IRENE FABRA, He roto el paisaje

IRENE FABRA, He roto el pai­sa­je

La exposiciones «Hiero gamos» y «Paisajes de ninguna parte» podrán verse en la galería hasta el próximo 14 de abril

Una de las obras de Joan Llo­bell.

Has­ta el pró­xi­mo 14 de abril podrá visi­tar­se en la gale­ría Alba Cabre­ra una doble expo­si­ción dedi­ca­da al artis­ta mul­ti­dis­ci­pli­nar Joan Llo­bell (1967) titu­la­da Hie­ro Gamos, y otra a la artis­ta Ire­ne Fabra con el nom­bre de Pai­sa­jes de nin­gu­na par­te.

LLo­bell (1967) es artis­ta mul­ti­dis­ci­pli­nar, Pro­fe­sor Titu­lar de Uni­ver­si­dad en la UMH, comi­sa­rio y Doc­tor en Bellas Artes por la UPV. Su expo­si­ción Hie­ro Gamos cons­ta de una ins­ta­la­ción y nue­ve obras pic­tó­ri­cas rea­li­za­das a par­tir de mate­ria­les como el pan de oro o el cobre. 

La obra de Llo­bell se apro­xi­ma a una con­cep­ción espi­ri­tual de la expe­rien­cia artís­ti­ca, en la que la intros­pec­ción, lo poé­ti­co y lo sim­bó­li­co adquie­ren gran rele­van­cia. Otro aspec­to des­ta­ca­ble en su crea­ción artís­ti­ca es la cone­xión con la natu­ra­le­za, en la que se intu­ye una indi­so­lu­ble uni­dad entre el ser humano y su entorno natu­ral, entre micro­cos­mos y macro­cos­mos.

En este con­jun­to de obras cobran el pro­ta­go­nis­mo el azul, el oro, la noche oscu­ra y el árbol. Colo­res y for­mas que se con­vier­ten en metá­fo­ras para intro­du­cir­nos den­tro de un uni­ver­so y expe­rien­cia espi­ri­tual, lo inefa­ble. Una inter­pre­ta­ción poé­ti­ca de la tie­rra y cie­lo, de lo terre­nal y lo sagra­do, un Hie­ros Gamos, «unión nup­cial del arri­ba y del aba­jo que des­ga­rra des­te­llos y rayos azu­les», expli­ca el comi­sa­rio de la mues­tra Ale­jan­dro Mañas Gar­cía.

«El mejor sitio que me pude ima­gi­nar», de Ire­ne Fabra.

Tierras desconocidas

Por su par­te Ire­ne Fabra —licen­cia­da en Bellas Artes por la UPV y la Aca­de­mia Nacio­nal de Belas-Artes de Lis­boa— pro­po­ne en Pai­sa­jes de nin­gu­na par­te un mues­tra com­pues­ta por un total de quin­ce obras en las cua­les entran en diá­lo­go el len­gua­je téc­ni­co de la pin­tu­ra al óleo y el colla­ge.

En esta expo­si­ción de la artis­ta valen­cia­na se encuen­tran pin­tu­ras que remi­ten a un recuer­do o un anhe­lo. Frag­men­tos abs­trac­tos, un nue­vo hori­zon­te. Tie­rras des­co­no­ci­das que se pre­sen­tan ama­bles ante un ima­gi­na­rio per­so­nal de luga­res vivi­dos y recor­da­dos: Soña­dos.

Sus pai­sa­jes, de pre­sen­cia y sig­ni­fi­ca­dos úni­cos, han sur­gi­do de la suti­le­za del recuer­do y del estu­dio del color, don­de la obra se for­ma a sí mis­ma entre com­po­si­ción, tex­tu­ras y rit­mos, dejan­do a un lado la exac­ti­tud geo­grá­fi­ca y las refe­ren­cias foto­grá­fi­cas. Gene­ran­do una atmós­fe­ra que tien­de a bor­dear lo abs­trac­to envol­vien­do al espec­ta­dor en un pre­ci­so ins­tan­te úni­co.

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