Foto: Pixabay/Michal Jar­mo­luk

Un estu­dio inter­na­cio­nal de Open Evi­den­ce, una spin-off de la UOC, ha publi­ca­do los resul­ta­dos fina­les de su aná­li­sis sobre los efec­tos de la COVID-19 en Espa­ña, Ita­lia y el Rei­no Uni­do. Tras una pri­me­ra ola de resul­ta­dos, publi­ca­da a fina­les de mayo y cen­tra­da en la salud men­tal, el infor­me final mues­tra datos socio­eco­nó­mi­cos, expec­ta­ti­vas de futu­ro y capa­ci­da­des cog­ni­ti­vas de los ciu­da­da­nos. Entre los prin­ci­pa­les resul­ta­dos, la inves­ti­ga­ción reve­la que un 36 % de los espa­ño­les ha con­su­mi­do sus aho­rros duran­te un mes de con­fi­na­mien­to y que la mayo­ría tie­ne mie­do y una visión nega­ti­va del futu­ro: el 92 % de los espa­ño­les teme una depre­sión eco­nó­mi­ca, el 63 % espe­ra que el año 2021 sea peor que el 2020 y, tam­bién, un 63 % tie­ne mie­do de que haya res­tric­cio­nes per­ma­nen­tes de dere­chos y liber­ta­des. 

El estu­dio, basa­do en la reco­pi­la­ción de dife­ren­tes datos de un mis­mo gru­po de per­so­nas, de entre 18 y 75 años, de Espa­ña, Ita­lia y el Rei­no Uni­do, ha rea­li­za­do tres olas con­se­cu­ti­vas de encues­tas. Para obte­ner la res­pues­ta de las mis­mas 1.000 per­so­nas de cada país en cada ola, los inves­ti­ga­do­res con­ta­ron en la pri­me­ra encues­ta (del 24 de abril al 1 de mayo) con una mues­tra de 3.524 per­so­nas en Espa­ña, 3.545 en Ita­lia y 3.541 en el Rei­no Uni­do. La segun­da encues­ta (del 1 al 12 de mayo) tuvo una mues­tra de 1.663 per­so­nas en Espa­ña, 1.659 en Ita­lia y 1.599 en el Rei­no Uni­do. Y la ter­ce­ra (del 9 al 20 de mayo), 1.023 per­so­nas en Espa­ña, 1.039 en Ita­lia y 1.148 en el Rei­no Uni­do. Aho­ra se publi­can los resul­ta­dos de las dos últi­mas olas, jun­to con los de la pri­me­ra, que ya se publi­ca­ron. 

Los datos del estu­dio reco­gi­dos en la ter­ce­ra ola reve­lan que la pan­de­mia está alte­ran­do el com­por­ta­mien­to de la pobla­ción. En el ámbi­to socio­eco­nó­mi­co, ade­más de que un 36 % de los espa­ño­les ha con­su­mi­do sus aho­rros duran­te un mes de con­fi­na­mien­to, un 41 % ha dis­mi­nui­do el con­su­mo de pro­duc­tos cul­tu­ra­les y el 58 % ha redu­ci­do su acti­vi­dad de net­wor­king, cla­ve para su carre­ra y sus futu­ras opor­tu­ni­da­des labo­ra­les. En otros ámbi­tos, un 23 % de los encues­ta­dos ha infor­ma­do tener un com­por­ta­mien­to de mayor ries­go, como sexo sin pro­tec­ción, menos adhe­ren­cia a tra­ta­mien­tos médi­cos o con­su­mo exce­si­vo de alcohol y comi­da, y lle­var una vida menos salu­da­ble. 

Ade­más, el cofun­da­dor de Open Evi­den­ce y pro­fe­sor de los Estu­dios de Cien­cias de la Infor­ma­ción y de la Comu­ni­ca­ción de la UOC Fran­cis­co Lupiá­ñez aña­de que, mien­tras que el dis­cur­so domi­nan­te decía que la COVID-19 no hacía dis­tin­cio­nes socia­les, nues­tra socie­dad des­igual ha hecho que algu­nos paguen un pre­cio más alto que otros. «Las muje­res, en par­ti­cu­lar, han paga­do más, por­que han rea­li­za­do una par­te abru­ma­do­ra del tra­ba­jo no remu­ne­ra­do. Otros gru­pos vul­ne­ra­bles son las per­so­nas que viven en espa­cios limi­ta­dos y que tenían unos aho­rros limi­ta­dos», seña­la. 

El miedo y el efecto peligroso de la incertidumbre 

Inver­tir, com­prar una casa, admi­nis­trar o lan­zar un nego­cio son accio­nes que exi­gen apos­tar por el futu­ro. ¿La socie­dad está dis­pues­ta a apos­tar en un pro­ce­so de des­con­fi­na­mien­to gra­dual? Para los inves­ti­ga­do­res, los sig­nos no son nada alen­ta­do­res. En Espa­ña, según la ter­ce­ra encues­ta, el 63 % de los ciu­da­da­nos pien­sa que el año 2021 será peor que el 2020. 

Según los datos obte­ni­dos, el mie­do inva­de la vida de los ciu­da­da­nos y los atrin­che­ra en una sen­sa­ción de temor en los tres paí­ses. En Espa­ña, un 92 % de las per­so­nas espe­ra una depre­sión eco­nó­mi­ca, un 63 % teme que haya res­tric­cio­nes per­ma­nen­tes de dere­chos y liber­ta­des y un 91 % pien­sa que habrá un segun­do bro­te de la enfer­me­dad. 

«Indi­vi­dual­men­te, el mie­do está aso­cia­do al estrés y soca­va nues­tra facul­tad de razo­na­mien­to, lo que nos pue­de lle­var a come­ter más erro­res», advier­te Lupiá­ñez. «El con­fi­na­mien­to pone en ries­go la salud men­tal, redu­ce la capa­ci­dad para tomar deci­sio­nes racio­na­les y crea un cli­ma des­alen­ta­dor de expec­ta­ti­vas pesi­mis­tas y temo­res gene­ra­li­za­dos», aña­de. Por eso, el inves­ti­ga­dor con­si­de­ra que debe­ría reini­ciar­se el teji­do social y redu­cir la incer­ti­dum­bre para evi­tar elec­cio­nes y com­por­ta­mien­tos equi­vo­ca­dos. «Los gobier­nos deben res­tau­rar la con­fian­za y la espe­ran­za de la socie­dad», afir­ma. 

La salud mental, aún en riesgo 

En la ter­ce­ra encues­ta, el estu­dio reve­la un impac­to muy limi­ta­do del des­con­fi­na­mien­to gra­dual sobre la salud men­tal de los espa­ño­les. De hecho, toda­vía per­ma­ne­ce en peli­gro. En com­pa­ra­ción con la pri­me­ra encues­ta, inclu­so un 3 % más de per­so­nas se sin­tie­ron depri­mi­das o deses­pe­ra­das por el futu­ro. Solo en algu­nos indi­ca­do­res de salud men­tal hubo una leve mejo­ría, como por ejem­plo en el hecho de que menos per­so­nas sin­tie­ron poco inte­rés o pla­cer al hacer cosas (67 %)

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