El mul­ti­pre­mia­do bai­la­rín y coreó­gra­fo Toni Apa­ri­si ha crea­do y diri­gi­do esta pie­za que podrá ver­se este fin de sema­na

Las actri­ces de «qui­ZÁS!», una coreo­gra­fía de Toni Apa­ri­si.

Sala Rus­sa­fa cie­rra el 30 de junio la tem­po­ra­da y su Fes­ti­val de Talle­res de Tea­tro Clá­si­co, don­de se mues­tran los tra­ba­jos del alum­na­do de su línea docen­te, coor­di­na­da por la Aca­dè­mia Escè­ni­ca de Valèn­cia. Una ofer­ta for­ma­ti­va en la que la dan­za con­tem­po­rá­nea tam­bién tie­ne su espa­cio de la mano del mul­ti­pre­mia­do coreó­gra­fo y bai­la­rín Toni Apa­ri­si.

Des­de hace 12 años, impar­te en el cen­tro cul­tu­ral un cur­so para no pro­fe­sio­na­les que tra­ba­ja dife­ren­tes aspec­tos de esta dis­ci­pli­na de las artes escé­ni­cas, prio­ri­zan­do la expre­sión cor­po­ral, la adqui­si­ción de com­pe­ten­cias bási­cas en el bai­le y el tra­ba­jo en equi­po. Ese espí­ri­tu cola­bo­ra­ti­vo se ha plas­ma­do en la crea­ción y en la pues­ta en esce­na de qui­ZÁS!, el espec­tácu­lo que estre­nan el pró­xi­mo vier­nes.

Cator­ce bai­la­ri­nas, miem­bros del alum­na­do, inter­pre­tan unas coreo­gra­fías que par­ten de las pro­pues­tas de Apa­ri­si, pero en cuya ela­bo­ra­ción tam­bién han par­ti­ci­pa­do. «Tra­ba­jar con este gru­po es muy fácil y, de algu­na mane­ra, me recon­ci­lia a nivel peda­gó­gi­co con el sec­tor. Es un gru­po que está dis­pues­to a reci­bir ideas y a apor­tar lo que les sugie­ren. A lo lar­go de todo el cur­so van apren­dien­do y crean­do en común, por lo que gran par­te del mate­rial coreo­grá­fi­co es suyo. Y enca­ja per­fec­ta­men­te con lo que que­re­mos trans­mi­tir en esta pie­za», expli­ca el direc­tor y docen­te.

La idea ori­gi­nal de qui­ZÁS! podría resu­mir­se en la nece­si­dad de vol­ver a poner a las per­so­nas en el cen­tro, de con­ver­tir­las de nue­vo en el eje del mun­do, cada vez más des­hu­ma­ni­za­do y des­na­tu­ra­li­za­do. «Los pode­res eco­nó­mi­cos, ener­gé­ti­cos, tec­no­ló­gi­cos, polí­ti­cos, etc. están des­pla­zan­do al ser humano. Y es fácil encon­trar­se con indi­vi­duos que se sien­ten per­di­dos, des­ubi­ca­dos en sus estu­dios o tra­ba­jo, en su fami­lia, en su ciu­dad…», comen­ta Apa­ri­si. Esos sen­ti­mien­tos aflo­ran en un espec­tácu­lo que mues­tra cómo podría ser una comu­ni­dad más huma­na y cola­bo­ra­ti­va.

Acom­pa­ña­das por ale­gres músi­cas cen­tro­ame­ri­ca­nas, pero tam­bién al son de com­po­si­cio­nes más mini­ma­lis­tas y expe­ri­men­ta­les, las bai­la­ri­nas Ana Gimeno, Rocío Chi­co, Lau­ra Gómez, M. Car­men Gimé­nez, Pau­la Gari­bo, Car­men Bort, Majo Mira­sol, Nuria Olme­do, Ele­na López, Mar­ta Chust Jaén, Kika Gar­ce­lán, Car­men Comes, Laia Blas­co y Lola Ramos suben al esce­na­rio.

Lle­van ves­ti­dos vera­nie­gos vapo­ro­sos y a veces por­tan toca­dos fru­ta­les, al esti­lo de Car­men Miran­da, enfa­ti­zan­do la ale­gría y el sen­ti­do del humor que tie­nen cabi­da en las coreo­gra­fías. Ayu­dán­do­se unas a otras, van bus­can­do o regre­san­do al cen­tro de la esce­na en una pie­za ama­ble, que rei­vin­di­ca el vita­lis­mo y la comu­ni­dad, tra­tan­do de devol­ver a las per­so­nas al pro­ta­go­nis­mo que mere­cen.  

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