El “consumidor inteligente”, bien informado, con opinión propia y que valora la relación calidad-precio por encima de todo, llega también a la hostelería. Esta es una de las principales conclusiones de la segunda edición del estudio “La percepción de la hostelería en España”, elaborado por la Fundación Cruzcampo cuya Escuela de Hostelería se fundó en el año 2000 y ya ha formado alrededor de 15.000 alumnos entre todos sus cursos impartidos en sus tres sedes, ubicadas en Valencia, Sevilla y Jaén.
Su llegada vuelve a coincidir con el verano, un momento clave para uno de los sectores que más contribuyen a nuestra economía y que en la zona de Levante debe gran parte de su éxito al consumo de cerveza, que supone entre el 25% y el 40% de la facturación de cualquier establecimiento hostelero en nuestro país. Esta estrecha vinculación, que hace de la hostelería y la cerveza dos socios estratégicos, sustenta el compromiso de la Fundación Cruzcampo y Heineken España con la profesionalización de la hostelería a través de iniciativas como este estudio y la amplia oferta formativa de su Escuela de Hostelería que ofrece desde cursos de cocina y sala para jóvenes con vocación por la hostelería a cursos especializados para gerentes de establecimientos hosteleros y profesionales con experiencia.
El cambio en el perfil del consumidor, que ya se atisbaba en la anterior edición del informe, viene acompañado de una recuperación del consumo y un aumento de las visitas a establecimientos hosteleros. Las cafeterías, bares y bares de tapas son el tipo de establecimiento preferido por los ciudadanos de Levante, muy por encima de los establecimientos de comida rápida a los que poco más de 1 de cada 10 entrevistados asegura acudir al menos una vez a la semana.
El consumidor de la zona de Levante reconoce ser más exigente a la hora de valorar un establecimiento. En este sentido, la relación calidad-precio es el aspecto más importante para el 66% de los encuestados. Le siguen de cerca la calidad de la restauración (58%) y las instalaciones, el ambiente y la imagen que proyecta el local (47% de las respuestas).
La cordialidad y la eficiencia siguen siendo dos cualidades imprescindibles en un camarero profesional, cobrando incluso más importancia que en 2017. Entre los aspectos más valorados por el consumidor en el personal de sala también destacan otros como el conocimiento de la oferta, una presencia adecuada o el asesoramiento que se brinda al cliente, consolidando la relevancia de la formación de estos profesionales como un básico.
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