Luis Domin­go, Direc­tor adjun­to de scou­tingdeve­lo­pe­ment de IMG Models Lon­don

A pesar de su cor­ta edad, Luis Domin­go, Direc­tor adjun­to de scou­tingdeve­lo­pe­ment de IMG Models Lon­don, se ha con­ver­ti­do en una joven pro­me­sa encar­ga­da de fichar a las mejo­res caras para las gran­des mar­cas de moda inter­na­cio­na­les. Habla­mos con él para que nos cuen­te un poco más sobre este fas­ci­nan­te mun­do y su labor en el sec­tor.

Tie­nes una gran tra­yec­to­ria pro­fe­sio­nal, ¿cómo entras­te en la indus­tria de la moda?

Con mucha pasión por este sec­tor. Creo que la pasión te lle­va a alcan­zar real­men­te lo que quie­res. Des­de los 10 años siem­pre me intere­sé por la indus­tria de las mode­los. Aun­que me encan­ta­ba, al prin­ci­pio lo veía como un hob­bie, sin pen­sar que lle­ga­ría a más. De hecho empe­cé estu­dian­do Dere­cho, pero me di cuen­ta de que no era para mí. Con el tiem­po comen­cé a ave­ri­guar cómo tra­ba­ja­ban las agen­cias de mode­los, a inves­ti­gar la figu­ra del scouty, del mana­ger. Me cam­bié a Turis­mo, una carre­ra que se pare­cía un poco más a lo que real­men­te me gus­ta­ba. De Eras­mus en Leto­nia fue cuan­do me armé de valor y comen­cé a hacer de scout por mi cuen­ta, hacien­do fotos a chi­cas con poten­cial por la calle y man­dán­do­se­las a agen­cias. Un día, a tra­vés de Face­book me puse en con­tac­to con el pre­si­den­te de la agen­cia IMG, que vio en mí a un chi­co con mucho talen­to y ganas de apren­der. Entré en la indus­tria de la moda a base de mover­me mucho y tra­ba­jar muy duro. Eso sí, la vida tam­bién me brin­dó la opor­tu­ni­dad de estar en el lugar y en el momen­to ade­cua­do. 

De entre todas las pro­fe­sio­nes, ¿por qué ele­gis­te ser scout

Pura voca­ción. No voy a men­tir, sí que me plan­teé otras opcio­nes. Pasé por la fase de dise­ña­dor, siem­pre se me ha dado bien dibu­jar. Pero me intere­sa­ba más la esté­ti­ca, las dife­ren­tes belle­zas. Me pare­cía muy intere­san­te que una mode­lo andró­gi­na, con una cara inusual, en 2 o 3 años se pudie­ra con­ver­tir de repen­te en un refe­ren­te de belle­za a nivel inter­na­cio­nal. Me pare­ce algo increí­ble que en muy pocas indus­trias pue­de ocu­rrir. 

¿Cuál es la mejor y la peor par­te de tu tra­ba­jo?

La mejor par­te es el hecho de poder cam­biar la vida de una per­so­na por com­ple­to. Via­jo mucho a paí­ses, como Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na o Nige­ria, don­de he cono­ci­do a mode­los con his­to­rias muy duras. El hecho de que pue­dan salir de su país y tener un tra­ba­jo les cam­bia la vida por com­ple­to. Con esa remu­ne­ra­ción pue­den ayu­dar a toda su fami­lia eco­nó­mi­ca­men­te. Por otro lado, lo más duro es que siem­pre tie­nes que hacer una selec­ción. Muchas veces cono­ces a gen­te muy intere­san­te que a lo mejor no enca­ja con el per­fil que bus­cas y les tie­nes que decir que no. Es más com­pli­ca­do de lo que pare­ce.

¿Te arre­pien­tes de algo que no te hayas atre­vi­do a hacer?

Creo que no. Siem­pre sue­lo hacer todo lo que me pro­pon­go. Creo que es bueno arries­gar. En IMG han sido muy abier­tos al cam­bio y siem­pre me han deja­do hacer lo que yo que­ría. En una oca­sión, tenían dudas con una mode­lo bra­si­le­ña que tenía 25 años. Mucha gen­te den­tro de la empre­sa duda­ba de si fir­mar­la por la edad, por­que sue­len empe­zar mucho más jóve­nes, pero al final me deja­ron liber­tad. Creo fir­me­men­te que en este tra­ba­jo tie­nes que seguir tu intui­ción… y yo me ale­gro de que siem­pre me hayan deja­do seguir la mía. 

