Siri Tapa, Profesora de yoga
En la vida hay personas que inspiran, que son magia. A unas se les refleja en los ojos, otras la guardan bien a salvo en sus palabras o simplemente en su manera de admirar la vida. Cada una, a su manera, hacen que queramos saber de ellas. Siri Tapa, directora y profesora de la escuela de yoga Gobinde, es, sin duda, una de esas personas.
¿Cómo te iniciaste en el yoga?
Decidí adentrarme en el mundo del yoga porque no me encontraba bien, sentía que no encontraba mi lugar ni dentro ni fuera de mí. Buscaba qué hacer sin saber ni siquiera qué buscaba. Empecé mi primer año de carrera bastante enferma, pero tuve la suerte de que una de mis profesoras se interesó por mí, ya que curiosamente padecíamos la misma enfermedad. Ella misma me llevó a una clase de yoga y, a partir de ese momento, me lo empecé a tomar más en serio. Cuando acabé los estudios universitarios yo ya tenía mi título de profesora de yoga, así que empecé a dar clases en la Universidad de Valencia, en la Politécnica y en otras escuelas privadas. Actualmente, dirijo mi propia escuela de yoga, Gobinde, ubicada en el barrio de Ruzafa. Además, realizo la formación de profesores de Kundalini Yoga y de Hatha Yoga, así como clases privadas a nivel terapéutico y festivales. Es una vida llena de movimiento, pero equilibrado.
¿Cómo actúa el yoga sobre nuestro cuerpo?
Lo más importante es que el yoga nos permite volver a respirar. En ocasiones, no pensamos en la cantidad de obstáculos que nos ponemos a la hora de realizar las cosas. Con la práctica de yoga nos damos cuenta de cómo todas esas tensiones limitan nuestro campo respiratorio que, al fin y al cabo, es la salud de todos los órganos. Además, trabajamos con todos los rangos de movimiento posibles, por lo que gracias al yoga, el cuerpo recupera toda su habilidad de movimiento y comienza a producir la energía que alimenta nuestro sistema.
¿Existe un equilibrio entre la parte física y la mental?
Por concepto sí. Existen profesores de yoga que le dan más énfasis a la parte física, a pesar de que la mente, inevitablemente, también se relaja. Otros profesores, sin embargo, dan prioridad a la parte meditativa. Es muy difícil tocar todas las ramas del yoga en una hora y media que suelen durar las clases.
¿Qué beneficios nos aporta el yoga?
Con la práctica de yoga volvemos a encontrar la vitalidad de nuevo, un estado saludable y equilibrado a todos los niveles. Es un camino de encuentro, de autoconocimiento, por tanto, todas las prácticas de yoga nos llevan a conocer el mundo a través de lo que conocemos de nosotros mismos. Conforme vamos conociéndonos, cambiamos la relación con el mundo, porque nuestro conocimiento del mundo ha cambiado. No podemos dejar que todo nos afecte, no podemos guiarnos por flujos ajenos, debemos dejar que la vida nos enseñe. El yoga es una parte práctica de la comprensión de la vida, por lo que no podemos dejar nada de lo que es vida fuera de esta práctica.
¿Todos podemos alcanzar un estado de meditación?
Por supuesto que sí. Lo que no está claro es si todos queremos hacerlo. Es como preguntar: ¿mi mano puede coger un objeto? La mente es una herramienta que puede llegar a cualquier estado, pero debemos marcarle el recorrido que debe realizar. Lo que debemos cuestionarnos es: ¿queremos hacer lo que hace falta que hagamos para poder conseguir ese estado de paz mental? ¿Queremos cultivarnos? ¿Queremos saber quiénes somos y qué es lo mejor para nosotros?
¿Qué consejos darías a la gente que quiere iniciarse en la práctica de yoga?
El buen yoga es el que se practica. Si realmente una persona quiere iniciarse en esta práctica solo tiene que dar el primer paso, buscar una escuela que se ajuste a su horario, empezar a practicarlo y no dejar de hacerlo. Porque solo podemos adquirir las virtudes del yoga si estamos ahí.