La pro­pues­ta apues­ta por el pro­duc­to de cer­ca­nía, los gui­sos de cucha­ra, la caza y los arro­ces pro­pios de la tem­po­ra­da, todo ello con un mar­ca­do res­pe­to por el rece­ta­rio local.

El res­tau­ran­te Noble ha dado la bien­ve­ni­da al oto­ño con una nue­va car­ta que rei­vin­di­ca la esen­cia de la coci­na valen­cia­na a tra­vés de rece­tas tra­di­cio­na­les rein­ter­pre­ta­das con un sutil toque con­tem­po­rá­neo.

Noble se ha con­so­li­da­do como uno de los refe­ren­tes en la ciu­dad por su for­ma de tra­ba­jar el pro­duc­to de mer­ca­do y actua­li­zar la tra­di­ción sin per­der­la de vis­ta. Esta tem­po­ra­da, el obje­ti­vo es invi­tar al comen­sal a reen­con­trar­se con los sabo­res de siem­pre, pre­pa­ra­dos con téc­ni­ca refi­na­da y un esti­lo actual.

Entre los entran­tes des­ta­can clá­si­cos rein­ter­pre­ta­dos como los Riño­nes al jerez, acom­pa­ña­dos de una maja­da de fru­tos secos y un cru­jien­te de pata­ta, o las anchoas en sala­zón, evo­ca­ción de la barra medi­te­rrá­nea. El pro­ta­go­nis­mo lle­ga des­pués con los gui­sos, don­de sobre­sa­le el Gui­so de mani­tas con gar­ban­zos, ela­bo­ra­do con gar­ban­zo pedro­si­llano, mani­tas des­hue­sa­das, mor­ci­lla y torrez­nos cru­jien­tes, ser­vi­do jun­to a una ensa­la­da de bro­tes al aji­llo.

La car­ta recu­pe­ra tam­bién pla­tos icó­ni­cos de la huer­ta como el Arroz cal­do­so de fesols i naps, coci­na­do con arroz Albu­fe­ra, cal­do de ter­ne­ra blan­ca, car­do, coli­na­bo y fesols, acom­pa­ña­do de mor­ci­lla fri­ta sobre sar­mien­to que­ma­do. La rique­za de la des­pen­sa valen­cia­na se per­ci­be igual­men­te en pro­pues­tas como el Arroz de baca­lao y coli­flor con su pil­pil, un mari­da­je de mar y huer­ta con baca­lao con­fi­ta­do y coli­flor en dis­tin­tas tex­tu­ras.

La ofer­ta se com­ple­ta con pes­ca­dos de mer­ca­do como el Roda­ba­llo al horno con beu­rre blanc al Mos­ca­tel, acom­pa­ña­do de hino­jo sal­tea­do, o la cor­vi­na madu­ra­da en miso blan­co con coli­flor, don­de la téc­ni­ca japo­ne­sa se fusio­na con el pro­duc­to local en un resul­ta­do sor­pren­den­te.