Lucas Donderis, estudiante del Máster en Artes Visuales y Multimedia de la Universitat Politècnica de València (UPV), y Mario Caballero, alumno del Máster en Producción Artística de la UPV, son 2 de los 4 jóvenes ‑junto a Alejandro Cáceres y Jorge Maiz- que integran el estudio independiente Monte Perdido, responsable del lanzamiento del juego de realidad virtual Vanishing Grace, que en menos de un mes ha superado las 10.000 descargas.
“El estancamiento del mercado del arte y nuestra necesidad de encontrar un lugar laboral, junto al potencial artístico de los videojuegos y el crecimiento del sector de la VR, impulsaron nuestra motivación para aunar todas nuestras inquietudes en un mismo proyecto”, explica Donderis, que recuerda en especial una asignatura del máster, “Narrativa y videojuegos, que catapultó mi interés hacia este sector y tuvo mucho que ver en el desarrollo de mi TFM”.
El caso de Mario es diferente, ya que más que una asignatura puntual, cree que fue el máster, en general, el que le brindó “una base sólida para poder enfrentar los retos que la implementación de diseños y animaciones requiere en un proyecto de estas características”.

Buscando a Grace en 2053
Vanishing Grace está ambientado en el año 2053 y tiene como protagonista a Joel, quien decide emprender un viaje para buscar a Grace, una amiga de la infancia que ha desaparecido en circunstancias misteriosas dejando un diario de viaje en forma de múltiples cassettes.
“A lo largo del juego” detalla Donderis, “nos vamos sumergiendo en las peculiaridades de la personalidad de Grace, en por qué decide fugarse de una ciudadela que detesta y qué espera encontrar fuera de sus murallas, en un mundo desolado y castigado por eventos climáticos”.
Una demo jugable y abierta a sugerencias de modificación
Tras un año trabajando en el videojuego, el lanzamiento de Vanishing Grace se produjo el pasado 10 de abril en una fase que han denominado pre-alpha. “Queremos dar a entender a la comunidad de jugadores que todo elemento de nuestra demo, ya sea mecánico o estético, no es definitivo y que puede cambiar. Nuestra demo es jugable, por supuesto, pero nos parecía interesante destacar que aún nos queda mucho trabajo y que estamos abiertos a toda sugerencia”, apunta Donderis.
El éxito del producto es incuestionable tras superar las 10.000 descargas en menos de un mes. “Estamos muy contentos de cómo está reaccionando la gente y de la visibilidad que estamos teniendo”.

El reto de unir arte y técnica
“Al tratarse de un videojuego de realidad virtual”, añade Donderis, “la optimización es muy importante, pero además, en nuestro caso, se trata de un videojuego pensado y diseñado para realidad virtual móvil, en concreto, para Oculus Quest, un headset de VR standalone, es decir, que funciona por sí mismo, sin necesidad de conectar el visor por cable a un ordenador”.
Ello supone que la capacidad de procesamiento es muy inferior a la de una consola moderna, un ordenador medio o un móvil de gama media-alta, lo cual “nos obliga a realizar un trabajo muy eficiente si queremos que la experiencia de juego resulte fluida a 72 fps”, detalla Lucas.
Tres de las 4 personas que conforman Monte Perdido están graduadas en Bellas Artes, lo que hace que, tal y como explica Donderis, “los retos que nos marcamos como hitos de desarrollo son muy ambiciosos y su implementación en este tipo de hardware resulta complicada”.
La demo de Vanishing Grace se puede jugar en itch.io y en SideQuest de forma gratuita. Para ello, únicamente es necesario contar con un visor Oculus Quest o unas Oculus Rift.
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