La Ams­tel Nit de les Falles ha con­gre­ga­do a miles de valen­cia­nos en La Mari­na, alre­de­dor de Veles e Vents, para dis­fru­tar de un espec­tácu­lo piro­téc­ni­co que se ha cre­ci­do fren­te a las ante­rio­res pro­pues­tas de Ams­tel y Ricar­do Caba­ller.

Con 100 metros de mas­cle­tà ver­ti­cal, sos­te­ni­da por una grúa a 20 metros de altu­ra, el espec­tácu­lo patro­ci­na­do por Ams­tel ha lle­na­do el cie­lo de Valen­cia con el terre­mo­to aéreo más poten­te y alto de la his­to­ria.

En ape­nas 20 segun­dos, se han con­su­mi­do tres veces más mate­rial piro­téc­ni­co que en las mas­cle­taes que habi­tual­men­te se dis­pa­ran en la Pla­za del Ayun­ta­mien­to: cer­ca de 600 kilos en 5.000 true­nos que dupli­ca­ban el cali­bre habi­tual.

Ams­tel ha reser­va­do 382 de esos true­nos para dedi­car­los a cada una de las comi­sio­nes falle­ras valen­cia­nas. Se ha pues­to en con­tac­to con ellas para que le con­ta­ran qué les hacía espe­cia­les y cada una ha teni­do su trueno par­ti­cu­lar, con su nom­bre y el moti­vo que la hace úni­ca, den­tro de un terre­mo­to para la his­to­ria. Ha sido la mane­ra de que cada comi­sión apor­ta­ra su gra­ni­to de are­na (o de pól­vo­ra) a un espec­tácu­lo que ha ser­vi­do para visi­bi­li­zar el mapa falle­ro al com­ple­to y que ha inclui­do el men­sa­je ‘Totes Espe­cials’ duran­te el dis­pa­ro.

Des­de el arran­que el rit­mo ha sido incan­sa­ble y la poten­cia impre­sio­nan­te. Las mas­cle­taes de la Pla­za del Ayun­ta­mien­to con­su­men unos 120–150 kilos de mate­rial piro­téc­ni­co en unos 5 minu­tos, mien­tras que el espec­tácu­lo patro­ci­na­do por Ams­tel ha uti­li­za­do 1.700 en 10 minu­tos, mul­ti­pli­can­do has­ta por 15 el vigor en un espec­tácu­lo que ha reu­ni­do lo mejor de los cas­ti­llos de fue­gos de arti­fi­cia­les, apro­ve­chan­do la cer­ca­nía del mar y la noc­tur­ni­dad para dar pro­ta­go­nis­mo a los jue­gos de luces y colo­res, con la tra­di­ción mas­cle­te­ra valen­cia­na más genui­na.

Pero no se ha que­da­do en una mera com­bi­na­ción, Ams­tel y Caba­ller han apos­ta­do por la inno­va­ción. No solo gra­cias al terre­mo­to ver­ti­cal más alto jamás dis­pa­ra­do, una crea­ción que Caba­ller ha intro­du­ci­do en la cul­tu­ra piro­téc­ni­ca con el apo­yo de Ams­tel, tam­bién por el uso de varios efec­tos nun­ca antes vis­tos en Valen­cia, con­vir­tien­do este espec­tácu­lo en un hito.

Una noche inol­vi­da­ble que no han que­ri­do per­der­se los miles de valen­cia­nos que han aba­rro­ta­do La Mari­na y alre­de­do­res, des­de la tar­de, dis­fru­tan­do de las pro­pues­tas de ocio pro­mo­vi­das por Ams­tel Art en un tar­deo, con las actua­cio­nes musi­ca­les del DJ Car­los Oli­va­res y de las ban­das Ches­ter­ton y Yaw­ners.

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