La contraseña comienza planteándonos dilemas entorno a la expresión y la conectividad a través de elementos simbólicos.

Mues­tra de la expo­si­ción de Álva­ro Porras. 

Esta mues­tra nos sumer­ge en la repre­sen­ta­ción pic­tó­ri­ca para explo­rar una refle­xión sobre la cone­xión y el men­sa­je, que de algu­na mane­ra evo­ca a lo icó­ni­co. Así, el pro­yec­to se ori­gi­na a par­tir de la crea­ción de una serie de códi­gos de acce­so a men­sa­jes sin des­crip­ción, sin dis­cur­so, sin impli­ca­ción…

Lo pic­tó­ri­co, en este pro­yec­to, actúa como una serie de pro­ce­sos de codi­fi­ca­ción que hacen refe­ren­cia a varios tér­mi­nos canó­ni­cos de la conec­ti­vi­dad: la puer­ta, el puen­te y el por­tal. Cada uno de estos ele­men­tos ofre­ce una pers­pec­ti­va úni­ca sobre la rela­ción entre el espec­ta­dor y la obra, así como entre los ele­men­tos que repre­sen­tan.

La Puer­ta: como un pun­to de entra­da y sali­da, un umbral que sepa­ra el mun­do de su con­ti­nui­dad. En La con­tra­se­ña, nues­tra con­tra­se­ña, la puer­ta se con­vier­te en un sím­bo­lo de tran­si­ción y trans­for­ma­ción. Pue­de estar abier­ta o cerra­da, lo que sugie­re la idea de opor­tu­ni­dad y elec­ción.

El Puen­te: como un sím­bo­lo de cone­xión y tra­ve­sía. El puen­te se extien­de en la dis­tan­cia y pare­ce no tener un final defi­ni­do. Sus pila­res se alzan como pun­tos de apo­yo, pero el espec­ta­dor nun­ca lle­ga a ver su ver­da­de­ro des­tino. De nue­vo, en lugar de ofre­cer una cone­xión cla­ra, el puen­te se con­vier­te en un enig­ma que sus­ci­ta inte­rro­gan­tes sobre la con­ti­nui­dad y la direc­ción.

El Por­tal: como un vacío que pro­yec­ta su sali­da hacia un abis­mo de cono­ci­mien­to. Es un pun­to de tran­si­ción hacia lo des­co­no­ci­do, un agu­je­ro en la reali­dad que desa­fía nues­tra per­cep­ción de lo que es posi­ble.

La con­tra­se­ña, que pare­ce aven­tu­rar­se des­de el títu­lo de esta expo­si­ción, es algo que no se brin­da en nin­gún pun­to del pro­yec­to.

Mues­tra de la expo­si­ción de Álva­ro Porras. 

Álva­ro Porras Soriano (Ciu­dad Real, 1992) tra­ba­ja en torno a la reu­nión de refe­ren­cias con­tex­tua­les e his­to­rio­grá­fi­cas. Su pro­duc­ción, des­de dis­tin­tos cuer­pos mate­ria­les, pero con­se­cuen­te con los pro­ce­sos de repre­sen­ta­ción pic­tó­ri­cos, atien­de a cier­tos rela­tos cul­tu­ra­les espe­cí­fi­cos y a la bús­que­da e inter­pre­ta­ción de sus códi­gos sim­bó­li­cos. Aca­ba de fina­li­zar la mues­tra [DOSMILVINT‑I‑U][DOSMILVINT-I-TRES] = I encuen­tro, expo­si­ción rea­li­za­da en Ins­ti­tut Valen­cià d’Art Modern (IVAM).

Es Gra­dua­do en Bellas Artes por la Uni­ver­si­dad de Cas­­ti­­lla-La Man­cha, Más­ter en Prác­ti­cas Artís­ti­cas y Visua­les por la UCLM, y Más­ter en His­to­ria del Arte Con­tem­po­rá­neo y Cul­tu­ra Visual por el Museo Rei­na Sofía y la Uni­ver­si­dad Com­plu­ten­se de Madrid y Doc­tor en Arte: Pro­duc­ción e Inves­ti­ga­ción de la Uni­ver­si­tat Poli­tèc­ni­ca de Valèn­cia. Ha tra­ba­ja­do en pro­yec­tos en torno al desa­rro­llo cul­tu­ral, comi­sa­ria­do, media­ción y cons­truc­ción de rela­tos. Ha par­ti­ci­pa­do en expo­si­cio­nes en cen­tros como IVAM, MNCARS, CCCC o Dados Negros, y en espa­cios como Algo Algo, Fun­da­ción La Pos­ta, La Casa Azul, y en Jor­ge López Gale­ría, dón­de par­ti­ci­pó en ‘Punk Begin­ning 2022’ sien­do gana­dor del pre­mio colec­ción DKV y del pre­mio colec­ción Mar­te.

La con­tra­se­ña, nues­tra con­tra­se­ña de Álva­ro Porras Soriano se pue­de dis­fru­tar has­ta el 5 de enero de 2024 en Jor­ge López Gale­ría, calle Padre Jofré 26 de Valen­cia.

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