Casi 40 empresas han participado en la iniciativa INNpresa para estimular los comportamientos innovadores en el tejido productivo de la Comunitat Valenciana

Una inves­ti­ga­do­ra en un cen­tro de Parc Cien­tí­fic UV.

La inno­va­ción repre­sen­ta para la socie­dad valen­cia­na una valio­sa herra­mien­ta estra­té­gi­ca, capaz de impul­sar el desa­rro­llo del terri­to­rio y la crea­ción de empleo de cali­dad, de rique­za y de bien­es­tar. Para las empre­sas valen­cia­nas, la apues­ta por la inno­va­ción impli­ca una herra­mien­ta que pue­de apor­tar una ven­ta­ja com­pe­ti­ti­va median­te la mejo­ra sus­tan­cial de los pro­ce­sos pro­duc­ti­vos, el lan­za­mien­to de mejo­res pro­duc­tos y ser­vi­cios o a tra­vés de mejo­ras orga­ni­za­ti­vas o de ges­tión.

Más allá de la infor­ma­ción esta­dís­ti­ca sobre la acti­vi­dad inno­va­do­ra, la ini­cia­ti­va INN­pre­sa, Obser­va­to­rio de Inno­va­ción en la Empre­sa, que impul­sa la Fun­da­ció Parc Cien­tí­fic Uni­ver­si­tat de Valèn­cia (FPCUV) con el apo­yo de la Agen­cia Valen­cia­na de la Inno­va­ción (AVI), mues­tra y ana­li­za por qué y cómo inno­van las empre­sas valen­cia­nas que inno­van con éxi­to, las deno­mi­na­das empre­sas EVIE, para que se con­vier­tan en refe­ren­tes pró­xi­mos a seguir para las empre­sas loca­les.

A par­tir de la entre­vis­ta en pro­fun­di­dad como meto­do­lo­gía emplea­da, el estu­dio ha iden­ti­fi­ca­do un gru­po de 38 empre­sas valen­cia­nas que, ade­más de inno­var, extraen de la inno­va­ción resul­ta­dos de nego­cio posi­ti­vos, cuyo aná­li­sis ha per­mi­ti­do detec­tar las diver­sas for­mas de alle­gar cono­ci­mien­to nue­vo a sus orga­ni­za­cio­nes, las fór­mu­las para apli­car­lo a la defi­ni­ción de nue­vos pro­duc­tos y pro­ce­sos, así como a nue­vas for­mas de orga­ni­za­ción y ges­tión, los pro­ce­di­mien­tos que emplean para impul­sar los pro­ce­sos de inno­va­ción y para ges­tio­nar­los y con­tro­lar su avan­ce. La inves­ti­ga­ción tam­bién estu­dia la for­ma en que estas empre­sas atraen talen­to para la inno­va­ción a sus orga­ni­za­cio­nes y, en gene­ral, las bue­nas prác­ti­cas que apli­can para inno­var con éxi­to.

Las catorce conclusiones

Las empre­sas par­ti­ci­pan­tes en el infor­me com­par­ten, en líneas gene­ra­les, las con­di­cio­nes de haber sido crea­das antes de 2018, de emplear a más de cua­tro per­so­nas, de supe­rar sus ven­tas en más de 45.000 euros anual­men­te y des­de su crea­ción, de espe­rar una evo­lu­ción posi­ti­va en un futu­ro pró­xi­mo y con acti­vi­da­des de inno­va­ción des­ple­ga­das a lo lar­go del año ante­rior. De las expe­rien­cias extraí­das en las entre­vis­tas, el infor­me apor­ta cator­ce líneas que reco­gen las accio­nes de las empre­sas inno­va­do­ras encues­ta­das, ade­más de ana­li­zar su fina­li­dad y opor­tu­ni­dad:

1) Las EVIE impul­san la inno­va­ción des­de la direc­ción de la empre­sa como acción que apor­ta el carác­ter de com­pe­ten­cia esen­cial, al ali­near y crear siner­gias en toda la orga­ni­za­ción, apor­tan­do una mayor con­vic­ción en la direc­ción de las empre­sas valen­cia­nas pue­de supo­ner para estas un sal­to cua­li­ta­ti­vo.

