TITLE: BROOD, THE ¥ PERS: HINDS, CINDY ¥ YEAR: 1979 ¥ DIR: CRONENBERG, DAVID ¥ REF: BRO023AL ¥ CREDIT: [ THE KOBAL COLLECTION / NEW WORLD ]

La cita, que abre sus puertas el 22 de junio, repasa las películas que rodó el director canadiense antes de cumplir 40 años

Foto­gra­ma de «Cro­mo­so­ma 3», uno de los pri­me­ros éxi­tos de Cro­nen­berg.

El fes­ti­val Cine­ma Jove ha pro­gra­ma­do un ciclo dedi­ca­do a las pri­me­ras pelí­cu­las del cineas­ta de cul­to David Cro­nen­berg (Toron­to, Cana­dá, 1943), que inclui­rá los tra­ba­jos roda­dos antes de reba­sar los 40 años de edad, es decir, la pro­duc­ción con la que el direc­tor de cul­to podría haber com­pe­ti­do en la sec­ción ofi­cial del cer­ta­men. Todas las sesio­nes ten­drán lugar en el Octu­bre Cen­tre de Cul­tu­ra Con­tem­po­rà­nia (CCC) de Valèn­cia.

La selec­ción reúne los lar­go­me­tra­jes Vinie­ron de den­tro de… (1976), Rabia (1977), Ten­sión en el cir­cui­to (1979), Cro­mo­so­ma 3 (1979), Scan­ners (1981), Video­dro­me (1983) y La zona muer­ta (1983). Por estas pri­me­ras pelí­cu­las del direc­tor tam­bién figu­ran unos jóve­nes James Woods, Chris­topher Wal­ken o Mar­tin Sheen.

«Cro­nen­berg no es sólo uno de los direc­to­res con los que se entien­de mejor el cine con­tem­po­rá­neo, tam­bién es alguien que ha logra­do amal­ga­mar y poner de acuer­do a públi­cos de dis­tin­tos géne­ros (terror, dra­ma psi­co­ló­gi­co, gore, cien­cia fic­ción). Revi­sar sus ini­cios en el cine no decep­cio­na: la incur­sión en cada géne­ro al que se acer­ca da cuen­ta de su talen­to, su cui­da­do por los deta­lles y su habi­li­dad para sor­pren­der, epa­tar y envol­ver al espec­ta­dor en mun­dos de pesa­di­lla, y lo logra, ade­más, con cohe­ren­cia inter­na y gran elo­cuen­cia narra­ti­va», ha des­ta­ca­do el direc­tor de Cine­ma Jove, Car­los Madrid.

El con­jun­to per­te­ne­ce a la eta­pa de cons­truc­ción de mun­dos fan­tás­ti­cos a car­go del guio­nis­ta y direc­tor cana­dien­se, que con los años ha evo­lu­cio­na­do hacia el thri­ller de sus­pen­se y el dra­ma psi­co­ló­gi­co.

El ima­gi­na­rio de Cro­nen­berg tras­lu­ce el trau­ma que le pro­vo­có la enfer­me­dad dege­ne­ra­ti­va de su padre y su inte­rés por los estu­dios de medi­ci­na, para los que lle­gó a matri­cu­lar­se en la uni­ver­si­dad.

De ahí que en sus pro­yec­tos lle­ve al lími­te los temo­res del ser humano ante la infec­ción y la trans­for­ma­ción cor­po­ral. La degra­da­ción del cuer­po y la men­te son fija­cio­nes en uno de los mayo­res refe­ren­tes del lla­ma­do body horror.

David Cro­nen­berg, en una ima­gen toma­da a fina­les de los años 80.

Deseo de «transgresión»

Sus pri­me­ros lar­go­me­tra­jes entron­can con la ‘exploi­ta­tion’ típi­ca de los años seten­ta y ochen­ta, con que­ren­cia por lo esca­bro­so, pero pri­ma­ba el éxi­to comer­cial sobre la cali­dad.