¿Cómo con­si­de­ras que se encuen­tra Espa­ña res­pec­to a otros paí­ses en el tema del mode­la­je?

Aho­ra mis­mo, gra­cias al gigan­te Indi­tex y a todo el nivel de pro­duc­ción tex­til espa­ño­la, Espa­ña ha sido de los pri­me­ros paí­ses en arries­gar por la diver­si­dad. Se pue­de obser­var en la pági­na web, sin ir más lejos. Hace nue­ve años el tema era com­ple­ta­men­te dife­ren­te. Aho­ra las mode­los son de cual­quier raza, talla y edad. Y eso siem­pre es de agra­de­cer. Esta cla­ro que nun­ca se pue­de repre­sen­tar a todos. Se inten­ta, pero es algo muy per­so­nal y sub­je­ti­vo. Espa­ña va por muy buen camino.  

¿Sigue exis­tien­do el con­cep­to de super­mo­de­lo?

El tér­mino sigue exis­tien­do, pero el con­cep­to es muy dife­ren­te. Gigi y Bella Hadid o Hai­ley Bie­ber podrían con­si­de­rar­se las super­mo­de­los de hoy en día. Los papa­raz­zi las siguen, mar­can ten­den­cia, son cele­bri­ties… Pero tam­bién des­fi­lan sobre la pasa­re­la. El con­cep­to de super­mo­de­lo se ha trans­for­ma­do a cau­sa de las redes socia­les. El prin­ci­pal pro­ble­ma es que mucha gen­te no las ve con los mis­mos ojos que veían a las super­mo­de­los en los 90 ‑como antes lo hacía por el hecho de estar hiper­me­dia­ti­za­das y tra­ba­jar como influen­cers. La indus­tria nun­ca vol­ve­rá a tener a las super­mo­de­los de los 90, pero sí a su equi­va­len­te. La socie­dad se va a tener que ir acos­tum­bran­do por­que se han con­ver­ti­do en refe­ren­tes para el mun­do ente­ro. Al fin y al cabo, la indus­tria se trans­for­ma. Ni a mejor ni a peor, sim­ple­men­te cam­bia. 

¿Exis­te un este­reo­ti­po de mode­lo que fun­cio­ne mejor?

No creo, la belle­za es sub­je­ti­va. Real­men­te depen­de de la mar­ca, de su filo­so­fía, de las colec­cio­nes, del públi­co… Siem­pre tra­tan de hacer prue­bas de mer­ca­do por­que no saben como el clien­te va a reac­cio­nar. Por eso es impor­tan­te arries­gar y con­ven­cer­los de que ellos tie­nen que comen­zar el cam­bio deman­dan­do diver­si­dad. El mer­ca­do de lujo con­ti­núa en un des­cen­so de ven­tas en Euro­pa y en paí­ses de Occi­den­te. Esto se debe a que los clien­tes ya están pidien­do un cam­bio. No quie­ren ver lo mis­mo todo el tiem­po. Y el pre­cio a pagar para las fir­mas que no se adap­ten a los nue­vos tiem­pos es que su públi­co más fiel deja­rá de com­prar.

Si pudie­ras, ¿cam­bia­rías algo de la indus­tria de la moda?

La ver­dad es que sí. Cuan­do un dise­ña­dor o crea­ti­vo encuen­tra una musa o a alguien que le ins­pi­ra a crear, debe­ría ser más leal y apo­yar más a esa per­so­na. Que no haya tan­ta deman­da de caras nue­vas, que las que tie­nen per­ma­nez­can en el tiem­po. La indus­tria de la moda es fre­né­ti­ca y está muy satu­ra­da. El mer­ca­do nun­ca para de nece­si­tar más gen­te. La vida de las mode­los pue­de ser muy gra­ti­fi­can­te, pero tam­bién muy cor­ta. 

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