El museo de la Dipu­tació de Valèn­cia ofre­ce las nue­vas expo­si­cio­nes «El espe­jo de la belle­za» y «Japo­nis­mos».

 

El MuVIM abre sus puer­tas al país del sol nacien­te con dos expo­si­cio­nes que rei­vin­di­can la hip­nó­ti­ca influen­cia del arte japo­nés en el ima­gi­na­rio occi­den­tal. El museo de la Dipu­tació de Valèn­cia ofre­ce las mues­tras «El espe­jo de la belle­za» y «Japo­nis­mos», que podrán visi­tar­se en la Sala Baja del MuVIM has­ta el pró­xi­mo 17 de agos­to, con una selec­ción de pin­tu­ras, escul­tu­ras, cerá­mi­cas y tex­ti­les comi­sa­ria­da por Raúl For­­tes-Gue­­rre­­ro, de la Uni­ver­si­tat de Valèn­cia, y Ama­dor Gri­ñó, jefe de expo­si­cio­nes del museo.

Las dos pro­pues­tas expo­si­ti­vas, vin­cu­la­das por el influ­jo del arte del lejano Orien­te, están sepa­ra­das por el típi­co ‘torii’ o por­tal sagra­do japo­nés. La pri­me­ra de ellas, «El espe­jo de la belle­za}, es un reco­rri­do por el arte japo­nés de los siglos XVI al XX. El comi­sa­rio, Raúl For­­tes-Gue­­rre­­ro, des­ta­ca “la incur­sión en el uni­ver­so esté­ti­co de Japón a par­tir de una serie de con­cep­tos bási­cos tan­to de la filo­so­fía del país como en el pen­sa­mien­to que sub­ya­ce en las accio­nes más coti­dia­nas. Son ejem­plos de un modo de ser y de estar en el mun­do”.

Por su par­te, Ama­dor Gri­ñó defi­ne el fenó­meno del Japo­nis­mo como “la influen­cia pro­fun­da y per­du­ra­ble del arte y la cul­tu­ra nipo­na en Occi­den­te, algo que se extien­de mucho más allá de una moda pasa­je­ra y que, des­de tiem­pos de Mar­co Polo y otros via­je­ros, se incor­po­ró al ima­gi­na­rio euro­peo”. Gri­ñó ha tra­ba­ja­do con “los suce­si­vos Japo­nis­mos que, más que modas, han sido autén­ti­cos pro­ce­sos de inter­cam­bio cul­tu­ral y han enri­que­ci­do tan­to el arte occi­den­tal como la com­pren­sión glo­bal de Japón fue­ra de sus fron­te­ras”.

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