No hace dema­sia­do tiem­po, comer en un hotel en la capi­tal del Turia no era sinó­ni­mo pre­ci­sa­men­te de gas­tro­no­mía de cali­dad. La mayo­ría con­ta­ba con pro­pues­tas pla­nas, ale­ja­das ade­más de nom­bres de rele­van­cia en la coci­na.

Sin embar­go, a raíz del cre­ci­mien­to turís­ti­co de la ciu­dad y de la incor­po­ra­ción de jóve­nes pro­fe­sio­na­les culi­na­rios al mer­ca­do la visión cam­bió. Espe­cial­men­te en luga­res que ya ven­dían lujo en sus ins­ta­la­cio­nes pero no rea­li­za­ban la ofer­ta com­ple­ta des­de lo gas­tro­nó­mi­co.

Si bien en la pri­me­ra déca­da del siglo hubo inten­tos que no se alar­ga­ron en el tiem­po, la rotu­ra del muro con Arrop, Suce­de, Ver­ti­cal o Komo­ri mos­tró el camino hacia nue­vos hori­zon­tes, sin nece­si­dad espe­cí­fi­ca de bus­car galar­do­nes pero con diver­si­dad de ofer­ta.

Hoy, los res­tau­ran­tes de hotel son una par­te más del amplio aba­ni­co hos­te­le­ro de la región, algu­nos de los cua­les no solo des­ta­can sino que se han con­so­li­da­do ya duran­te años en Valen­cia.

• Karak: el hotel One Shor Mer­cat, a espal­das del Ayun­ta­mien­to, aco­ge uno de los loca­les más diver­sos a nivel deco­ra­ti­vo y de pro­pues­ta a car­go de Rakel Cer­ni­cha­ro, gana­do­ra de la cuar­ta edi­ción de Top Chef .

• Ampar: recien­te­men­te reno­va­do den­tro del Hos­pes Palau de La Mar, en Nava­rro Rever­ter, ofre­ce des­de un men­ñu sema­nal de cali­dad a un pre­cio sor­pren­den­te a menús degus­ta­ción de la mano de Car­los Julián.

• Espo­lín: la posi­bi­li­dad de comer pro­duc­to local en el cen­tro se acre­cien­ta con el reno­va­do espa­cio del Cata­lo­nia Excel­sior, habi­li­tan­do el lugar y las rece­tas más allá del trán­si­to del turis­mo.

• El Coso del Mar: en una zona como la pla­ya de Las Are­nas nos cues­ta encon­trar, curio­sa­men­te, alter­na­ti­vas a este res­pec­to. Pero los arro­ces de este lugar miran­do al mar des­de su terra­za o su azo­tea se han con­so­li­da­do hace tiem­po ya.