No hace falta admitir que, hasta hace poco tiempo, recomendar una paella (o casi cualquier tipo de arroz) en Valencia era una tarea más compleja de lo que podría prever cualquier visitante medio.
Por fortuna, incluso en el centro de la ciudad comienza a mitigarse este problema aparentemente sempiterno. Si bien el encarecimiento de los precios o lo concurrido de los locales tampoco facilita la reserva a los comensales.
Existen, sin embargo, lugares con menor fama que los habituales en las conversaciones comunes, pero que no solo encuentran clientela recurrente sino que aportan aspectos diferentes en su propuesta.
He aquí cuatro «outsiders» que, pese a no disponer de la fama recurrente de otros locales, no dejan de llenar.
- La Tófona: no suele ser Conde Altea el lugar escogido por la mayoría para buscar arroces, pero su paella valenciana (por encargo) y recetas fuera de lo común lo convierten en un lugar a seguir.
- La Riuà: el clasicismo luchando por no perder su identidad en pleno centro. Recetas tradicionales sin estridencias en un local que no ha perdido su esencia en décadas.
- La Zarandona: ahora que muchas personas miran al nuevo Malilla, no deberían perder de vista uno de los clásicos del barrio antiguo, sorprendente en sus sabores y su servicio.
- Masusa: atardecer tomando un arroz en una terraza con 10 mesas por las cuatro del local interior. Cómo llegar a público extranjero con éxito a diario sin dejar de ofrecer un buen producto.
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