Des­de esta sema­na Luban­go, el joven león de 3 años de la sub­es­pe­cie león de Ango­la (Panthe­ra leo ble­yen­berghi), ya está salien­do con regu­la­ri­dad por las maña­nas a su zona exte­rior. Con­ti­nuan­do con el com­pli­ca­do pro­ce­so de acli­ma­ta­ción, ha comen­za­do a des­cu­brir el recin­to que recrea fiel­men­te las sin­gu­la­res for­ma­cio­nes de los kop­jes de la saba­na afri­ca­na, lo que posi­bi­li­ta que ya pode­mos con­tem­plar la impre­sio­nan­te estam­pa de este bello león sobre las rocas mien­tras vigi­la a los reba­ños de antí­lo­pes. Vino pro­ce­den­te del zoo de Lis­boa para incor­po­rar­se a la mana­da de cua­tro hem­bras de la mis­ma sub­es­pe­cie for­ma­da por Lua­na, Sor­tu­da, Tata y Shan­ga. Pues cabe recor­dar que el ante­rior león macho de Bio­parc había falle­ci­do debi­do a su ele­va­da edad.

A los pocos días de su lle­ga­da se decla­ró el Esta­do de Alar­ma, pero el desa­rro­llo de su adap­ta­ción se man­tu­vo con total nor­ma­li­dad, pues lo más impor­tan­te es garan­ti­zar el máxi­mo bien­es­tar de los ani­ma­les. En un pri­mer momen­to tenía que comen­zar a acos­tum­brar­se tan­to al lugar como a sus nue­vos cui­da­do­res, así como ir fami­lia­ri­zán­do­se a la pre­sen­cia del gru­po de hem­bras. Una vez rea­li­za­da esa pri­me­ra fase debía ir cono­cien­do a sus nue­vas com­pa­ñe­ras, siem­pre de for­ma indi­vi­dual, pri­me­ro con con­tac­to visual y pos­te­rior­men­te se pasó a la unión con cada una de ellas. Este pro­ce­so, lar­go y peli­gro­so, es uno de los más varia­bles, pues depen­de del com­por­ta­mien­to de cada indi­vi­duo y hay que tener en cuen­ta la jerar­quía y carác­ter de todos ellos.

En este perio­do Luban­go ha ido acce­dien­do al recin­to exte­rior en un prin­ci­pio sin públi­co y lue­go poco tiem­po en momen­tos de menor afluen­cia. Con la favo­ra­ble evo­lu­ción, los téc­ni­cos de BIOPARC con­ti­núan avan­zan­do en su aco­mo­da­ción cada vez con más horas y mayor núme­ro de visi­tan­tes, así en un prin­ci­pio per­ma­ne­ce­rá él solo y pos­te­rior­men­te con el res­to de la mana­da. De este modo por las maña­nas sale Luban­go y por las tar­des el gru­po de hem­bras. Las incor­po­ra­cio­nes de nue­vos ani­ma­les requie­ren de gran dedi­ca­ción y expe­rien­cia por par­te del equi­po del par­que y son espe­cial­men­te impor­tan­tes para el bien­es­tar no solo del ani­mal sino del gru­po al que se inte­gra.

La sub­es­pe­cie león de Ango­la (Panthe­ra leo ble­yen­berghi) está cla­si­fi­ca­da por la UICN (Unión Inter­na­cio­nal para la Con­ser­va­ción de la Natu­ra­le­za) como vul­ne­ra­ble a la extin­ción. Lamen­ta­ble­men­te las pobla­cio­nes de leo­nes se encuen­tran en retro­ce­so debi­do a la des­truc­ción de su hábi­tat y a la caza fur­ti­va y se esti­ma que que­dan unos 25.000 en esta­do sil­ves­tre. Es una de las últi­mas “espe­cies indi­ca­do­ras” de salud de los pai­sa­jes de Áfri­ca y su dra­má­ti­co decli­ve es una señal de la degra­da­ción de los eco­sis­te­mas que habi­tan. Con­tem­plar la belle­za de la mana­da de leo­nes de BIOPARC nos recuer­da la nece­si­dad de cam­biar nues­tra acti­tud hacia la pro­tec­ción de la rica bio­di­ver­si­dad de nues­tro pla­ne­ta.

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