El equipo técnico ha decidido mantener los primeros días a la cría con su madre a refugio de las bajas temperaturas y ahora ya disfruta del sol de la sabana de BIOPARC junto con rinocerontes y avestruces.

Una de las noches más frías de esta his­tó­ri­ca tor­men­ta, en la madru­ga­da del pasa­do lunes, día 11 de enero, la nue­va vida se abría camino y la natu­ra­le­za mos­tra­ba de nue­vo su lado más tierno con el pri­mer naci­mien­to del 2021 en BIOPARC.

La cebra “La Niña” paría un pre­cio­so potro y, tras con­fir­mar que es una hem­bra, los cui­da­do­res han que­ri­do lla­mar­la Filo­me­na. La mana­da de cebra de Grant (Equus bur­chell iboeh­mi) que habi­ta la saba­na del par­que sigue con­so­li­dán­do­se como gru­po repro­duc­tor de refe­ren­cia de esta emble­má­ti­ca y ame­na­za­da espe­cie afri­ca­na inclui­da en la lis­ta roja de la UICN (Unión Inter­na­cio­nal para la Con­ser­va­ción de la Natu­ra­le­za).

El padre es el macho Zam­bé, pro­ce­den­te del Safa­ri de Peau­gres (Fran­cia), y la madre se tras­la­dó des­de el Zoo de Halle (Ale­ma­nia). Las otras dos hem­bras, Bom y Lucy lle­ga­ron de Copenha­gen Zoo (Dina­mar­ca).

El par­to de esta exper­ta madre suce­dió con total natu­ra­li­dad y, ante las bajas tem­pe­ra­tu­ras, el equi­po téc­ni­co deci­dió man­te­ner en sus recin­tos inte­rio­res a la madre y su cría has­ta com­pro­bar que esta últi­ma esta­ba en per­fec­to esta­do y sufi­cien­te­men­te fuer­te. Una vez obser­va­do que ama­man­ta­ba con nor­ma­li­dad y cuan­do la ola de frío va redu­cien­do su viru­len­cia y el cáli­do sol está ganan­do terreno, se ha deci­di­do dar acce­so al recin­to exte­rior.

La pequeña Filomena ya corretea junto a otros miembros de la manada

De esta for­ma, ya pode­mos ver a la peque­ña Filo­me­na corre­tear jun­to a los otros miem­bros de la mana­da en el recin­to mul­ti­es­pe­cie de la saba­na de BIOPARC don­de con­vi­ven con rino­ce­ron­tes, aves­tru­ces y mara­bús.

Este pri­mer naci­mien­to del año es una gran ale­gría para todo el equi­po de BIOPARC y, de igual mane­ra que la vida se abrió camino en medio de la tor­men­ta, este pre­cio­so potro es un moti­vo de espe­ran­za para afron­tar este 2021.

En estos días de frío es curio­so recor­dar que exis­te una hipó­te­sis que dice que bajo cada fran­ja negra de una cebra exis­te una capa de gra­sa que pue­de calen­tar­se cer­ca de 20 gra­dos o más que las zonas blan­cas. Esta dife­ren­cia de tem­pe­ra­tu­ra entre las fran­jas a lo lar­go de su cuer­po pare­ce gene­rar corrien­tes de aire, que ten­drían una fun­ción ter­mo­rre­gu­la­do­ra.

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