«Com a casa, però millor» es el lema que defi­ne a la per­fec­ción la nue­va eta­pa de El Rus­ti­dor, la emble­má­ti­ca casa de comi­das para lle­var de Melia­na, situa­da a esca­sos minu­tos de Valen­cia.

 

 

Tras la recien­te pre­sen­ta­ción de su pági­na web, el local afian­za su posi­ción en el sec­tor gra­cias a un rebran­ding que refuer­za su iden­ti­dad y al impul­so reno­va­dor de su ser­vi­cio de cate­ring.

El Rus­ti­dor se ha con­so­li­da­do como ese lugar don­de el aro­ma a hogar y el sabor autén­ti­co son inne­go­cia­bles, con­vir­tien­do lo sen­ci­llo en extra­or­di­na­rio gra­cias a un rece­ta­rio amplio y un equi­po que suma ya más de vein­te años de expe­rien­cia. Bajo la direc­ción de Nuria Roig y José Vicen­te Biot, pare­ja ori­gi­na­ria del pro­pio muni­ci­pio, el nego­cio ha evo­lu­cio­na­do con una pro­pues­ta moder­na sin per­der la esen­cia que ena­mo­ra a sus fie­les clien­tes: racio­nes gene­ro­sas y rece­tas que sim­pli­fi­can la vida dia­ria.

Según expli­ca Nuria, «siem­pre hemos que­ri­do avan­zar, aun­que sin per­der la esen­cia. Nues­tra ima­gen aho­ra es más madu­ra, aun­que el chup-chup sue­na igual en nues­tra coci­na». En ese deseo de pro­gre­sar, hace dos años deci­dió tras­la­dar El Rus­ti­dor a un nue­vo local y refor­mar­lo por com­ple­to, adap­tan­do su ima­gen a la cali­dad de sus pla­tos y apos­tan­do por una pre­sen­cia digi­tal mucho más cer­ca­na. La actua­li­za­ción cul­mi­nó con el lan­za­mien­to de su nue­va web, elrustidor.com, una pla­ta­for­ma des­de la que se deta­lla la filo­so­fía de la mar­ca —que aúna pasión por la coci­na tra­di­cio­nal y res­pe­to por el pro­duc­to local— y se pre­sen­tan todas las rece­tas dis­po­ni­bles cada sema­na, así como la reno­va­da línea de cate­ring para oca­sio­nes espe­cia­les.

La per­so­na­li­za­ción es otra de sus seña­les de iden­ti­dad: «ya cono­ce­mos tan­to a los clien­tes que a veces no hace fal­ta ni decir el nom­bre», recal­can los res­pon­sa­bles. La cohe­ren­cia visual de la mar­ca tam­bién se ha refor­za­do en esta nue­va eta­pa, con pro­yec­tos como la reno­va­ción del pac­ka­ging y pro­pues­tas para conec­tar aún más con la comu­ni­dad, como encuen­tros gas­tro­nó­mi­cos con los veci­nos de Melia­na.

Este sal­to ade­lan­te les ha abier­to puer­tas a ferias y gran­des even­tos gas­tro­nó­mi­cos, des­de Gas­tró­no­ma has­ta Madrid Fusión, don­de José ha podi­do coci­nar repre­sen­tan­do el espí­ri­tu de El Rus­ti­dor. En para­le­lo, ambos pro­pie­ta­rios man­tie­nen su com­pro­mi­so con la for­ma­ción con­ti­nua y la inno­va­ción, par­ti­ci­pan­do en cur­sos y per­fec­cio­nan­do cada rece­ta.

La car­ta de El Rus­ti­dor com­bi­na la coci­na de toda la vida con toques crea­ti­vos, adap­tán­do­se ade­más a la esta­cio­na­li­dad ya las pre­fe­ren­cias del clien­te. Entre sus pla­tos emble­má­ti­cos des­ta­can el higa­di­to fri­to con aji­tos, las telli­nas con toma­te, la cro­que­ta de baca­lao, el toma­te con ton­yi­na o las beren­je­nas relle­nas, ade­más del popu­lar pollo a l’ast y sus ver­sio­nes más con­tem­po­rá­neas como el pollo cru­jien­te con teri­ya­ki y mayo­ne­sa japo, ribs de maíz dul­ces y pican­tes o el pan bao con pollo hoi­sin y hier­ba­bue­na. En arro­ces, la pae­lla tra­di­cio­nal de pollo y cone­jo y el arroz a ban­da son los más soli­ci­ta­dos, tan­to en racio­nes como bajo encar­go, y com­ple­tan la expe­rien­cia con pos­tres case­ros como la tar­ta de que­so, la banof­fee o el vasi­to de hor­cha­ta y far­tons.

El ser­vi­cio de cate­ring, adap­ta­do a todo tipo de even­tos, per­mi­te dise­ñar menús per­so­na­li­za­dos que cui­dan has­ta el últi­mo deta­lle, inclu­yen­do opcio­nes para invi­ta­dos vege­ta­ria­nos o sin glu­ten, y ges­tio­nan­do tam­bién la pues­ta en esce­na y el ser­vi­cio in situ. Nuria ase­gu­ra que «nos pre­pa­ra­mos para un máxi­mo de 100 per­so­nas, por­que en even­tos así hay que cui­dar todo al deta­lle».

En los pró­xi­mos meses, El Rus­ti­dor reno­va­rá su empa­que y orga­ni­za­rá encuen­tros con veci­nos, apos­tan­do por expe­rien­cias como las comi­das al aire libre en la huer­ta cuan­do lle­gue el buen tiem­po. Así, refuer­za su voca­ción de ofre­cer una coci­na cer­ca­na, con ingre­dien­tes de kiló­me­tro cero y cui­dan­do el día a día de sus clien­tes.

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