Además de ver exposiciones con espíritu indagador, para ampliar nuestra mirada sobre el arte —me refiero a la mirada del espectador común—, el camino que nos ofrece mayor riqueza de matices, significados y claves ocultas consiste en hablar con los propios artistas. Sobre sus obras y sobre obras ajenas. Ellos ven ‘más allá’ de lo evidente. En esa tarea de enriquecimiento cultural (mirar y escuchar), reivindico también, casi al mismo nivel, las aportaciones de los catálogos de arte. Los expertos siempre nos ofrecen datos esenciales y dicen cosas valiosas. Leer catálogos es una tarea de provecho.

En las dos últimas semanas he leído los textos de cuatro catálogos: el de la exposición de Vicente Colom, El arte en tensión, en la Fundación Chirivella-Soriano de Valencia (se clausura a finales de este mes); el de Sorolla en negro en la Fundación Bancaja (hasta el 10 de septiembre); el de Señas de identidad, con obras 2020–2023 de Ximo Amigó (hasta finales de junio en la Fundación Bancaja de Sagunto), y el folleto desplegable de La mar, exposición de Antoni Durà en Galería Cuatro, de Valencia. Se aprende mucho apagando la tele y refugiándose en la lectura. Reproduzco aquí interesantes párrafos de esos cuatro catálogos.
Sobre El arte en tensión:
«La tarea de dibujar es algo confidencial, íntimo, como si le escribiéramos una carta a un amigo del que nos consta que necesita mucho recibirla. Quizá la mayoría de los dibujos no son más que palabras que se escriben a personas que no conocemos para consolarlas un poco, para ayudarlas a vivir mejor y a encontrar los perfiles hermosos de la vida.” (reflexiones del propio Vicente Colom).
«Colom, como artista, ha ido siempre a contracorriente, entre la nueva objetividad y un cierto hiperrealismo, cuando la tormenta contra la figuración arreciaba en la pintura contemporánea». (Juan Lagardera, 2017).
«La obra de Vicente Colom en su notable extensión y variedad ha girado siempre en torno a la figuración y manifiesta la pasión por expresar lo visual de la existencia» (Daniel Benito).

Sobre Sorolla en negro:
«En tiempos de Sorolla, al igual que había sucedido con anterioridad, la monocromía permite centrarse en el significado de la luz y la oscuridad como elementos determinantes de la percepción visual. La cuestión cobró más importancia si cabe en un momento en el que la pintura se entendía, ante todo, como el resultado de una mirada circunstancial condicionada por la iluminación». (Carlos Reyero, comisario de la exposición).
«Esos mismos colores negros que aprenden a diferenciarse a través de las texturas de las telas salpican la producción de Sorolla. Frecuentes y a menudo amparados por los tejidos le sirven como distinción de clase también, pues no todos los negros son iguales. Ni mucho menos». (Estrella de Diego).

Sobre Señas de identidad:
«Señales que aparecen y desaparecen a la velocidad que nos lleva el vehículo en el que nos trasladamos y sobre las que la memoria se instala. Sobre ellas golpea el tiempo, el sol, la lluvia y la nieve, piedras lanzadas por rabia, por afinar puntería, por diversión infantil, disparos de perdigón… y por la mirada (…), Igualmente, se instala en ellas la mano. Indicar con el dedo (manera universal e inequívoca de señalamiento) una dirección a seguir o el peligro de un bache sinuoso. ¿La vida misma?». (Francisco Sebastián Nicolau, comisario de la exposición).

Sobre La mar:
«Durà quiere formular una propuesta coherente con naturalidad y sencillez. Una playa pública al alcance de todo el mundo, capturada, depurada y exhibida sin pretensiones. Por todas partes encuentras objetos y detalles que reconoces, de forma que la identificas sin presentar alegaciones ni discrepancias (…), El conjunto de los cuadros, en definitiva, te recuerda un día cualquiera de los miles de días que has visitado esa misma playa cuando has ido a tomar el baño (…), La exposición quiere mantener la coherencia de todo aquello que la playa de Gandía representa». (Àlvar García, en el texto de presentación de la muestra).

Después de leer todas estas cosas sabemos del arte un poco más que antes. Hablo por mí, claro. Y supongo que por mucha más gente.
LA COLUMNA ABIERTA de Rafa Marí
«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde»
Jaime Gil de Biedma

En ajedrez, otra de las inteligentes actividades de Rafa Marí, una columna abierta es una columna sin peones; en el periodismo, una columna abierta es una columna donde puede reflexionarse sobre el precio de las cosas, la alta cocina, un libro, una película o los amores de Isabel Pantoja.
Pese a ser un periodista tardío, Rafa Marí (Valencia, 1945) ha tenido tiempo para trabajar en muchos medios de comunicación: Cartelera Turia, Cal Dir, Valencia Semanal, cartelera Qué y Donde, Noticias al día, Papers de la Conselleria de Cultura, Levante-EMV, El Hype… Siempre en las páginas de cultura. En 1984 se incorporó a la redacción de Las Provincias, diario donde actualmente ejerce su activismo como gran comentarista.
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