En el caso del cana­dien­se, el deseo de trans­gre­sión está pre­sen­te, pero con un sello per­so­nal que lo hace des­ta­car entre el res­to de pro­duc­tos de esta cate­go­ría cine­ma­to­grá­fi­ca. Lo que en manos de otros direc­to­res es cine ads­cri­to a la serie B, en sus manos, las pesa­di­llas se ele­van a la cate­go­ría de arte.

Así, su ópe­ra pri­ma,Vinie­ron de den­tro de…, sería su acer­ca­mien­to per­so­nal al cine de zom­bis, mien­tras que Rabia supo­ne su incur­sión en el sub­gé­ne­ro de vam­pi­ros.

Su debut reci­bió el pre­mio al mejor direc­tor en el Fes­ti­val de Sit­ges y está pro­ta­go­ni­za­do por el pri­me­ro de sus cien­tí­fi­cos locos, habi­tua­les en su tra­yec­to­ria. La segun­da cuen­ta entre el elen­co con la estre­lla del cine porno Marilyn Cham­bers.

Su siguien­te pelí­cu­la, Ten­sión en el cir­cui­to, es una rare­za que plas­ma la pasión del rea­li­za­dor por la velo­ci­dad y las carre­ras de coches, y ante­ce­de el feti­chis­mo de la máqui­na que esta­lló en toda su com­ple­ji­dad y con­cu­pis­cen­cia en Crash (1996).

James Wood en «Video­dro­me».

La eclosión de la «nueva carne»

Cro­mo­so­ma 3 mar­ca el ini­cio de la lla­ma­da «nue­va car­ne», expre­sión que se refie­re a la fusión de los teji­dos huma­nos con la tec­no­lo­gía. A par­tir de enton­ces, Cro­nen­berg ha con­ti­nua­do y amplia­do sus expe­ri­men­tos de alte­ra­ción cor­po­ral a tra­vés de la elec­tró­ni­ca.

La cin­ta tam­bién supu­so la pri­me­ra cola­bo­ra­ción con su com­po­si­tor de cabe­ce­ra, Howard Sho­re, que des­de enton­ces ha fir­ma­do todas sus ban­das sono­ras, a excep­ción de una.

Los esta­lli­dos de cabe­zas en su siguien­te pelí­cu­la, Scan­ners, son pura ima­gen icó­ni­ca del cine de terror con­tem­po­rá­neo. Los pro­ta­go­nis­tas son una mino­ría de seres huma­nos dota­dos de pode­res sobre­na­tu­ra­les, entre ellos, la tele­pa­tía y la tele­qui­ne­sis.

Video­dro­me era con­si­de­ra­da por Andy Warhol la naran­ja mecá­ni­ca de los años ochen­ta. La pelí­cu­la es una crí­ti­ca a los medios de comu­ni­ca­ción de masas que resue­na de mane­ra visio­na­ria en el influ­jo actual de las nue­vas tec­no­lo­gías.

Para los afi­cio­na­dos a la músi­ca pop, aten­ción a la pre­sen­cia, entre el repar­to, de la can­tan­te del gru­po Blon­die: Deb­bie Harry. Aquel pro­yec­to dejó tan exhaus­to al rea­li­za­dor que la últi­ma pelí­cu­la que com­ple­ta este sur­ti­do de cine de terror es un tra­ba­jo de encar­go: la adap­ta­ción de la nove­la homó­ni­ma de Stephen King La zona muer­ta, en la que la pro­ta­go­nis­ta tam­bién mani­fies­ta pode­res extra­sen­so­ria­les.

David Cro­nen­berg es hoy en día uno de los cineas­tas de géne­ro más res­pe­ta­dos, debi­do a su influen­cia no sola­men­te en el sép­ti­mo arte, sino tam­bién en la filo­so­fía y el arte con­tem­po­rá­neo, la tec­no­lo­gía y la cien­cia social.

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