
Por noveno año consecutivo, Sala Russafa realiza una selección de varias de las piezas más interesantes de las artes escénicas autonómicas en su IX Cicle de Companyies Valencianes, una programación que hasta el 24 de mayo dedica el teatro de Ruzafa en exclusiva al talento y creatividad de esta escena.
Del 17 al 26 de enero, la primera propuesta llega de manos de la formación de València La Zafirina, creada por Mafalda Bellido para producir las piezas firmadas por esta actriz que empezó a desarrollar la escritura dramática tanto para poder explorar esa vía de expresión como para inventar las historias y personajes que deseaba interpretar.
En Sala Russafa presenta la comedia Chucho, que resultó finalista en 2019 a la Mejor Autoría Revelación en los Premios Max y al Mejor Texto en los Premios de las Artes Escénicas del Instituto Valenciano de Cultura, además de ganar en 2018 el Premio Teatro Autor Express SGAE.
El proyecto surgió en 2017, cuando Bellido participó en el II Torneig de Dramatúrgia Valenciana. “Vimos cómo la gente conectaba enseguida con esta historia, cómo se identificaba con estos personajes puestos al límite por la pérdida de su perro. Es una pareja que ya está muriendo y que tiene las mismas discusiones que hemos tenido todos alguna vez”, explica Bellido.
A partir de ese galardón, el texto fue creciendo hasta convertirse en una pieza de larga duración donde el público asiste a la batalla que se desata cuando Bea visita a Toni para reclamarle dónde está su perro, del que comparten custodia. “Se está hablando de muchas pérdidas, no solo la de Chucho. Y se hace desde un humor en el que cabe cierto punto del dolor que todos hemos sufrido alguna vez por amor. Es como una montaña rusa de emociones y situaciones. Desde el escenario oímos al público reír, suspirar, los espectadores se enganchan desde el minuto uno a esta historia porque se parece mucho a otras que han podido vivir en algún momento y se sienten identificados”, comenta la autora de esta pieza en la que ella misma interpreta a la protagonista femenina junto a Jordi Ballester, que da vida a Toni.
La tercera pata del proyecto es Xavier Puchades, director del montaje. “El teatro es una amalgama del talento, de las aportaciones de mucha gente. Y, cuando funciona, cuando todo encaja, es mágico”, señala la actriz, productora y dramaturga, que por ahora no se plantea la dirección para centrarse en estas otras facetas.
Bellido forma parte de una generación que está desarrollando interesantes proyectos escénicos y en la que se integran María Cárdenas, Maribel Bayona, Sonia Alejo, Begoña Tena o Guadalupe Sáez, entre otras autoras. Pero no destaca la cuestión del género: “sería absurdo que hace unos años le hubieran preguntado a un hombre si había una ‘escena masculina’ porque entonces mayoritariamente escribían y estrenaban ellos. Creo que lo que nos une a las y los dramaturgos de mi generación es que hemos tenido la suerte de que excelentes autores valencianos decidieran dedicarse a la enseñanza de la escritura teatral. Esos referentes nos han inspirado mucho”, comenta Bellido sobre una escena que tilda de efervescente y para la que desearía mayor proyección, tanto dentro de la Comunidad Valenciana como fuera, pudiendo mostrar sus trabajos a otros públicos.
Por el momento, la pieza estará dos semanas en Sala Russafa, como arranque de su IX Cicle de Companyies Valencianes. Una apertura que habla sobre la dificultad de entenderse, el reto de quererse y la comicidad de vivir.