Un recorrido por los distintos barrios de la ciudad para promover distintas opciones culinarias, que engloben desde restaurantes gastronómicos a pequeñas joyas por descubrir.
Junto con las inmediaciones del estadio de Mestalla, se trata de la zona que más ha crecido gastronómicamente en los últimos años. Con Ruzafa y las Grandes Vías como referentes, su constante evolución y cambio la convierten en un lugar vivo y en constante movimiento.
Aunque apenas sobreviven lugares emblemáticos, otros han tomado el testigo y se han convertido en nuevos clásicos con cruce de perfiles que van desde empresarios hasta nuevas generaciones interesadas por las constantes novedades culinarias.
No es sencillo destacar solo cuatro locales, pero en base a perfiles diferentes este sería un recorrido variado por las distintas opciones de uno de los lugares más vibrantes de la urbe.
Memoria Gustativa: consolidado en un lugar complicado como Conde Altea, es posiblemente una de las propuestas más originales de los últimos tiempos, combinando recetas de una taberna clásica como puntos de restaurante gastronómico.
L’Alquimista: el italiano más peculiar de la ciudad, con pasta fresca elaborada a diario con harina del molino familiar de Ravena, solo seis mesas y cazuelas de recetas que se alejan de la gastronomía transalpina a la que se suele estar acostumbrado.
Fierro: Diez años ha cumplido un pequeño local que ha sobrevivido a una pandemia, ha cambiado una ‚esa de 12 personas por cinco de cuatro y recibió y mantiene una Estrella Michelin por su mezcla entre Argentina y el Mediterráneo.
Yarza: cocina de producto, recetas tradicionales y creatividad para uno de los chefs jóvenes con mayor trayectoria. consolidado como un referente desde hace años y en constante evolución dentro del clasicismo.