La investigación, realizada por el Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Irenea y la Universitat Politècnica de València (UPV), señala que el número real de conmociones cerebrales es muy superior a las registradas oficialmente y que gran parte de ellas no reciben la atención médica que requieren.
El estudio, publicado en la revista científica Sports Medicine – Open, analizó 38 partidos de la temporada 2019–2020 y documentó 61 posibles conmociones cerebrales, una cifra significativamente más alta de la reflejada en los informes oficiales.
Los expertos determinaron una tasa de 48,6 posibles conmociones por cada 1.000 horas de juego, principalmente en jugadas aéreas. Muchos de estos impactos se produjeron por contacto entre el codo y la cabeza, afectando sobre todo a las zonas parietal y frontal del cráneo.
La investigación también revela que más de la mitad de los futbolistas afectados sufrieron dos o más conmociones en una misma temporada, lo que demuestra la falta de seguimiento clínico adecuado.
Aunque existen guías impulsadas por organismos como LaLiga, la Asociación de Futbolistas Españoles, la FIFA o la OMS, su aplicación práctica sigue siendo desigual. Por ello, los autores del estudio reclaman reforzar los actuales protocolos mediante tecnología de detección en tiempo real, mayor vigilancia médica durante los encuentros y un cumplimiento riguroso de las normas existentes.
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