Sala prin­ci­pal de Casa Juan.

En la calle Gra­ba­dor Este­ve, entre el Por­tal de la Mar y Sor­ní, encon­tra­mos Casa Juan, don­de gui­sa Juan Roig López con Veró­ni­ca Sáez Iran­zo. Es un reco­gi­do res­tau­ran­te, ele­gan­te y cer­cano. Una casa de comi­das bur­gue­sa en el mejor sen­ti­do de las tres pala­bras: casa, comi­das y bur­gue­sa.

Juan coci­na las rece­tas que tan­to gus­tan en su tie­rra mater­na, don­de se com­ba­te el frío cor­tan­te camino de la mese­ta cas­te­lla­na. Tam­bién domi­na la plan­cha. Veró­ni­ca es pas­te­le­ra y gobier­na la sala con encan­to. Pro­vie­ne de una fami­lia de lar­ga tra­di­ción hos­te­le­ra. Sus padres y her­ma­na regen­ta­ron muchos años una his­tó­ri­ca fon­da, el res­tau­ran­te Fuen­te Chi­ca en la carre­te­ra que lle­va­ba a Madrid, en el tér­mino de Cau­de­te.

El tra­to no pue­de ser más ama­ble y com­pren­si­vo. La car­ta es amplia y con­tun­den­te. Amplia, como gus­ta en el inte­rior, pero tam­bién hay gui­ños al pro­duc­to del mar y la influen­cia de los con­di­men­tos medi­te­rrá­neos.

Con­ti­núa leyen­do la crí­ti­ca de Juan Lagar­de­ra en el Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co CV.