El Museo de Etno­lo­gía de Valen­cia va poco a poco reto­man­do su nor­ma­li­dad. Y lo cele­bra­rá el pró­xi­mo 2 de julio con músi­cas del mun­do. Ese día arran­ca­rá en sus ins­ta­la­cio­nes Etno­mu­sic, un fes­ti­val de músi­ca folk que se pro­lon­ga­rá has­ta el pró­xi­mo día 23 de julio.

Mara Aran­da será la encar­ga­da de abrir a medio­día el fes­ti­val con la pre­sen­ta­ción de su últi­mo tra­ba­jo Tro­bai­ritz, un home­na­je a las tro­va­do­ras olvi­da­ras del siglo XII que han can­ta­do a la mujer medie­val des­de pers­pec­ti­vas olvi­da­das. Por la tar­de de ese mis­mo día le toca­rá el turno al intér­pre­te de tri­ki­ti­xa, peque­ño acor­deón de la tra­di­ción musi­cal vas­ca, Agus Baran­dia­ran y su ban­da de folk Korron­tzi. La pro­gra­ma­ción del fes­ti­val inclu­ye ade­más a May­te Mar­tin, Xavi de Béte­ra, Coetus y Juan José Robles.

Así mis­mo, el museo tie­ne pre­vis­to inau­gu­rar el pró­xi­mo 14 de julio su nue­va expo­si­ción per­ma­nen­te, con un títu­lo car­ga­do de pro­vo­ca­ción: No és fàcil ser valen­cià. La mues­tra pre­ten­de com­par­tir refle­xio­nes y esta­ble­cer un diá­lo­go des­de la pers­pec­ti­va de la iden­ti­dad cul­tu­ral. Para ello, par­tien­do de las colec­cio­nes del museo, pro­po­ne un reco­rri­do en tres ámbi­tos y des­de tres pers­pec­ti­vas: la ciu­dad, con su ten­sión entre lo glo­bal y lo local; las huer­tas y mar­ja­les, sub­ra­yan­do los ima­gi­na­rios que se pro­yec­tan sobre la cul­tu­ra valen­cia­na; y el secano y la mon­ta­ña, don­de pre­ten­de sacar a la luz un inte­rior del terri­to­rio valen­ciano que acos­tum­bra a que­dar invi­si­bi­li­za­do.

Ade­más, el Museo de Etno­lo­gía man­tie­ne abier­ta al públi­co su expo­si­ción tem­po­ral La tra­di­ción des­ve­la­da, una apro­xi­ma­ción a la indu­men­ta­ria tra­di­cio­nal de Alcu­blas.