Bioparc Valencia, uno de los diez mejores parques de animales del mundo, ofrece dos nuevos atractivos, una nueva cría de la bellísima gacela Mhorr y dos ejemplares de Tortuga gigante de Aldabra. Dos destacadas novedades por la importancia de su conservación, pues ambas especies se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y también las dos se han incluido en los atractivos recintos multiespecie del parque valenciano, en la zona de la Sabana y en la isla de Madagascar.
La tortuga gigante de Aldabra (Aldabrachelys gigantea) es originaria del atolón del que recibe el nombre en el archipiélago de las Seychelles y ha sido introducida por el hombre en otras exóticas islas del océano Índico como Zanzíbar, Reunión o Mauricio. Se trata de la segunda tortuga más grande del mundo que puede llegar a pesar hasta 250 kg los machos y 150 kg las hembras.
Es característico el color oscuro de su caparazón en forma de cúpula, sus extremidades son cortas y robustas para poder soportar el peso del animal y su cuello es desproporcionadamente largo para poder alcanzar los alimentos, básicamente hierbas y tallos leñosos de arboles. Tanto su cuello como sus extremidades están recubiertas por escamas osificadas. Suelen vivir hasta los 165 años y su madurez sexual viene condicionada por su tamaño más que por su edad. Los dos ejemplares son un macho y una hembra de 76 y 85 kilos respectivamente que llegaron hace unos meses del Krokodille zoo (Dinamarca) y que ahora, tras el periodo de aclimatación, ya pueden contemplarse junto con diferentes especies de lémures en el recinto que recrea los bosques de la isla de Madagascar.
Por otra parte, hace tan sólo unas semanas, el equipo técnico e Bioparc recibía con gran satisfacción un nuevo nacimiento de gacela Mhorr (Nanger dama mhorr) incluida como “críticamente amenazada” de extinción en la lista roja de la UICN. Se trata de la segunda cría nacida este año en el parque valenciano dentro del Programa conservación internacional (EEP) de esta especie de gacela que llegó a estar extinta en la naturaleza y se está salvando de desaparecer gracias al esfuerzo coordinado de diferentes instituciones, que incluso han dado el paso de que “vuelva” a su hábitat, con varias acciones de reintroducción en diferentes zonas del norte de África. Desde hace unos días ya podemos ver a esta cría jugueteando junto al resto de miembros de su manada, sin duda, un nuevo motivo de esperanza para esta especie que se ha convertido en un icono de la preservación y ejemplo de la importancia de la lucha contra la pérdida de biodiversidad.
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