2) Extien­den la inno­va­ción a toda su cul­tu­ra orga­ni­za­cio­nal, y no solo a un depar­ta­men­to o área fun­cio­nal deter­mi­na­da para gene­ra­li­zar su apli­ca­ción y poten­ciar su impac­to, con­si­de­ran­do la inno­va­ción como una dis­ci­pli­na hori­zon­tal, o trans­ver­sal, que mul­ti­pli­ca las ven­ta­jas de la inno­va­ción;

3) Con­cep­tua­li­zan ade­cua­da­men­te qué es la inno­va­ción y lo que pue­de hacer por ellas para extraer todas las ven­ta­jas de su apli­ca­ción, entien­do que un mejor cono­ci­mien­to de lo que es inno­va­ción, de su rol y sus lógi­cas de fun­cio­na­mien­to, ayu­da­ría a las empre­sas a apli­car­la y apro­ve­char­la;

4) Defi­nen sus retos de mane­ra inte­li­gen­te para faci­li­tar la bús­que­da de solu­cio­nes median­te la inno­va­ción, lo que impli­ca que un mayor esfuer­zo para defi­nir los pro­ble­mas de las empre­sas en cuan­to a los retos per­mi­te su reso­lu­ción median­te la inno­va­ción;

5) Orien­tan su inno­va­ción median­te una infor­ma­ción de mer­ca­do amplia y actua­li­za­da, lo que faci­li­ta el éxi­to de su implan­ta­ción y guía la imple­men­ta­ción de la inno­va­ción de mane­ra más efi­caz;

6) Ali­nean las inno­va­cio­nes a imple­men­tar con la estra­te­gia de la empre­sa, ase­gu­ran­do su mayor impac­to;

7) Abra­zan el para­dig­ma de la inno­va­ción abier­ta, y se invo­lu­cran en pro­yec­tos de I+D y de inno­va­ción cola­bo­ra­ti­vos, lo que maxi­mi­za los resul­ta­dos des­de la gene­ra­ción de ideas has­ta la implan­ta­ción en el mer­ca­do per­mi­tien­do aumen­tar las inter­ac­cio­nes en el mar­co de pro­yec­tos cola­bo­ra­ti­vos;

8) Acce­den a un amplio espec­tro de tec­no­lo­gías, bien direc­ta­men­te o bien a tra­vés de cola­bo­ra­do­res de natu­ra­le­za muy diver­sa, lo que ofre­ce un aba­ni­co más amplio de solu­cio­nes apli­ca­bles en el pro­ce­so de inno­va­ción;

9) Des­plie­gan esfuer­zos rele­van­tes y, en oca­sio­nes, has­ta crea­ti­vos, para incor­po­rar talen­to a sus orga­ni­za­cio­nes como el com­po­nen­te prin­ci­pal del pro­ce­so de inno­va­ción, por lo que, en mayor apor­te de talen­to, y un mejor tra­ta­mien­to de sus moti­va­cio­nes, mul­ti­pli­ca­ría la capa­ci­dad de inno­va­ción de las empre­sas valen­cia­nas;

10) Incor­po­ran inno­va­cio­nes de carác­ter orga­ni­za­ti­vo, como la inno­va­ción en mode­los de nego­cio, que requie­ren una menor inver­sión en recur­sos;

11) Apli­can la digi­ta­li­za­ción a sus pro­ce­sos de inno­va­ción poten­cian­do la mejo­ra de la cali­dad, la segu­ri­dad, o el aho­rro de cos­tes, lo cual acti­va círcu­los vir­tuo­sos que agi­li­zan las ganan­cias en com­pe­ti­ti­vi­dad;

12) Nom­bran ges­to­res de pro­yec­to al fren­te de sus ini­cia­ti­vas de inno­va­ción, encar­ga­dos de con­tro­lar su avan­ce para que las res­pon­sa­bi­li­da­des no se dilu­yan en un esfuer­zo colec­ti­vo inefi­caz;

13) Recu­rren a espe­cia­lis­tas, ya dis­po­ni­bles en el eco­sis­te­ma valen­ciano de inno­va­ción, para aco­me­ter pasos espe­cí­fi­cos del pro­ce­so de inno­va­ción que les son menos natu­ra­les, apro­ve­chan­do que el eco­sis­te­ma inno­va­dor valen­ciano dis­po­ne de enti­da­des espe­cia­li­za­das en aque­llos pasos del pro­ce­so inno­va­dor que esca­pan a las com­pe­ten­cias esen­cia­les de las empre­sas;

14) Miden el impac­to de las inno­va­cio­nes una vez imple­men­ta­das, lo cual per­mi­te eva­luar sus resul­ta­dos y tomar deci­sio­nes. Según se des­ta­ca el infor­me, «las empre­sas valen­cia­nas no son dife­ren­tes al res­to y, por lo tan­to, la prin­ci­pal razón que mue­ve a las EVIE a inno­var es el hecho de gene­rar una ven­ta­ja com­pe­ti­ti­va. A pesar de que la prin­ci­pal razón para inno­var es poder gene­rar esta ven­ta­ja com­pe­ti­ti­va, las moti­va­cio­nes y el nivel de inno­va­ción al que lle­gan las empre­sas es dife­ren­te. En gene­ral, las EVIE se pue­den cla­si­fi­car en tres cate­go­rías según las razo­nes por las que inno­van: para con­ti­nuar en el mer­ca­do; por valo­rar­lo como algo impor­tan­te, pero no cla­ve; o por­que es su razón de ser».

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