«Blob», pieza performativa que funciona también como instalación, podrá verse en La Mutant los días 24 y 25 de febrero

El trabajo de la creadora María Jerez se sitúa entre el arte en vivo, el cine, la coreografía, la arquitectura y las artes visuales. En esta ocasión, con su propuesta Blob, programada en La Mutant los próximo 24 y 25 de febrero, la madrileña propone una pieza performativa que funciona también como una instalación.
La obra aborda la idea de enigma en el encuentro entre dos sujetos. Jerez genera un espacio donde el espectador se encuentra en un estado de constante desafío a sus sentidos, porque Blob es una forma en movimiento. Este ser deforme y mutante genera vivencias en el encuentro con quien lo observa. Las sensaciones que provoca en la audiencia transitan entre las imágenes, los conceptos, las ideas y las emociones.
«María Jerez presenta por primera vez su práctica escénica en la programación de una sala de València. Es una oportunidad señalada para ver en vivo el trabajo de una artista que lleva años ayudándonos a orientar nuestra mirada hacia temas críticos de nuestra cultura visual contemporánea. María se sitúa, en cada una de sus prácticas, siempre un poco más allá de las certidumbres, más allá del lenguaje, más allá de las categorías, más allá de lo humano. Los espacios y los tiempos que abre con su práctica resuenan en la misma frecuencia que tiene un lugar para las artes vivas, como La Mutant», ha valorado la directora artística de este espacio cultural reservado para la reflexión, la experimentación y el diálogo, Tatiana Clavel.
Blob es una entidad que es todo y es nada, que adquiere todas las formas, pero aún no tiene ninguna. Blob está justo ahí, cambiando, indiferente al exterior. Esta especie de célula mutante plantea un desafío al lenguaje, porque cuando parece que el público va a nombrar lo que ve, lo que se muestra ante sus ojos cambia en otra cosa. En suma, identidad y lenguaje se dan la mano en este proyecto escénico.
Durante la representación de Blob se presta atención desde la incapacidad de nombrar lo que se mira. Este estado de constante metamorfosis exige a los espectadores y espectadoras una mirada atenta.
Espacios de fragilidad
María Jerez lleva desde 2004 realizando piezas que exploran la relación con el público como un espacio en el que se ponen en crisis los modos de representación.
Desde El caso del espectador hasta sus últimas piezas Blob, Yabba o La Mancha esta relación ha mutado desde un lugar de comprensión de las convenciones teatrales y cinematográficas a la pérdida intencionada de referencias, donde el artista, la obra y la audiencia se comportan como extraños.
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