Esta pri­ma­ve­ral maña­na de domin­go, la pla­za exte­rior de Bio­parc se ha con­ver­ti­do en una autén­ti­ca “pasa­re­la” don­de han des­fi­la­do, 30 perros de AUPA (Adop­ta Un Perro Aban­do­na­do) en bus­ca de un hogar, pues algu­nos como Chi­qui, Gaia, Olin­da y Piri pre­via­men­te tenían una nue­va fami­lia. Ante el nume­ro­so públi­co con­gre­ga­do, la perio­dis­ta Syl­via Cos­ta y la artis­ta y pre­si­den­ta de la pro­tec­to­ra, Ele­na Negue­ro­les, han pre­sen­ta­do este 14º Des­fi­le soli­da­rio que se ha con­ver­ti­do en un “clá­si­co” en Valen­cia para poten­ciar las adop­cio­nes.

Pocos minu­tos des­pués de las 11:30h., en un ambien­te muy agra­da­ble y fami­liar, los pro­ta­go­nis­tas han sido los perros y sus his­to­rias, expe­rien­cias en las que habían cono­ci­do el peor lado del ser humano, capaz de aban­do­nar y mal­tra­tar a otros seres vivos. Pero aho­ra la vida es dis­tin­ta para todos ellos, aco­gi­dos y cui­da­dos por la pro­tec­to­ra y muchos de ellos ya con un nue­vo hogar y toda una vida por delan­te, pues par­tían con su nue­va fami­lia miran­do solo hacia un futu­ro mejor. Así ha ocu­rri­do con Rubia, de 9 años y “adic­ta” a los mimos; Ataul­fo, que lle­gó tan débil que no se aguan­ta­ba en pie y aho­ra le encan­ta jugar; Pre­ta que fue aban­do­na­da de cacho­rra y, con 7 años, ha ena­mo­ra­do a una pare­ja; o Shan­gai que es todo un con­cen­tra­do de ener­gía. Tam­bién la pro­ta­go­nis­ta del car­tel de este año, Tif­fa­ni, y otros como Rafa, Cora, Hippy o Fido serán reco­gi­dos en los pró­xi­mos días.

Cabe des­ta­car los momen­tos de emo­ción que se viven y com­par­ten en cada edi­ción, pues los sen­ti­mien­tos son evi­den­tes y pue­de “pal­par­se” esa ale­gría de las per­so­nas que encuen­tran al que será su com­pa­ñe­ro fiel por muchos años. Abra­zos, cari­cias, mimos y jue­gos que mues­tran esa cone­xión que se pro­du­ce entre los huma­nos y los perros y que les une para siem­pre. Entre los feli­ces adop­tan­tes se hacía hin­ca­pié en la impor­tan­cia de “dar el paso” por­que son ani­ma­les mara­vi­llo­sos, en la res­pon­sa­bi­li­dad y en la gran satis­fac­ción “mutua” que supo­ne dar esa segun­da opor­tu­ni­dad para com­par­tir muchos años de con­vi­ven­cia.

Bio­parc Valen­cia vuel­ve a ser pun­to de encuen­tro de una socie­dad cada vez más com­pro­me­ti­da con los com­por­ta­mien­tos res­pon­sa­bles y soli­da­rios. Y cada vez son más las voces que se suman a ese “alta­voz del bien­es­tar ani­mal” que supo­nen even­tos como éste. En ellos se recuer­da la res­pon­sa­bi­li­dad que supo­ne tener un ani­mal de com­pa­ñía, pues no son un obje­to, y recal­car lo que sig­ni­fi­ca ofre­cer esa "segun­da opor­tu­ni­dad" que es adop­tar y dar un hogar para toda la vida.

Una vez más esta 14ª edi­ción ha sido moti­vo de satis­fac­ción para todos los que han par­ti­ci­pa­do en ella y, sobre todo, ha sido la opor­tu­ni­dad de muchos canes de rees­cri­bir su his­to­ria de aban­dono. Y como en todos los des­fi­les muchas per­so­nas que adop­ta­ron en ante­rio­res edi­cio­nes se han acer­ca­do para com­par­tir su expe­rien­cia con otros asis­ten­tes.

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