La muestra «Fuego en la biblioteca» podrá visitarse hasta el próximo 26 de noviembre

La temporada de La Nau de la Universitat de València incluye entre sus propuestas para esta temporada Fuego en la biblioteca. Libros que incendiaron la Europa de las Luces. La muestra es un proyecto organizado por la Biblioteca Histórica y el Vicerrectorado de Investigación, en colaboración con el Instituto Francés, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de València y la Sociedad Bibliográfica Valenciana Jerónima Galés.
En la exposición, por primera vez, se exponen algunos de los libros prohibidos más emblemáticos del siglo XVIII francés que contribuyeron a la génesis de las democracias modernas. Obras de contenido político, religioso y literario, entre las cuales se encuentran textos y grabados de carácter erótico.
La combinación de libros, censurados y perseguidos en su época, con fotografías artísticas en blanco y negro del fotógrafo hispanofrancés Pedro Hernández, propician un diálogo con un claro mensaje: la prohibición genera fascinación.
Entre las obras expuestas destaca el plan de Turgot de la ciudad de París, algunos ejemplares de la Encyclopédie, obras de la marquesa de Pompadour o la rarísima edición en papel azul con las obras completas de Voltaire.
Fuego en la biblioteca invita a conocer una selecta muestra de obras rescatadas del Enfer de las bibliotecas y a reflexionar sobre el legado intelectual de los protagonistas ilustrados del siglo XVIII, con la esperanza que su filosofía sirva de inspiración para afrontar los retos y desafíos de la Europa actual.

«El infierno» de las bibliotecas
La Biblioteca Nacional de Francia tiene entre sus colecciones más preciadas la sección dedicada a l’Enfer, el Infierno. Una sección similar existe en la Biblioteca Británica que posee la Private Case, con una selecta colección de libros eróticos, al igual que la Phi Collection de la Biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford, la Delta Collection de la Biblioteca del Congreso de Washington, el Fondo Riservata Erotica de la Biblioteca Nacional Braidense de Milán, el fondo Remota de contenido erótico de la Biblioteca Nacional de Baviera en Múnich, e incluso se habla, aunque sin certeza absoluta, del Inferno de la Biblioteca Vaticana.
Son lugares que albergan libros y manuscritos de diferentes épocas, salvados de la hoguera, que fueron perseguidos y prohibidos por contener ideas consideradas heterodoxas desde el punto de vista político, social, cultural y religioso. El XVIII fue sin duda el siglo en el que este tipo de obras alcanzaron su mejor expresión.
Esos libros, redactados por algunos de los mejores philosophes del momento, contribuyeron a conformar el espíritu de la Ilustración, especialmente francesa. Sus autores sufrieron el exilio, la vigilancia continua, la persecución, y con frecuencia la cárcel, lo que no hizo sino incrementar el interés de los lectores por sus obras, algunas de las cuales se convirtieron en auténticos best-sellers en la Europa del momento, como la Encyclopédie de Diderot, las ediciones de Voltaire, del barón d’Holbach, Rousseau, Helvetius, Raynal, el marqués d’Argens, Mirabeau, Mercier, Rétif de la Bretonne, Pidansat de Mairobert, o Meslier.
Y esas obras, no necesariamente eróticas, aunque siempre peligrosas para el Antiguo Régimen, constituyen el germen de las democracias modernas por su defensa de los derechos humanos, la igualdad, la tolerancia, la laicidad, la filosofía militante, o, lo que es lo mismo, la figura del intelectual crítico con el poder. Principios todos ellos que siguen teniendo vigencia en la actualidad cuando la corrección política o la llamada cultura de la cancelación, la censura, cuestionan la libertad de expresión, uno de los pilares fundamentales de la Democracia.
Cuando se conmemoran los trescientos años del nacimiento del barón d’Holbach (1723–1789), uno de los miembros más notables de la llamada Ilustración radical, en cuyo salón de la rue Royale Saint-Roch de París se reunieron los intelectuales más notables de la Europa del XVIII, como Diderot, D’Alembert, Hume, Adam Smith, Laurence Sterne, Horace Walpole, Edward Gibbon o Benjamin Franklin, es más necesario que nunca volver la mirada atrás, y revisitar la obra de aquellos hombres, para enarbolar su legado intelectual como un referente para los retos y desafíos a los que se enfrenta la Europa del siglo XXI, donde las certezas parecen haberse diluido en un océano de incertidumbres.
Esta exposición, de alcance necesariamente limitado, expone por primera vez un fondo de libros inexistente en la Biblioteca Nacional de España, procedentes de colecciones particulares y de la Biblioteca Histórica de la Universitat de València. Completan la muestra una serie de fotografías artísticas contemporáneas del siglo XX, en blanco y negro, del fotógrafo hispano francés Pedro Hernández, que buscan interpelar los textos del Siglo de las Luces.
La muestra se podrá visitar en la sala Duc de Calàbria de la Biblioteca Histórica, en el Centre Cultural La Nau, y el acceso es gratuito.
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