Bajo el lema «El mar me cura, me sal­va, y eso es lo que inten­to hacer cuan­do lo pin­to», Lucía Be invi­ta a sumer­gir­se en una serie de pie­zas úni­cas con­ce­bi­das como peque­ños uni­ver­sos en los que per­der­se y reen­con­trar­se.

 

 

La artis­ta y crea­do­ra valen­cia­na Lucía Be ha lan­za­do una nue­va colec­ción de obras pic­tó­ri­cas en la que el mar se con­vier­te en refu­gio, ins­pi­ra­ción y moti­vo cen­tral.

La colec­ción, com­pues­ta por acrí­li­cos sobre made­ra, colla­ges y téc­ni­cas mix­tas, pro­po­ne un reco­rri­do emo­cio­nal y visual por dis­tin­tos pai­sa­jes mari­nos y recuer­dos per­so­na­les de la auto­ra. Entre las obras des­ta­can «San­ta Eula­lia del Río», home­na­je al pue­blo don­de cre­ció la artis­ta, «Aigua­bla­va», «Golon­dri­na de mar» ‑dedi­ca­da a la resi­lien­cia de las aves marinas‑, «Cala Bra­mant», «Lore­do» y «Cie­lo marino», en la que Lucía Be refle­xio­na sobre los múl­ti­ples uni­ver­sos que se refle­jan en el agua: «El camino de chis­pas y meteo­ros lumi­no­sos refle­ja­do en el mar se mue­ve si yo lo hago. Cada uno de los que esta­mos ahí, vemos nues­tro pro­pio camino de estre­llas, un uni­ver­so infi­ni­to que coexis­te con el de los demás».

La colec­ción tam­bién inclu­ye pie­zas como «Mi mar» y «Emily», esta últi­ma acom­pa­ña­da de un poe­ma de Emily Dic­kin­son, así como obras de peque­ño for­ma­to como «Agua Amar­ga» y «Finis­te­rre en abril», en las que la tie­rra y el acrí­li­co se fun­den para cap­tu­rar la esen­cia de la cos­ta.

Las obras, todas ellas ori­gi­na­les y enmar­ca­das, están dis­po­ni­bles para su adqui­si­ción direc­ta a tra­vés de la artis­ta, quien ges­tio­na per­so­nal­men­te las reser­vas y ven­tas. Los pre­cios osci­lan entre los 120 y los 600 euros, y el envío nacio­nal tie­ne un cos­te fijo de 20 euros, con opción de envío inter­na­cio­nal bajo con­sul­ta.

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