
26 de julio de 2020.
Miquel y yo nos tragamos en una sola sentada El Doctor Zhivago (David Lean, 1965), basada en la novela homónima de Boris Pasternak. Tres horas y cuarto de gran cine épico en el catálogo de Movistar (gentileza de TCM). ¡Zhivago! Liberalismo progresista frente a la maquinaria partidista. Individualismo sensible contra el colectivismo a piñón fijo. La muy popular música compuesta por Maurice Jarre empalaga un poco. También incomoda reconocer una y otra vez paisajes españoles (muchos de ellos en la provincia de Soria) intentando pasar, sin lograrlo, por escenarios naturales de la Rusia profunda. Por el contrario, me gusta que el muy comercial film –fue un éxito mundial– le diese trabajo a un montón de actores secundarios del cine español (José Nieto, Lili Murati, José María Caffarel, Gerard Tichy, Virgilio Teixeira, María Martín…).

La película sigue seduciendo y está viva, pese a ciertos desequilibrios argumentales (no se entiende del todo bien la relación sadomasoquista entre el corpulento y veterano Rod Steiger y la hermosa y joven Julie Christie). Da igual. David Lean era un gran cineasta y eso se nota en todas las secuencias. Necesitaría mucho espacio digital en este Diario de un cinéfilo para contar las muchas cosas que sé sobre el caudaloso relato de Pasternak (más de 600 páginas) y sobre su intrincado y polémico Premio Nobel de Literatura en 1958. Comentaristas de izquierda dijeron en su momento que la CIA había maniobrado para que Pasternak ganase el Nobel. En Occidente se reveló el gran enfado del apparatchik soviético con Pasternak y su novela, publicada en Italia (Feltrinelli Editore), pero no, entonces, en la URSS. Pasternak se vio obligado a rechazar el Nobel debido a la presión gubernamental. Copio de Wikipedia: “Tras su caída del poder en octubre de 1964, Jruschov obtuvo una copia de la novela y la leyó (antes había leído sólo fragmentos escogidos sesgadamente por sus asesores) señalando: «No deberíamos haberla prohibido. Tendría que haberla leído. No hay nada antisoviético en ella». Posteriormente, Jruschov declaró en sus memorias que estuvo a punto de permitir su publicación y después lamentó no haberlo hecho”.
Peter Finn (responsable de Seguridad Nacional en The Washington Post) y Petra Couvée (profesora en la Universidad Estatal de San Petersburgo) cuentan en El expediente Zhivago, investigación editada en España por Bóveda en 2016: “La hostilidad de la Unión Soviética hacia El Doctor Zhivago, ampliamente denunciada, hizo que una novela que de otro modo quizá hubiera tenido un pequeño número de lectores selectos se convirtiera en un éxito comercial de alcance internacional”; “Pasternak no pretendía enfrentarse con las autoridades, sino que vivía en el aislamiento, lleno de sentido, de su creatividad y su vida campestre. Comenzó a escribir El Doctor Zhivago en 1945 y tardó diez años en acabarlo (…) Era, de hecho, una primera novela, y Pasternak tenía 65 años cuando la terminó, con el asombro, cada vez mayor, al ver lo que brotaba de su pluma”.


Cito por último la sorprendente opinión del exiliado, imprevisible y genial Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899- Suiza, 1977): “El Doctor Zhivago es una cosa lamentable, chabacana, trillada y melodramática, con situaciones estereotipadas, abogados voluptuosos, muchachas increíbles, bandidos románticos y pueriles casualidades”. En opinión del autor de Lolita, la novela parecía haberla escrito “la amante de Pasternak”.
DIARIO UN CINÉFILO

«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde”
Jaime Gil de Biedma
DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sección dedicada al mundo de las Series de TV, a todos sus aspectos cinéfilos pero también a sus derivaciones sociológicas y relativas a la vida cotidiana de las personas. La construcción de roles, las relaciones familiares, la actualidad, la comedia y el drama, la épica histórica, dragones y mazmorras… Todo cabe en el mundo de las series, y cualquier perspectiva del mundo puede ser vista desde la óptica de un cinéfilo, de un seriófilo inteligente y perspicaz. La sección está personalizada en Rafa Marí, uno de los últimos grandes cinéfilos españoles. La periodicidad es aleatoria, y la longitud de cada entrada, también. Puede ser tanto muy corta: un aforismo, como un extenso miniensayo, o entrevista, o diálogo interior.
Pese a ser un periodista tardío, Rafa Marí (Valencia, 1945) ha tenido tiempo para trabajar en muchos medios de comunicación: Cartelera Turia, Cal Dir, Valencia Semanal, cartelera Qué y Donde, Noticias al día, Papers de la Conselleria de Cultura, Levante-EMV, El Hype… Siempre en las páginas de cultura. En 1984 fichó por Las Provincias, diario donde actualmente es columnista y crítico de arte.
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