El poten­cial ries­go de esta de for­tí­si­ma espe­cie, una de las más gran­des del mun­do, ha impli­ca­do la actua­ción de has­ta 3 per­so­nas para el com­pli­ca­do tras­la­do de cada ser­pien­te.

 

La mejo­ra con­ti­nua para ofre­cer el máxi­mo bien­es­tar a los ani­ma­les for­ma par­te del tra­ba­jo dia­rio del equi­po téc­ni­co de BIOPARC. Y lo que se podría deno­mi­nar ruti­na, en algu­nas oca­sio­nes con­lle­va arries­ga­das actua­cio­nes en las que es impres­cin­di­ble con­tar con com­ple­tos pro­to­co­los de segu­ri­dad y espe­cia­lis­tas en las dis­tin­tas espe­cies. En este caso, el gru­po de cui­da­do de rep­ti­les ha teni­do que emplear­se a fon­do para enfren­tar­se al tras­la­do de una pare­ja de pitón de Seba (Python sebae), la ser­pien­te más gran­de de Áfri­ca y una de las mayo­res de nues­tro pla­ne­ta. El supe­rior tama­ño de la hem­bra de 3,90m de lon­gi­tud y 34 kilos de peso ha reque­ri­do has­ta 3 per­so­nas al uní­sono para mover­la y el esfuer­zo con el macho de 2,70m y 12 kilos igual­men­te ha sido nota­ble.

Tenien­do en cuen­ta que el dise­ño de las ins­ta­la­cio­nes se rea­li­za para favo­re­cer el com­por­ta­mien­to natu­ral de las cer­ca de 150 espe­cies dis­tin­tas que alber­ga BIOPARC, cada recin­to es úni­co. El obje­ti­vo era reno­var el terra­rio des­de varios ámbi­tos para con­se­guir una mejo­ría del con­jun­to, lo que hace impres­cin­di­ble tras­la­dar a los dos ejem­pla­res por sepa­ra­do, con la máxi­ma rapi­dez y segu­ri­dad, a una ins­ta­la­ción tem­po­ral el míni­mo tiem­po posi­ble. Y para ello es nece­sa­rio acce­der al habi­tácu­lo inte­rior siguien­do unas estric­tas direc­tri­ces de pro­tec­ción pues­to que son ani­ma­les real­men­te peli­gro­sos. Dada la com­ple­ji­dad, estas mani­pu­la­cio­nes solo se rea­li­zan cuan­do es indis­pen­sa­ble y se apro­ve­cha para rea­li­zar con­tro­les vete­ri­na­rios, así como las medi­cio­nes de lon­gi­tud y peso. Todo un pro­ce­so que pode­mos obser­var en impac­tan­tes imá­ge­nes.

El terra­rio de la pitón de Seba se encuen­tra en la zona que recrea la Saba­na sub­te­rrá­nea y es real­men­te espe­cial pues­to que se ha con­se­gui­do repro­du­cir su hábi­tat crean­do un recin­to mul­ti­es­pe­cie don­de con­vi­ven con dos tipos de tor­tu­ga: una acuá­ti­ca deno­mi­na­da de escu­do afri­ca­na (Pelo­me­du­sa subru­fa) y otra de hábi­tos más terres­tres, cono­ci­da como arti­cu­la­da de Home (Kinixys homea­na). La inter­ven­ción en este entorno la logra­do pro­por­cio­nar dife­ren­tes pun­tos de luz, tam­bién modi­fi­car las plan­tas inte­rio­res, así como incre­men­tar el espa­cio útil de la par­te infe­rior y supe­rior, colo­can­do unos tron­cos en altu­ra. Esto últi­mo gra­cias a la obser­va­ción y cono­ci­mien­to de los gus­tos del macho, con pre­di­lec­ción por mover­se en zonas ele­va­das, lo cual posi­bi­li­ta intere­san­tes visio­nes de sus des­pla­za­mien­tos. Final­men­te, en un mis­mo terra­rio se obtie­nen dife­ren­tes ambien­tes con más o menos ilu­mi­na­ción, tem­pe­ra­tu­ra, hume­dad, etc. y cada indi­vi­duo pue­de esco­ger las con­di­cio­nes más favo­ra­bles para cada momen­to. El cui­da­do estas espe­cies con­sis­te en revi­sar dia­ria­men­te su buen esta­do de salud y velar por la correc­ta ali­men­ta­ción, todos los días en el caso de las tor­tu­gas y las ser­pien­tes apro­xi­ma­da­men­te cada dos sema­nas, ya que tie­nen un sis­te­ma de diges­tión sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te más len­to.

La pitón de Seba está inclui­da en la lis­ta roja de la UICN (Unión Inter­na­cio­nal para la Con­ser­va­ción de la Natu­ra­le­za) y BIOPARC fomen­ta el cono­ci­mien­to de estas espe­cies para com­pren­der el papel que desa­rro­llan en sus eco­sis­te­mas y movi­li­zar hacia su pro­tec­ción.

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