Valen­cia se ha con­ver­ti­do en una ciu­dad ideal para vivir y ha per­mi­ti­do un aumen­to en las ofer­tas de tera­pias holís­ti­cas, yoga y el bien­es­tar gene­ral. El esti­lo de vida New Age no se tra­ta de una moda pasa­je­ra, sino de una ten­den­cia pre­sen­te en cen­tros de coaching, ferias espe­cia­li­za­das y estu­dios de medi­ta­ción.

El Medi­te­rrá­neo pare­ce atra­ve­sar por un des­per­tar colec­ti­vo, momen­to don­de la bús­que­da de la cali­dad va más allá de lo mate­rial. Se ha evi­den­cia­do un incre­men­to en la deman­da de prác­ti­cas mind­ful­ness y ali­men­tos bue­nos para la salud.

Para satis­fa­cer estas nue­vas nece­si­da­des del públi­co, es cla­ve que los mino­ris­tas y exper­tos del sec­tor ten­gan acce­so a pro­duc­tos eso­te­ri­cos por mayor, garan­ti­zan­do que la ciu­dad esté a la van­guar­dia en todo lo aso­cia­do con la armo­nía inte­rior y el cre­ci­mien­to per­so­nal.

Un cambio de pensar, el estrés hacia la serenidad

Hace poco, la rapi­dez era domi­nan­te en las gran­des ciu­da­des de Espa­ña. Pero, Valen­cia, con un rit­mo más len­to y una filo­so­fía de vivir, ha com­pren­di­do que la des­co­ne­xión es esen­cial. Esta región ya no des­ta­ca sola­men­te por la pae­lla y la mas­cle­tá, sino por su habi­li­dad para brin­dar refu­gio ante la vorá­gi­ne dia­ria.

El amor por el run­ning en el anti­guo cau­ce del río Turia, el aumen­to de la ofer­ta de res­tau­ran­tes vege­ta­ria­nos o vega­nos y los estu­dios de yoga, sola­men­te son par­te de algo más gran­de. Los valen­cia­nos han enten­di­do la filo­so­fía de una vida len­ta, dan­do valor a la inter­ac­ción, ali­men­ta­ción cons­cien­te y el tiem­po al aire libre. Este cam­bio de men­ta­li­dad cam­bia el estrés por la sere­ni­dad y el mind­ful­ness.

El crecimiento de una cultura holística y espiritual

Dejan­do a un lado las die­tas y el gim­na­sio, Valen­cia se ha trans­for­ma­do en el epi­cen­tro de la espi­ri­tua­li­dad. Aho­ra, es posi­ble ser tes­ti­gos de un aumen­to en la popu­la­ri­dad de las tera­pias holís­ti­cas. Pues, es nor­mal ver sesio­nes de sono­te­ra­pia, talle­res de reiki y cla­ses de medi­ta­ción ase­so­ra­das en cual­quier zona.

Este cre­ci­mien­to ha cau­sa­do una mayor deman­da de herra­mien­tas para el desa­rro­llo per­so­nal. La ciu­dad ha sido tes­ti­go de cómo comer­cios de acei­tes esen­cia­les, incien­sos natu­ra­les y libros de auto­co­no­ci­mien­to se dupli­can. Por lo tan­to, es cla­ve con­tar con pro­vee­do­res de artícu­los eso­té­ri­cos como las car­tas del tarot o gemas autén­ti­cas.

Conexión y comunidad, el precio de la autenticidad en Valencia

Lo que hace a Valen­cia dis­tin­ta a otras áreas es su sen­ti­do de comu­ni­dad cau­sa­do por estos movi­mien­tos. Los cen­tros de bien­es­tar ya no son comer­cios, sino pun­tos de encuen­tro para per­so­nas que quie­ren com­par­tir el camino del cre­ci­mien­to. En par­ti­cu­lar, ferias como Bio­Cul­tu­ra, atraen a cien­tos de per­so­nas que mues­tran su inte­rés en la vida cons­cien­te y eco.

Los entre­na­do­res per­so­na­les, pro­fe­so­res de yoga y tera­peu­tas están crean­do gru­pos de apo­yo cada vez más poten­tes. La fe en la ciu­dad, ade­más de un entorno pri­vi­le­gia­do con pla­yas, huer­tos, etc., invi­tan a las per­so­nas a des­co­nec­tar y reco­nec­tar con ellas mis­mas.

El ambien­te es menos ten­so y más cola­bo­ra­ti­vo, hacien­do que la bús­que­da del equi­li­brio sea un obje­ti­vo colec­ti­vo. Enton­ces, Valen­cia cuen­ta con un eco­sis­te­ma ideal para todos los que bus­can un esti­lo de vida cons­cien­te, pleno y conec­ta­do.

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