la fres­ca. Xufa­to­pía By Panach se lo quie­re poner muy fácil a quie­nes merien­dan en el barrio de Tria­na, Grà­cia o Mala­sa­ña, “por­que en Anda­lu­cía, Cata­lu­ña y Madrid tene­mos mucho públi­co. Y a ellos les ofre­ce­mos un pro­duc­to tra­di­cio­nal en sus mis­mos domi­ci­lios”, ase­gu­ra Panach.

Ade­más, la inno­va­ción no aca­ba ahí. La madre de todas las hor­cha­tas, que está detrás de todas las que se ven­den en los linea­les de las gran­des super­fi­cies, tie­ne una pecu­lia­ri­dad: es fácil incor­po­rar un sabor dis­tin­to, como fre­sa o cho­co­la­te. Una cos­tum­bre que, has­ta la fecha, solo se prac­ti­ca­ba en los esta­ble­ci­mien­tos de Albo­raia, don­de se sue­le aña­dir una bola de hela­do sobre la pro­pia bebi­da para dis­fru­tar de infi­ni­dad de com­bi­na­cio­nes ‑siem­pre que el vaso lle­ve una bola, sea del sabor que sea, esta­mos ante un flo­taor-. “No sabía­mos cómo hacer eso en hor­cha­ta enva­sa­da, pero des­cu­bri­mos un camino y lo reco­rri­mos. Aho­ra dis­po­ne­mos de hor­cha­ta con sabor a cúr­cu­ma o café”, des­ve­lan.

La hor­cha­ta es una bebi­da que, aun­que hun­de sus raí­ces en la noche de los tiem­pos, se adap­ta per­fec­ta­men­te a las nue­vas cir­cuns­tan­cias. No solo por ser total­men­te vega­na y no tener glu­ten ni lac­to­sa, sino tam­bién por el mode­lo de con­su­mo en rela­ción a la vida moder­na. Así, Xufa­to­pía by Panach es una mar­ca que sur­ge del deseo de un hom­bre bien pega­do a la tra­di­ción, pero suma­men­te empren­de­dor, que ha que­ri­do dis­tri­buir la hor­cha­ta por todos los hoga­res y hacer más acce­si­ble este pro­duc­to de su tie­rra. Al final, ha logra­do que la bebi­da sal­te de los cam­pos de l’Horta Nord al mun­do ente­ro, lo que tie­ne méri­to, dado que su nego­cio pri­mi­ge­nio era con­ti­nuar con la hor­cha­te­ría fami­liar.

Una historia arraigada

La fami­lia Panach.

“Somos hor­cha­te­ros de pura cepa, es lo que hemos vivi­do des­de peque­ños”, comen­ta Panach. Y lite­ral­men­te: su padre, José Panach Rie­ra, fue quien deci­dió, en 1970, cons­truir la pri­me­ra máqui­na  para reco­lec­tar chu­fas. Que­ría apro­ve­char la pro­duc­ción de su pro­pio cam­po para ofre­cer un pro­duc­to de mayor cali­dad en la hor­cha­te­ría que regen­ta­ba, y así es como nació la ver­tien­te comer­cial del pro­yec­to. José Ramón echó los dien­tes en el local que su fami­lia abrió en Albo­raia. Tan­to él como sus her­ma­nas, Ampa­ro y Rosa, se unie­ron a la empre­sa en 1989, con el fir­me pro­pó­si­to de diver­si­fi­car la ofer­ta e incor­po­rar las nue­vas tec­no­lo­gías. Si bien pro­fun­di­za­ron en el I+D de pro­duc­to, nun­ca olvi­da­ron de dón­de venían ni des­cui­da­ron la hor­cha­te­ría: el esta­ble­ci­mien­to va a cum­plir 52 años.

En 2013 apa­re­ció la pri­me­ra hor­cha­ta enva­sa­da; tres años des­pués, lle­ga­ría la hor­cha­ta fres­ca embo­te­lla­da. Deci­die­ron lla­mar­la Xufa­to­pía By Panach, mar­ca diver­ti­da y crea­ti­va, que apues­ta por la inno­va­ción y jamás renun­cia a la tra­di­ción. Tam­bién una pro­me­sa de recu­pe­rar las tar­des de merien­da en Albo­raia en los hoga­res de todo el mun­do, o tal vez de tras­la­dar esa cos­tum­bre al par­que o a la pla­ya, don­de resis­te a la per­fec­ción. Y es que las fami­lias de aho­ra son muy dife­ren­tes a las de antes, pero algo no ha cam­bia­do: las madres, y tam­bién los padres, son como la hor­cha­ta. Siem­pre te espe­ran al lle­gar a casa.

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