Bio­parc Valen­cia es el úni­co par­que de con­ser­va­ción en Espa­ña que alber­ga una pare­ja de la rara musa­ra­ña ele­fan­te de ore­jas cor­tas.

 

La labor que “no se ve” de los par­ques de con­ser­va­ción de ani­ma­les como BIOPARC impli­ca dedi­car todo el esfuer­zo nece­sa­rio para la pro­tec­ción de las espe­cies y garan­ti­zar el bien­es­tar de cada indi­vi­duo, por dimi­nu­to o des­co­no­ci­do que sea. Un cla­ro ejem­plo de ello es una de las últi­mas accio­nes que se han lle­va­do a cabo has­ta con­se­guir alber­gar los dos úni­cos ejem­pla­res de Espa­ña de musa­ra­ña ele­fan­te con el obje­ti­vo de con­ver­tir­se en uno de los pocos cen­tros en Euro­pa que pue­dan criar a esta espe­cie afri­ca­na de la que sola­men­te hay poco más de cien ani­ma­les en dis­tin­tos zoo­ló­gi­cos de nues­tro con­ti­nen­te.

His­to­ria de un fle­cha­zo

A prin­ci­pios del pasa­do año el par­que valen­ciano infor­ma­ba de la espe­ran­za­do­ra lle­ga­da des­de Frank­furt (Ale­ma­nia) de un macho de musa­ra­ña ele­fan­te de ore­jas cor­tas (Macros­ce­li­des pro­bos­ci­deus) y, tras meses de espe­ra y pre­pa­ra­ti­vos, final­men­te ha arri­ba­do pro­ce­den­te de Wal­ter Zoo (Gos­sau, Sui­za) una hem­bra. Se tra­ta de dos ejem­pla­res muy jóve­nes, de poco más de 1 año el macho y tan solo unos meses la hem­bra y el reto del equi­po téc­ni­co es con­se­guir que pue­dan vivir jun­tos y repro­du­cir­se. En este sen­ti­do, el gru­po de espe­cia­lis­tas en cui­da­do ani­mal ha ini­cia­do el pro­ce­di­mien­to de adap­ta­ción entre el macho y la hem­bra y, aun­que resul­te sor­pren­den­te, este pro­ce­so es muy deli­ca­do y pue­de reque­rir un tiem­po bas­tan­te pro­lon­ga­do por las carac­te­rís­ti­cas de esta poco cono­ci­da espe­cie. Su peque­ño tama­ño (10 cm de lon­gi­tud y 40–50gr de peso) y su deli­ca­do e ino­fen­si­vo aspec­to pue­de resul­tar enga­ño­so pues en su rela­ción el com­por­ta­mien­to pue­de ser muy agre­si­vo. Esta con­duc­ta es pro­pia de la espe­cie tenien­do en cuen­ta que, aun­que monó­ga­ma, cada indi­vi­duo es soli­ta­rio. BIOPARC recrea los hábi­tats de ori­gen y favo­re­ce las actua­cio­nes natu­ra­les de las espe­cies, lo que con­lle­va que dis­pon­drán de dis­tin­tos espa­cios para estar jun­tos o sepa­ra­dos.

La deno­mi­na­ción de la musa­ra­ña ele­fan­te tam­bién pue­de con­lle­var a error pues­to que las últi­mas refe­ren­cias cien­tí­fi­cas las iden­ti­fi­can como “sen­gis” pues evo­lu­ti­va­men­te son parien­tes muy leja­nos de las musa­ra­ñas. Y su rela­ción con los ele­fan­tes, una de las espe­cies más cono­ci­das de BIOPARC Valen­cia que aho­ra cuen­tan con dos crías, es sim­ple­men­te por­que su sin­gu­lar hoci­co recuer­da a una minús­cu­la trom­pa del paqui­der­mo. Otra par­ti­cu­la­ri­dad es su impre­sio­nan­te velo­ci­dad que pue­de alcan­zar cer­ca de 30km/h

En la Lis­ta Roja

Inclui­da en la Lis­ta Roja de la UICN (Unión Inter­na­cio­nal para la Con­ser­va­ción de la Natu­ra­le­za) actual­men­te con una pobla­ción esta­ble, este tipo de inter­ven­cio­nes tie­nen como pro­pó­si­to desa­rro­llar una acti­vi­dad con­jun­ta entre los dis­tin­tos par­ques de ani­ma­les para con­se­guir una pobla­ción sufi­cien­te y gené­ti­ca­men­te via­ble. La con­ser­va­ción de la bio­di­ver­si­dad es fun­da­men­tal en un momen­to en el que la des­apa­ri­ción de espe­cies se ha ace­le­ra­do de for­ma dra­má­ti­ca, por ello es nece­sa­rio pro­te­ger, pres­tar aten­ción y dar a cono­cer no solo a los ani­ma­les más reco­no­ci­dos como leo­nes o gori­las, sino tam­bién a estos minúscu­los seres como la musa­ra­ña ele­fan­te pues­to que cada uno tie­ne un papel vital para man­te­ner el equi­li­brio de la natu­ra­le­za.

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