Hoy seis millo­nes de niños podrán salir de sus casas. Será solo una hora, acom­pa­ña­dos por un adul­to y úni­ca­men­te en el radio de un kiló­me­tro de sus domi­ci­lios. Es el pri­mer paso para la rela­ja­ción del con­fi­na­mien­to decre­ta­do por el esta­do de alar­ma para com­ba­tir la pan­de­mia del COVID-19. Aun­que en reali­dad se tra­ta del segun­do: hace una sema­na el gobierno daba luz ver­de a la reanu­da­ción de las acti­vi­da­des no esen­cia­les tras la para­li­za­ción casi abso­lu­ta de la eco­no­mía el 29 de mar­zo.

Aho­ra, con los datos de la evo­lu­ción de la pan­de­mia mode­ra­da­men­te bajo con­trol, el Gobierno se plan­tea ir dan­do nue­vos pasos hacia una rela­ti­va nor­ma­li­za­ción de la vida. Así lo anun­cia­ba el pre­si­den­te del Gobierno Pedro Sán­chez al anun­ciar que el con­se­jo de minis­tros del pró­xi­mo mar­tes adop­ta­rá nue­vas medi­das en ese sen­ti­do. Por ejem­plo, a par­tir del pró­xi­mo sába­do 2 de mayo podría per­mi­tir­se los paseos acom­pa­ña­dos por per­so­nas con las que se con­vi­va y las acti­vi­da­des depor­ti­vas indi­vi­dua­les al aire libre.

Son peque­ños pasos en una deses­ca­la­da del con­fi­na­mien­to que será de for­ma muy gra­dual para tra­tar de evi­tar al máxi­mo posi­bles rebro­tes des­con­tro­la­dos del virus. En este sen­ti­do, el Gobierno ha ade­lan­ta­do que el pro­ce­so se desa­rro­lla­rá de for­ma esca­lo­na­da a lo lar­go de los meses de mayo y junio. Tam­bién ha adver­ti­do que la rela­ja­ción del con­fi­na­mien­to no será igual en todo el terri­to­rio: se rea­li­za­rá de for­ma asi­mé­tri­ca tenien­do en cuen­ta una serie de cri­te­rios fija­dos por los exper­tos como el núme­ro de con­ta­gios, la capa­ci­dad de las UCI en cada terri­to­rio o el tra­ba­jo en aten­ción pri­ma­ria.

Pero sobre todo los res­pon­sa­bles han insis­ti­do en otro ele­men­to que será cla­ve en esta nue­va fase de la ges­tión de la cri­sis sani­ta­ria: la pru­den­cia. Un fac­tor que será deter­mi­nan­te para la rela­ja­ción de las res­tric­cio­nes cla­ves para nor­ma­li­zar, lo máxi­mo posi­ble, la coti­dia­ni­dad y la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca, como la reaper­tu­ra de cier­tos nego­cios. El reto es dar peque­ños ade­lan­te, sin tener que dar nin­guno hacia atrás.

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