Fotos: Beni­to Paja­res / Fun­da­ción Jun­tos por la Vida

Foto de por­ta­da: Mari Olci­na / ONG MOS­So­li­da­ria

[vc_row full_width_row=“true”][vc_column][vc_column_text]La gue­rra en Ucra­nia se pro­lon­ga y se recru­de­ce y, con ella, aumen­tan las cifras de per­so­nas falle­ci­das y des­pla­za­das. Se cal­cu­la que casi un millón y medio de per­so­nas ha sali­do ya de este país des­de que empe­za­ra la inva­sión rusa del mis­mo. Pre­ci­sa­men­te, un gru­po de ellos lle­gó en la madru­ga­da de este domin­go a Valen­cia en auto­bús, en un via­je orga­ni­za­do por la Fun­da­ción Jun­tos por la Vida.

 

La pre­si­den­ta de Jun­tos por la vida, Cla­ra Arnal (a la dere­cha) en una de las para­das del via­je. Foto: Beni­to Paja­res.

Des­pués de un lar­go y duro tra­yec­to, el auto­bús lle­ga­ba a la Facul­tad de Medi­ci­na de Valen­cia. A bor­do, 43 per­so­nas, inclui­dos meno­res, con sus madres, pues cabe recor­dar que los hom­bres de 18 a 60 años no pue­den salir de Ucra­nia.

Abra­zos, emo­cio­nes y lágri­mas eran la tóni­ca de este encuen­tro que, en no pocos casos, era un reen­cuen­tro, entre las fami­lias de aco­gi­da y los recién lle­ga­dos. Sí, por­que la Fun­da­ción Jun­tos por la Vida lle­va 25 años aco­gien­do tem­po­ral­men­te a niños y niñas en verano y en Navi­dad, sobre todo, de la región de Cher­no­bil, pero últi­ma­men­te tam­bién del Dom­bás.

 

Un segundo autobús partió el domingo desde Polonia

 

Refu­gia­dos ucra­nia­nos en el momen­to de subir a uno de los auto­bu­ses. Foto: Beni­to Paja­res.

Por otra par­te, otro auto­bús salió ayer mis­mo des­de la fron­te­ra de Polo­nia con Ucra­nia rum­bo, tam­bién, hacia Valen­cia. Cabe recor­dar que una dele­ga­ción de Jun­tos por la Vida se encuen­tra allí des­de hace días orga­ni­zan­do todos estos ope­ra­ti­vos.

La Fun­da­ción Jun­tos por la Vida de la Comu­ni­dad Valen­cia­na está reci­bien­do dona­cio­nes en su web www.juntosporlavida.org  o en el núme­ro de cuen­ta  ES 9121002967810200042107  para poder sufra­gar los gas­tos de todo el ope­ra­ti­vo. ya  que solo dis­po­ne de los fon­dos de la pro­pia ong y apor­ta­cio­nes par­ti­cu­la­res.

 

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