La Fun­da­ción Rai­lowsky vuel­ve a las expo­si­cio­nes. Y lo hace con una mues­tra car­ga­da de sim­bo­lis­mo en estos tiem­pos de pan­de­mia: Happy Hour, del vete­rano fotó­gra­fo ale­mán Jür­gen Scha­de­berg. Su pro­pues­ta es un can­to a la vida a par­tir de una pano­rá­mi­ca por esos encuen­tros en los bares que a tra­vés del obje­ti­vo de su cáma­ra nos per­mi­ti­rá via­jar a loca­les de Glas­gow, Lon­dres, Cam­brid­ge, Ber­lín, Ham­bur­go, Johan­nes­bur­go y otros luga­res de Sudá­fri­ca, Nue­va York, Torre­mo­li­nos, Mála­ga, Mijas, Can­nes y París. Un lar­go peri­plo por los bares que el autor fue ges­tan­do entre 1961 y 2006.

Hoy, cuan­do poco a poco esos mis­mos loca­les van recu­pe­ran­do, no sin difi­cul­ta­des y ame­na­zas, la nor­ma­li­dad que detu­vo la pan­de­mia, las foto­gra­fías de Scha­de­berg rei­vin­di­can es “hora feliz”, no como recla­mo de clien­te­la, sino como com­pli­ci­dad colec­ti­va de vita­li­dad. Y este fotó­gra­fo naci­do en el Ber­lín de 1931 sabe por expe­rien­cia pro­pia la urgen­cia de afe­rrar­se a la vida. No solo por la oscu­ra reali­dad que envol­vió su infan­cia en una Ale­ma­nia sumi­da en pleno ascen­so del nazis­mo.

Gran par­te de su carre­ra pro­fe­sio­nal en la Sudá­fri­ca del aparheid, don­de fue “adop­ta­do” por la comu­ni­dad negra, ya que fue el úni­co blan­co en el equi­po de la míti­ca revis­ta Drum, dedi­ca­da a la músi­ca y al mun­do del espec­tácu­lo. Eran media­dos del siglo XX cuan­do un Jür­gen Scha­de­berg con 19 años. Allí cono­ció a Nel­son Man­de­la poco antes de que fue­ra encar­ce­la­do. De aquel encuen­tro nació una amis­tad que le per­mi­ti­ría hacer una de esas extra­ñas foto­gra­fías que se con­vier­ten en ico­nos de la his­to­ria: la que le reali­zó en una de las cel­das don­de pasó 27 años.

Pese a los duros años en la Ale­ma­nia nazi, sufrir los estra­gos de la II Gue­rra Mun­dial y con­vi­vir con la excre­cen­cia del aparheid, o tal vez pre­ci­sa­men­te por todo ello, Jür­gen Scha­de­berg ha valo­ra­do siem­pre por enci­ma de todo la vida. Y la sigue valo­ran­do, aho­ra des­de su reti­ro a las fal­das de El Mon­tú­ver, cer­ca de Gan­dia.

Ese espí­ri­tu de lucha y de posi­ti­vi­dad que­da refle­ja­do en las foto­gra­fías que la Fun­da­ción Rai­lowsky trae a la libre­ría homó­ni­ma de Valen­cia. La expo­si­ción podrá ver­se del 16 de julio al 30 de sep­tiem­bre, con un parén­te­sis del 8 al 23 de agos­to en que la libre­ría per­ma­ne­ce­rá cerra­da. Podrá visi­tar­se en el hora­rio de verano de la libre­ría: de lunes a vier­nes de 10 a 14 horas y de 17,30 a 21,30 horas. Sába­dos de 10 a 14 horas (excep­to agos­to)

Para la inau­gu­ra­ción se han orga­ni­za­do una serie de visi­tas guia­das, en gru­pos de diez per­so­nas para garan­ti­zar las medi­das de segu­ri­dad sani­ta­ria, duran­te los días 16, 17, 20, 21, 22, 23 y 24 de julio. Para asis­tir a estas visi­tas es nece­sa­rio ins­cri­bir­se en el correo: [email protected]

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