Des­de que comen­zó la cri­sis sani­ta­ria del coro­na­vi­rus, los tea­tros valen­cia­nos están cerra­dos y la com­pa­ñías aguar­dan con preo­cu­pa­ción el momen­to en que pue­dan reto­mar sus ensa­ya. Por eso en estos días algu­nas noti­cias son espe­cial­men­te bue­nas, por­que nos recuer­dan el tesón y la per­se­ve­ran­cia del sec­tor para afron­tar las difi­cul­ta­des. Hoy esa bue­na noti­cia es el 25 ani­ver­sa­rio de la Com­pan­yia Tea­tre Mica­let, todo un refe­ren­te en el pano­ra­ma tea­tral valen­ciano.

Lo hacía un 13 de mayo de 1995 de la mano de Joan Peris, Ximo Solano y Pilar Alme­ria. Lo hacían con la pues­ta en esce­na de una obra de Eduar­do de Filip­po, Nàpols mili­onà­ria, bajo la direc­ción de Peris. Des­de enton­ces la com­pa­ñía ha pre­sen­ta­do más de una trein­te­na de espec­tácu­los, con títu­los tan emble­má­ti­cos en la his­to­ria del tea­tro valen­ciano como Ballant, ballant, Ai, Car­me­la, Ham­let cana­lla, o éxi­tos que ya se han con­ver­ti­do en tra­di­ción, como Nadal a casa els Cupie­llo. Tam­po­co han fal­ta­do los pre­mios en este cuar­to de siglo de vida, como el pre­mio de las Artes Escé­ni­cas Valen­cia­nas con­quis­ta­do el pasa­do año con El jar­dí dels cire­rers, ade­más de otros galar­do­nes con­ce­di­dos por la Gene­ra­li­tat, Car­te­le­ra Turia, Car­te­le­ra Levan­te o la Asso­cia­ció d’Actors Pro­fes­sio­nals Valen­cians.

En estos años la com­pa­ñía ha con­so­li­da­do un reper­to­rio en el que con­ju­gan una mira­da actual a tex­tos uni­ver­sa­les, con crea­cio­nes pro­pias y obras de auto­res con­tem­po­rá­neos. Ade­más se han man­te­ni­do fie­les a su apues­ta por pro­mo­ver a acto­res y dra­ma­tur­gos valen­cia­nos, así como el tea­tro en valen­ciano.

Pero duran­te estos 25 años la Com­pan­yia Tea­tre Mica­let no solo ha mos­tra­do su pasión tea­tral sobre el esce­na­rio. Tam­bién lo ha hecho man­te­nien­do abier­ta una de las salas más emble­má­ti­cas de Valen­cia: El Mica­let. Des­de allí ha ofre­ci­do a los espec­ta­do­res una pro­gra­ma­ción basa­da tan­to en pro­duc­cio­nes pro­pias, como de com­pa­ñías invi­ta­das de los ámbi­tos del tea­tro y la dan­za, sin olvi­dar tam­po­co sus ciclos de músi­ca.

En ese espa­cio escé­ni­co, la Com­pan­yia Tea­tre Mica­let tenía pre­vis­to haber estre­na­do el pasa­do 6 de mayo El Mal­fet d’I­nish­maan, de Mar­tin Mac­do­nag, su tri­gé­si­ma ter­ce­ra pro­duc­ción. Sin embar­go, el coro­no­vi­rus y el esta­do de alar­ma se cru­za­ron en su camino obli­gán­do­les a bajar el telón de for­ma pre­ci­pi­ta­da a la tem­po­ra­da tea­tral. Pero ello no ha des­ani­ma­do sus ganas de cele­brar este día y seguir miran­do hacia el futu­ro un tea­tro con­ce­bi­do como acto de comu­ni­ca­ción impreg­na­do de com­pro­mi­so social y cul­tu­ral con Valen­cia. Por eso des­de aquí nos suma­mos a su cele­bra­ción con la emi­sión de una de sus pro­duc­cio­nes que mejor sim­bo­li­za este espí­ri­tu: El verí del tea­tre, de Rodolf Sire­ra.

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