Nos habéis preguntado por un vídeo en el que un supuesto doctor llamado Vicente Zambrano Freire recomienda pulverizar agua de mar con unas gotas de limón en la garganta o beber agua de mar mezclada con agua potable para así, supuestamente, “alcalinizar” la zona de infección del coronavirus, evitando que éste se replique y previniendo la enfermedad. Esto no es verdad, es un bulo. Te lo explicamos.
Este no es el primer contenido que defiende este supuesto mecanismo. Ya hablamos aquí de otro vídeo en el que un supuesto “químico farmaceútico” peruano llamado Juan Panay defendía que hacer gárgaras con agua con sal alteraba el pH de la garganta y así se evitaba la infección por el SARS-CoV‑2.
En este caso, Zambrano se refiere específicamente a agua del mar, y no a agua a la que se le haya añadido sal, supuestamente por contener “109 minerales, los que componen la tabla periódica y nuestro organismo”. Sin embargo, el mecanismo al que se refiere, la alteración del pH de la garganta, es el mismo, y no funciona como explica en el vídeo.
La sal no cambia el pH del agua
“La sal, cloruro sódico, no cambia el pH. Si le echas un kilo de sal a un litro de agua con pH 6.9, seguirá teniendo 6,9”, explica a Maldita.es Pepe Alcamí, virólogo del Instituto de Salud Carlos III.
No cambiamos nuestro pH con lo que comemos o bebemos
Cuando estamos sanos, el pH de nuestra sangre y de nuestras células se mantiene bastante estable y en niveles neutros, explica Alcamí, en torno al 7,35 y el 7,45. Los pulmones y los riñones a través de distintos procesos son los encargados de regular estos niveles.
Los alimentos que comemos o lo que bebemos no altera esos niveles. Cuando éstos se desequilibran en un sentido o en otro puede ser síntoma de algunas enfermedades, como la diabetes o determinadas intoxicaciones, y a la vez provocar otros problemas como arritmias, trastornos neurológicos o, en casos graves y prolongados, la muerte.
Cambiar el pH de la garganta no acabaría con el coronavirus
Respecto al posible cambio de pH de la garganta del que habla el supuesto doctor tras consumir agua del mar, hay que tener en cuenta que el SARS-CoV‑2, igual que muchos otros virus, entra en las células de nuestro organismo utilizando un proceso llamado endocitosis, que consiste en la unión con un receptor de la célula que va a infectar (llamado ACE2) para así introducir en ella los llamados endosomas, vesículas o bolsitas que, estas sí, tienen un pH ácido en torno al 5,5.
Sin embargo, el virólogo aclara que el pH de los endosomas no lo modifica el cambio en el pH de fuera de las células, como podría lograr el agua de mar pasando por la garganta. “Puedes tener una alcalosis metabólica por hiperventilación que el pH de tus endosomas sigue siendo ácido”, aclara Alcamí.
Y añade que “además, el virus no es algo que sea arrastrado por los líquidos. La proteína de la envoltura le permite unirse con altísima afinidad a sus receptores. Esas interacciones virus-receptor no las inhibes con un chorro de agua en la garganta. Por otra parte los procesos de entrada en la célula una vez que se une al receptor duran fracciones de segundo”.
Por lo tanto, aunque se pudiera cambiar el pH de la garganta, eso tampoco evitaría la replicación del coronavirus.
Ya desmentimos que consumir alimentos alcalinos ayude a combatir el coronavirus. También explicamos que ni una dieta alcalina no previene el coronavirus ni lo ha dicho el TEC de Monterrey.
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